Uno se lo imagina solo, en una oficina grande donde debe estar, en un lugar privilegiado, un gran televisor de estos modernos de pantalla plana. Allí ve películas de aventuras, donde aparecen superhéroes con capas, monos muy ajustados y calzoncillos por fuera peleando contra el mal. Héroes que tienen que vencer esa maldad terrible que hay por todo el mundo. Son héroes musculosos, aguerridos, que suelen tener virtudes sobre naturales. Superman vuela y es hasta más rápido que una bala, y todo le sale bien. El otro, Spiderman, se menea como una araña. ¿Cuál será la virtud de nuestro héroe? Todavía no la conocemos pero alguna tiene. Lo cierto es que está atormentado. Atormentado porque está rodeado de guerras, guerras de todo tipo. Guerras crueles, injustas, guerras malucas, guerras que no le dejan vivir y actuar en paz. Con tan buenas intenciones que tiene, resulta que hasta un zancudo le ha declarado la guerra.
Pasemos la página. Olvidémonos de ese cuarto aislado donde solo reina un gran televisor. Vayamos a lo que llaman la cruda realidad.
Lamento tener que citar un medio del exterior, pero allá también están pendientes de nosotros. The Economist titula: “De petróleo y agua de coco”; así, exótico y tropical y hasta con algo de humor. Las primeras frases dicen: “Un gran productor de petróleo incapaz de pagar sus deudas en medio de un boom petrolero es una bestia rara. Gracias al peor manejo de una economía, eso es exactamente lo que está pasando en Venezuela. Tenemos al decimo país exportador de petróleo que se ha convertido en el país peor manejado económicamente. Más de 7.000 millones de dólares deben pagar en deudas en octubre. El gobierno insiste en que tiene los medios para pagarle a los tenedores extranjeros. Pero la palabra default está empezando a sonar.”
Citan la degradación reciente emitida Standar & Poors, también citan el muy polémico artículo de Hausmann y Santos. Y del dólar dicen: “En el mercado negro está por encima de los 90 bolívares y el oficial vale entre 6,3 y 50 bolívares. Usar una moneda sobrevaluada significa que el país no está produciendo tanto como debería. El déficit fiscal alcanzó 17,2% del PIB el año pasado (…) Mucho peor que la inflación es la escasez. El Banco Central dejó de publicar las cifras de escasez temprano este año, pero analistas independiente estiman que más de un tercio de los bienes básicos están desaparecidos de los anaqueles. De acuerdo a Freddy Ceballos, Presidente de la Federación de Farmacias, (FERFAVEN) 6 de cada 10 medicinas no se encuentran, esto incluye desde calmantes hasta tratamientos para el cáncer y el HIV. Y una de las variantes inesperadas ha sido el incremento en la demanda de agua de coco, que los venezolanos normalmente lo usan para mezclar con whisky, que en estos días se busca porque se considera que es un buen antiviral y tiene propiedades antibacterianas (…) Las exportaciones han caído por encima del 40% desde el año 1997 debido a la falta de inversión (…) Los tenedores de bonos pueden obtener sus pagos en el mes de octubre, pero el precio para la supervivencia de la revolución parece ser solamente la muerte lenta de Venezuela.”
Mientras, en un nuevo episodio de su batalla contra el mal, nuestro hombre tendrá que luchar ahora en una guerra terrible, bacteriológica, contra un zancudo malvado.