El presidente Maduro debería estar agradecido con el presidente Obama, porque sin Obama Maduro no tendría otra alternativa que dedicarse a los problemas del país. Problemas a los que les saca el cuerpo insistentemente. Obama prorroga el decreto y Maduro, aliviado, vuelve sobre la cantaleta del año pasado. Tanto vuelve que hasta están pensando, según El Nuevo País, en repetir la recolección de firmas. En la cursilería habitual del lenguaje oficial, el mes de marzo lo han decretado como –leo en el Correo del Orinoco, La Artillería del Pensamiento-: “Marzo antiimperialista”. Y le vemos en la foto acompañado del vicepresidente, del Ministro de la Defensa, de Jorge y Delcy Rodriguez, los hermanos a cada extremo de la fila del alto gobierno. En este contexto, Maduro decide retirar al Encargado de Negocios de nuestra Embajada en Washington. Una medida inocua y ridícula: no es el Embajador, es un funcionario cada vez menor. A este paso, el presidente va a terminar dejando solo al portero como Encargado de Negocios.
Presidente, sincérese. O le da las gracias a Obama o sencillamente rompa relaciones con su archivillano, el malvado Imperio. Esa, pues, es la prioridad del gobierno. Como bien lo resumió Capriles: “El venezolano sabe que su problema no es Obama sino Maduro.”
Dejando esto de lado, la cruda realidad nacional continúa en su debacle. El vicepresidente para el área económica, Miguel Pérez Abad, anuncia nuevas letras para a espesísima y pesada sopa de letras en que este gobierno ha convertido la economía del país. Como si con siglas y más siglas se pudiese resolver la tragedia. Ahora tenemos dos nuevas: Dicom y Dipro. Dicon: Dólar flotante que arranca a la tasa Simad de 206,02. Y el llamado dólar protegido –Dipro- que queda en 10 bolívares. Las críticas no han tardado. El ex ministro Víctor Álvarez: “Los anuncios cambiarios no tienen sustentabilidad. Se mantiene incentivos a la especulación con estas divisas.” Otros han comentado que esto “no va a acabar con el bachaqueo y el contrabando”, como afirmó Juan Pablo Olalquiaga, presidente de Conindustria, citado en El Nacional. El economista Pedro Palma, director de Ecoanálitica: “Las medidas representan una devaluación muy fuerte. El dólar negro no va a desaparecer”. Luis Vicente León: “Se persiste en una estrategia que ha fracasado. Entregar divisas a 10 o a 200 bolívares es criminal”. Solo Arístides Masa Tirado, presidente de la Asociación Bancaria, considera que “la economía se beneficiará con los cambios”. Él sabrá…
Pero lo cierto es que el venezolano queda exactamente en las mismas, no hay ningún cambio que realmente le vaya a producir algún beneficio. “Lo que queda estimula guisos”, según leo en la primera página de 2001.
Afortunadamente, la combinación de letras del modesto alfabeto es infinita, así que podrán seguir jugando con esa sopa de letras hasta que los venezolanos, como el portero de la embajada, queden solos y muertos de hambre.