El usurpador

  “No sé si tu quieres que tu país sea monitoreado, en el nuestro no lo aceptamos por nadie”. Esa frase, un tanto pendenciera, la dijo Nicolás Maduro a un periodista que le preguntó si habría observación internacional en los comicios parlamentarios. “No aceptamos observación”, es lo que dice el gran titular de El Impulso, en Barquisimeto.

  Señor Maduro, no se trata de monitorear el país, se trata de monitorear un proceso electoral, de “observarlo”, en medio de circunstancias sumamente complejas. Pero lo grave no es que Maduro venga y diga: “No señor, no me van a monitorear, no aceptamos observación”. Lo grave es que eso es potestad del Consejo Nacional Electoral. Es este organismo el que puede decir, sí, vamos aceptar estos observadores internacionales y en estas condiciones, o no. Con lo cual queda evidente lo que sabemos todos los venezolanos, pero que quizá se desconozca en el exterior: en este país se ha violado la Constitución y no hay separación de poderes. No la hay. La señora Tibisay Lucena, Presidente del Consejo Nacional Electoral, no es más que una subalterna de Nicolás Maduro. Por ello, es Maduro el que le arrebata ese derecho, porque por lo menos han podido disimular las formas, que sea Lucena la que diga que no acepta la observación internacional. No, lo dice Maduro desconociendo y pateando abiertamente lo que estipula la Constitución.

  Esto lo dijo allá en Nueva York, a donde fue en un viaje sorpresivo, resuelto a última hora, para hablar con Ban Ki Moon sobre Guyana. Curioso, se reunieron, y, según el presidente Maduro, Ban Ki Moon se comprometió a gestionar una posible reunión entre los presidentes de Venezuela y Guayana. Llama la atención que el vocero es solo Maduro, Ban Ki Moon no ha dicho nada. Es decir, Maduro no solo habla por Tibisay Lucena sino que también habla por Ban Ki Moon. En fin.

  Pero el verdadero motivo de este viaje -ya lo hemos comentado- era contrarrestar el viaje que el día anterior había hecho a Washington Henrique Capriles, para, precisamente, plantearle a Luis Almagro, Secretario General de la OEA, que es sumamente necesaria e importante la presencia de observadores internacionales en nuestro país para las elecciones del 6 de diciembre.

  ¿Y por qué es muy necesaria esa presencia? Pues porque es el mismo presidente Nicolás Maduro quien que ha advertido que va a desconocer los resultados electorales. Lo ha dicho ya en varias oportunidades: “Vendrá una revolución, vendrá un sacudón, vendrán miles de 27 de febreros si gana la oposición”.

  ¿Será verdad todo esto o no es más que mera fanfarronería?

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