La cosa está que arde

  “Aquí la cosa está que arde. Mataron a una enfermera”. Eso es lo que dice una pancarta que despliegan dos enfermeras en la manifestación de colegas que se realizó ayer en la avenida San Martín, frente a la Maternidad Concepción Palacios. ¿Cómo falleció la enfermera? La enfermera falleció a golpes. Dos pacientes le cayeron a golpes de una manera tan salvaje que ameritó llevarla a terapia intensiva. Aparentemente la enfermera Milagros Vidalina Franco, de 51 años, con 20 de experiencia en la maternidad, reclamó a las pacientes (que en otros diarios nos dicen son dos indigentes que dieron a luz allí en la maternidad) el mal uso del ascensor. Pues bien, la enfermera reclama el mal uso del ascensor y las dos indigentes le caen a golpes, y la golpiza es tal, que amerita, como decía, internarla en terapia intensiva. La señora Franco fallece días después. Y según leo en El Nacional: La víctima no fue atendida debidamente por las carencias del centro hospitalario. ¡No fue debidamente atendida la enfermera de la Maternidad Concepción Palacios, porque la maternidad tiene serias carencias!

 Los diarios de la ciudad se ocupan de entrar en la maternidad y nos enteramos de detalles como estos: La maternidad está en estado deplorable, las personas que protestaron ayer en la avenida San Martín denunciaron las malas condiciones del centro de salud. Cada vez que llueve, el agua se abre paso entre los pasillos y luego anega los ascensores. El deterioro se extiende a la cocina, áreas de descanso, techos y paredes. A esto hay que agregarle, por ejemplo, la situación en el J.M. de los Ríos y demás hospitales del país.

  Para seguir con temas de salud, El Nacional nos apunta: “Repuntan por descuido los casos de VIH en el país”. El Ministerio de Salud admitió a Onusida que se descuidaron las políticas educativas para prevenir la enfermedad, lo que ha hecho que se registren 39 infecciones semanalmente. Desde hace cuatro años el Gobierno no compra preservativos para los pacientes.

  Pero este no es el gran titular de El Nacional esta mañana; es el que sigue: “Colapsa radioterapia privada con casos de los hospitales”. Porque eso es lo que está ocurriendo dado que la salud pública, el sistema de hospitales, cada día está peor, eso colapsa y termina afectando la salud privada. Todos van a la salud privada. Los ministros -bueno, otros funcionarios se van, inclusive, al exterior, a Cuba, por ejemplo- no van a los hospitales, los altos funcionarios, los diputados, no van a los hospitales, van a las clínicas y las clínicas están congestionadas. Dice El Naciona: Las clínicas no tienen la infraestructura para recibir 13.100 pacientes con cáncer. Las 3 bombas de cobalto y los 23 aceleradores existentes están sobreutilizados. Muchas personas con estadios tempranos curables y tratadas irregularmente comienzan a recaer. 

  En medio de este cuadro patético de la salud pública, el Gobierno se aferra a un pequeño logro: en 7 años el Cardiológico Infantil Gilberto Rodríguez Ochoa, en Montalbán, tiene más de  8 mil intervenciones quirúrgicas. ¡Qué bueno! ¡Qué maravilla! Ese es el gran titular de hoy en Vea, y aparece en la foto la ministra Iturria con un gesto muy severo, como si en rigor no estuviera celebrando nada. El detalle es que este pequeño logro no llega a tapar el desastre, el caos de la salud pública a nivel nacional. Ojalá hubiesen muchas más noticias como esta del Cardiológico Infantil.

  Ahora, lo que sí es inaceptable es el tuit del señor Nicolás Maduro a propósito del aniversario del Cardiológico Infantil: “Sólo la revolución socialista es garantía de salud para el pueblo”. Esto, vistas las circunstancias, más que cinismo puro es un acto de crueldad e indolencia total.