El enmarañado bosque que tenemos por delante, que nos impide ver el panorama claro y completo, hay que irlo escudriñando paso a paso, parte por parte. Ayer, por ejemplo, fue un día curioso. Sobre las 12:30 del mediodía pasaba frente a la Torre Británica y me llamó la atención la presencia de dos grandes ballenas, de estas que usa la Guardia Nacional para reprimir manifestaciones, y gruesos contingentes de la Policía Nacional Bolivariana con sus armaduras contra manifestantes. Tontamente me pregunte: ¿qué están esperando estos señores si lo que hay en la plaza es la feria del libro? Y suponía yo, tontamente también, que la feria del libro es un evento para la paz, la concordia, la cultura, el solaz de la lectura, el intercambio de libros, etc. Algo sabían estos piquetes de la Guardia Nacional Bolivariana y la Policía Nacional Bolivariana porque la feria del libro terminó en trifulca.
¿Qué ocurrió allí? Quizá sea un asunto de menor monta, lo cierto es que una feria que fue durante toda la semana un acto magnifico de civilidad terminó con esa mancha. En la noche se desató una de esas inútiles, estériles batallas en twitter entre radicales y moderados, todos aparentemente opositores al régimen. Y en esa batalla se dejó de lado lo fundamental que había ocurrido políticamente en el día: el fracaso en la convocatoria en las elecciones del Psuv.
Por ejemplo, los diarios oficialistas hablan de una asistencia masiva, sin embargo, Diosdado Cabello, tan afecto a las cifras no dio ninguna sobre la concurrencia. El nuevo diario El Universal dice: “La militancia acudió con entusiasmo a votar”. Pero El Universal tampoco da cifras. Tal Cual sí: “Abstención en el Psuv tiene sabor a rechazo. De los 7 millones votaron 400 mil, los militantes no respondieron al llamado de la cúpula de regalar lealtad al cumpleañero Nicolás Maduro”. El Nuevo País: “Escuálido Psuv. El primer vicepresidente del Psuv, Diosdado Cabello, afirmó que rompieron record de participación. Nicmer Evans por su parte estimó menos de 1 millón de votos a nivel nacional. Y eso sin duda es un fracaso de importancia.”
Y en ese bosque enmarañado hay un tercer elemento que no debemos pasar por alto. Este gobierno es curioso. El canciller es Rafael Ramírez, pero éste sigue actuando como el hombre del petróleo. La señora Almirante en Jefe Carmen Meléndez ya no es Ministra de la Defensa, pero sigue actuando como tal o, en todo caso, declara como tal. Gran titular en Versión Final, Maracaibo: “No habrá golpe, no hay peligro de golpe. La Fuerzas Armadas están cohesionadas, el gobierno está preparado para mantener el orden interno. Oficiales retirados envían mensajes a través de las redes, pero aquí sabemos cuál es la realidad y estamos preparados y alertas.” La Hora, en Margarita: “No hay peligro de golpe de estado”. El diario oficialista Últimas Noticias: “La Ministra del Interior descartó peligro de Golpe de Estado. La Fuerza Armada está preparada y alerta ante cualquier situación irregular”.
¿Por qué hay que aclarar lo obvio? ¿Por qué?
¿O es que ya no lo es tanto?