Decía Jorge Giordani que nos hemos vuelto el hazme reir de la América Latina. Pues bien, después de esta ridiculez con el asunto de las visas a los norteamericanos, las carcajadas le dan la vuelta al planeta.
Vea ilustra hoy su primera página como si fuese un diario de humor: Stop, se lee en un cartel con un muñequito rojo indica que hay que pararse, y están las caras de esos que han de pararse: George W Bush, Dick Cheney, George Tenet, Bob Menendez, Marco Rubio, Ileana Ross-Lehtinen, Mario Díaz Balart. De ellos dice el diario: “Encabezan la lista de gringos que desde ayer figuran en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela territorio al que tienen prohibida la entrada por violar los derechos humanos.” Esto solo da para chistes. Corre por las redes sociales una fotografía donde aparecen varios ex presidentes norteamericanos, muertos de la risa, a la que le han colocado esta frase: “Que vaina. Se nos cayó el viaje a Tucacas.”
¿Qué se gana con esta ridiculez de las visas? ¿Porque ahora no tienen visas los americanos se van a llenar los anaqueles? ¿Porque ahora no tienen visa los norteamericanos vamos a poder vivir en paz, van a reducirse el número de asesinatos en las calles caraqueñas, van aparecer las medicinas y los venezolanos vamos a tener un sistema de salud confiable? No, nada de eso está en el horizonte. Esa no es la prioridad del gobierno. Estos norteamericanos, según Maduro, forman parte del largo golpe de estado; ese lento y largo golpe de estado que denunciara la revista The Economist en Londres. Y ahí está la única angustia de este gobierno nervioso y paranóico.
Por ejemplo, el mismo diario Vea titula hoy en grande: “Maduro mostró nuevas pruebas del intento de golpe”. Es una grabación de Carlos Manuel Osuna Saraco, “ex funcionario del presidente Jaime Lusinchi”, así lo identifican. La grabación también es cómica: instrucciones para un golpe de estado.
Este es el único país donde Ledezma está preso por haber incitado a una conspiración desde un anuncio de prensa. Este es el único país donde la prueba de un golpe de estado es un individuo hablando supuestamente por skype. La paranoia es tal que, en esta misma primera página de Vea, leo: “Visita de Copei al Fondo Monetario Internacional revela plan desestabilizador”. El gobierno ve fantasmas y terror por todas partes.
Ahora bien, a propósito de esto del golpe de estado, Pepe Mujica, todavía presidente de Uruguay, dio unas declaraciones muy importantes. En ellas comentaba que un plan desestabilizador puede ser que la oposición haga tanto peso y presión que el presidente se vea obligado a cometer disparates, dislates. Mujica, sin más, apunta a que Maduro está procediendo de esa manera.
Pero Mujica fue más allá y afirmó que el eventual golpe de estado podría ser de izquierda. Rafael Poleo hoy en su editorial del Nuevo País escribe:
“A la rápida pero certera mención de Pepe Mujica sobre la posibilidad en Venezuela de un Golpe militar de izquierda, se la dejó pasar por el mismo motivo por el cual en otros tiempos se evitaba mencionar al diablo, nombrarlo podía ser convocarlo. Pero a Mujica hay que pararle, no habla por hablar, sus imprudencias son calculadas. Si los militares huelen que los políticos castro-chavistas se van a entender con el imperio -como ocurrirá- dejándolos a ellos con el sambenito de narcotraficantes, capaces son de asumir el poder para negociar ellos su propia salvación.
“Al golpe se le diría de izquierda para que el PSUV no se alce, ya que los golpistas serían los militares del régimen.
“Sea este uno de mis gratuitos cuan indeseados consejos al atribulado presidente Maduro, y también a la derecha económica empeñada en desencajar a Maduro sin contar los cañones ni reparar en las consecuencias.”
Tanto The New York Times como The Economist han hablado del llamado “autogolpe”. ¿Qué tal si el señor Maduro repara en este detalle?
Lo que si no vamos a tener es el papel toilette y el absorbente que se venden en los Abastos Bicentenarios, los cuales dice muy claro en sus empaques MADE IN USA:..No es mentira.