Apenas unos días alejado del país y al regresar uno siente que no fueron días, ni siquiera una semana, sino que fue mucho más tiempo, semanas, meses quizás. Y esto porque es difícil concebir tal grado de deterioro y agravamiento en la situación global del país. Uno llega, abre los diarios, lee algunos titulares y siente que el señor Maduro y el equipo que le acompaña están con el pie a fondo del acelerador, a toda velocidad contra el muro de concreto.
Antes de nuestra ausencia habíamos comentado que el señor Maduro se dirigía al país amenazando, antorcha en mano, con incendiar la pradera. Pues es evidente que ya esa antorcha ha empezado a caer en algunos sectores de esa pradera. El incendio, por lo visto, se hace indetenible sobretodo porque no hay agua en las cercanías y, lo peor, no hay voluntad ni siquiera de llamar a los bomberos. Todo lo contrario. El Gobierno, en una carambola mediática por demás interesante, hace ahora a los comerciantes, a los empresarios, los responsables de la crisis que se padece.
Tenemos un control de cambio con ya de más de 10 años, donde el Gobierno ha controlado absolutamente todo. Pareciera que el señor Maduro se estrenó apenas hace 15 días en la Presidencia y llegó a poner orden. Todo lo que ocurre es culpa directa y exclusiva del régimen que nos gobierna desde hace 14 años. Que no nos quepa duda de ello. Ahora, para Maduro, es muy fácil poner en el plano de villano al especulador, que todos sabemos sí existen, pero la generalización en estos casos es perniciosa, es realmente peligrosa.
A todas estas, en la acera contraria, la oposición está bastante silenciada. Ayer era angustiante ver como por las redes sociales se llamaba para que se pudiese escuchar o ver por el internet la alocución de Henrique Capriles, ya que estaba sufriendo de una suerte de gran veto en los medios radioeléctricos. Desde aquel nefasto cierre -para el Gobierno- de RCTV surgió la estrategia – algunos la atribuyen a José Vicente Rangel- de no más cierre de medios, de ahora en adelante a comprarlos. Estrategia que, por lo visto, les está dando resultados: A la oposición cada vez le cuesta más llevar de manera masiva su mensaje, aunque está obligada a hacerlo; y el país, pues, está en la necesidad de buscar todas las voces posibles.
Por lo pronto, tenemos a un país haciendo colas, pero colas para artículos tan necesarios para la vida cotidiana como inmensos televisores plasmas. El Gobierno dándole un giro electorero a toda esta situación, ahora anuncia, inclusive, un convenio con la Samsung para traernos más televisores. ¿Y qué pasa señores del Gobierno con las medicinas, con los alimentos de primera necesidad? Nada menos que el INE, es decir, cifras oficiales, nos dice que la canasta alimentaria del mes pasado se montó en Bs. 3.161,37. En Enero esa misma canasta costaba Bs. 1.076,15.
¿De quién es la culpa de todo esto? ¿De quién es la culpa? Creo, modestamente, que tiene nombre y apellido. El que tenga ojos que lo vea, el que tenga todavía algo de dinero en el bolsillo que lo pague.
Buenas tardes amigo Rondón (me permito decirlo así ya que en una respuesta a una comunicación mía, ese fue el trato que se me dió y creo que estamos en momentos en que hace falta los verdaderos amigos para ese apoyo mutuo necesario).
Quería compartir unas palabras que me indicaron que fueron dadas por YOANI SANCHEZ (Disidente Cubana) y que de seguro lo son dada la experiencia pero sobre todo la “valentia” con que dice las cosas. Dice ella…….
“USTEDES LOS VENEZOLANOS ESTÁN VIENDO COMO LES CONSTRUYEN LA JAULA QUE NOSOTROS PADECEMOS DESDE HACE 58 AÑOS, LUCHEN AHORA POR LA LIBERTAD MIENTRAS PUEDAN PORQUE DE LO CONTRARIO EMPEZARÁN A ESPERAR QUE ALGUIEN LES LLEVE AGUA Y ALPISTE”
La gente sobre todo los afectos al régimen les importa tres pepinos la situación del país. Mientras les sigan dando pan y circo ellos felices. Note con mucha rabia la cara de felicidad de la gente en las colas para comprarse un plasma, una nevera y una lavadora., otros para entrar a Traki o al tijerazo por ver que golilla aprovechaban pero no creo que se hallan puesto la mano en el corazón en el destrozo que le viene después a esos establecimientos y que el día de mañana no sabemos si nuevamente abrirán sus puertas…