El magnicidio y el ridículo

  Ayer fue el sabotaje. El sabotaje de Amuay, sabotaje del cual Rafael Ramírez estaba seguro en un 99%, pero no mostró ni una sola prueba. Por allí vendrá un informe técnico, prometió. Cuando hablábamos ayer del sabotaje decíamos: el Gobierno se ha especializado en denunciar sabotajes, si algo sale mal es culpa de un sabotaje. Sabotaje humano, de una iguana, de un rabipelado, según la necesidad o la urgencia de la excusa. El Gobierno, decíamos,  es recurrente con estas acusaciones sobre sabotaje, Golpe de Estado y magnicidio. Pero avanzada la mañana, como si se hubiesen empeñado en ratificar nuestro editorial, nos soltaron la revelación. Como bien lo afirma hoy Tal Cual: “Por enésima vez el Gobierno vuelve con el cuento del magnicidio”. El cuento del lobo feroz, viene el lobo y nadie le está creyendo. Tan es así que Tal Cual lo desecha con ese dejo de ironía. En el 2001 apenas una foto del ministro Rodríguez Torres: “El Gobierno anuncia que capturó a dos presuntos magnicidas”. En El Mundo, también con algo de desdén: “Descubren en el país ‘un plan magnicida’”. EL Nacional, chiquitito en la primera página: “El Gobierno denuncia plan para atentar contra Maduro”. Capriles: Que nadie se crea ese cuento. En El Universal, también así en pequeño: “El Gobierno implica a Uribe Vélez en plan magnicida”. Y el plan, ahora, se llama “Carpeta amarilla”. Han podido llamarlo “Tapa amarilla”, que sería un poco más honesto.

  Otros diarios que sí lo destacan en grande son, por supuesto, los diarios oficiales. Vea: “Capturados colombianos implicados en planes de magnicidio”. Correo del Orinoco, la Artillería del Pensamiento: “Capturaron a dos sicarios colombianos que iban a matar a Maduro y a Cabello”. Tenían dos armas con miras láser y 10 uniformes militares del ejército bolivariano. A todas estas dice Rodríguez Torres: “Están metidos Álvaro Uribe y Luis Posada Carriles”. Que, como decíamos en la última acusación (la “Operación Baby”, de apenas el mes pasado), es un anciano de 86 años, en silla de ruedas, en fin…

   Dice Diosdado Cabello: “Si le pasa algo a Nicolás la respuesta será avasallante”. Nicolás, por su parte, dice: “No me van a sacar de la calle”. Últimas Noticias, se entiende, le dedica a esto mucho despliegue en su gran titular de hoy: “Desmontado plan magnicida”. Y dice Maduro, con un evidente complejo de Hugo Chávez: “Asesinarme a mí, desataría una guerra civil”. Instó a Obama a pronunciarse sobre la planificación de un atentado en su contra desde Estados Unidos. Afirma Cabello: “Creo haber visto a Salcedo”. ¿Y quién es Salcedo?, se preguntará usted. Pues Salcedo, se supone, es el venezolano que trajo a los magnicidas.

  Pero hay un detallito singular que está en el gran titular del diario Versión Final de Maracaibo: “Tenían foto de Maduro y fusiles con miras láser”. El ministro Rodríguez Torres informó que dos colombianos fueron capturados en un hotel cercano a Caracas con graves evidencias. Las evidencias son los fusiles con mira láser y las fotos de Maduro y de Cabello. Es decir, estos súper sicarios, dignos de la película “El Chacal” -aquella de Fred Zinnemann donde iban asesinar a Charles de Gaulle-, no saben quién es Maduro. ¡Una foto de Maduro para no confundirse y otra de Cabello para no confundirse, he aquí el hombre!

  Es que nos hacen pasar el ridículo. Ante el mundo, con estos gobernantes, los venezolanos siempre quedamos en ridículo. En fin…