Ayer hablábamos de los incompetentes. El calificativo lo pone sobre la mesa la encuesta Datincorp que habla de cómo el 72% de los venezolanos considera que en el gobierno lo que hay son incompetentes, desde el presidente Maduro para abajo. Parte de esa incompetencia se manifiesta en la manera como se relacionan, se dirigen al país. Así, por ejemplo, las excusas que dan por los inconvenientes vividos son sencillamente inadmisibles, cínicas, absurdas. Por ejemplo, ayer hubo un nuevo apagón en Caracas y el general Motta Domínguez insiste en que se trata de un sabotaje. La observación que hace El Nuevo País al respecto es pertinente: Está la Guardia Nacional en la calle y las instalaciones eléctricas están bajo estricta vigilancia militar, ¿entonces cómo ese saboteador logró colarse y hacer lo que hizo? Sin duda, se trata de un personaje digno de una película. Él solito llega y en un alarde que ni James Bond pone en jaque al gobierno nacional apagando la capital.
En ese mismo orden de ideas tenemos, por ejemplo, la insólita -por no decir risible- declaración de Iris Varela, quien afirma que el 90% de las cárceles está libre de drogas y de armas. Hay una frase criolla para cuando se suelta algo de esa envergadura y caradurismo: “Sí, chupa aquí”.
Pero, completando esta observación, tenemos la reacción del diputado Pedro Carreño. Cuando se planteó ayer en la Asamblea Nacional investigar qué pasó con 230 mil millones de dólares en importaciones, el diputado de marras afirmó impávido -y leo tal y como es citado en El Nacional-: “Si en la revolución hay algún corrupto es un infiltrado”. ¡Caray! Si lo que dice Carreño es cierto, y si lo que han denunciado los medios y voceros cercanos al régimen –como en algún momento lo fue el fundamental Jorge Giordani-, también lo es, entonces este es un gobierno lleno de infiltrados.
Y, ya que tocamos el tema de la investigación que adelantará la Asamblea, es importante subrayar el antetítulo en la primera de El Nacional: “Se trata del acto de corrupción más grande de la historia venezolana”. Luego en el sumario se lee: “230 mil millones de dólares, las divisas fueron entregas por Cadivi, Cencoex para la adquisición en el exterior de alimentos, medicinas e insumos en general y desaparecieron, no existen”.
¿Quiénes van a ser investigados? Van a llamar, en primer lugar, a Jorge Giordani, quien junto a Héctor Navarro hizo la denuncia originalmente. A los generales Herbet García Plaza y Carlos Osorio; a los ex ministros de Salud Eugenia Sader y Jesús Mantilla; al también militar Carlos Rotondaro, del IVSS, y al empresario Tomás González. Entre tantos otros más se leen los nombres de José David Cabello, Alejandro Andrade, Claudia Díaz, Carlos Malpica Flores, Nelson Lepage, Manuel Barroso y el general Giuseppe Yoffreda. De esta lista no es ocioso contar cuántos son militares y cuántos civiles, aunque, en rigor, no haya mayor diferencia entre todos.
¿Se llegará al final? Ojalá. Ojalá en esta oportunidad sí. Pero ya Pedro Carreño, junto al diputado chavista Eustoquio Contreras, dijo que no habían pruebas sustentadas para llevar adelante la investigación. Para el país, sin embargo, la denuncia de Giordani ya puede ser suficiente. Pero si a estos diputados no les satisface, podrían aceptar, entonces, la evidente y grosera penuria en la que están viviendo los venezolanos. Como prueba basta ver la escasez de medicinas, de alimentos y demás. Su antiguo líder terrenal, ahora galáctico, solía decir “el que tenga ojos que vea”.