Nicolás Maduro habla de “guerra económica”. Rafael Ramírez habla del éxito del modelo económico. Entre uno y otro asoman una contradicción terrible. La guerra económica, si es tal, la ha perdido de manera irreversible el gobierno. El éxito económico, si es tal, no se ve por ningún lado. El Universal, gran titular en primera página: “Inflación en los primeros cinco meses del año se ubica en 23%. Estadísticas del Banco Central de Venezuela registran el mayor incremento inflacionario para los primeros cinco meses del año, desde 1996, a pesar de que el gobierno de Nicolás Maduro controla el precio de una amplia gama de productos y servicios. En abril los precios avanzaron 5,7% y en mayo repitieron esta subida. En los últimos doce meses la inflación ha tenido un aumento del 60,9%”.
Apenas ayer el Banco Central cumple por fincon su obligación y nos da los resultados inflacionarios de abril y de mayo. Oh, casualidad, exactos: 5,7% abril, 5,7% mayo. ¿Habrá supuesto el Banco Central que si da los resultados más tarde duelen menos? Es una tontería porque en definitiva usted, estimado lector, ya sabe lo que duele esa inflación dado que, en estos tiempos de crisis, usted tiene que hacer mercado prácticamente a diario y sabe muy bien cómo van aumentando los precios.
Más allá de fanfarronadas y posturas demagógicas en el alto gobierno, la verdad es que estamos sumidos en la peor crisis económica que haya vivido la república en toda su historia. En la primera página de El Nacional leo: “El Plan de la Patria trajo inflación y escasez. El Consejo de Economía Nacional asegura que la política fiscal expansiva, la restricción de importaciones y los cambios institucionales han afectado la actividad privada y condujeron a las distorsiones actuales. Exhorta a que el gobierno cambie el rumbo y aplique medidas que son ineludibles como la devaluación y el aumento de la gasolina. “El gobierno está atrapado en las contradicciones de su propio modelo económico”, advirtió el economista Luis Oliveros.”
Para el Banco Central estas altísimas cifras obedecen a los disturbios de los primeros meses del año. A la hora de repartir culpas, pues, siempre el responsable va a estar más allá. Sería bueno que de una vez por todas el gobierno asumiese sus responsabilidades. Y, ya que el Banco Central de Venezuela perdida ahora su autonomía es parte del gobierno, es pertinente que se incluya de primero en esa lista.
Por lo pronto, para el resto de los venezolanos, es decir, los que no forman parte del gobierno, sean chavistas o no, lo que les espera es un año terrible. Los pronósticos más prudentes y modestos ya hablan de un cierre de año con 80% de inflación.
A todas estas, y a pesar del restraso de dos meses, el Banco Central no publicó los índices de escasez.