De nuevo somos noticia mundial y de nuevo por razones vergonzosas. Rafael Esquivel, venezolano, preso en Suiza junto con otros seis directivos de la FIFA, acusado de lavado de dinero, extorsión, asociación mafiosa, fraude masivo, soborno y delitos electrónicos. La lista es tan larga que, según los diarios, hasta 20 años de prisión podrían pedir por él.
Dice El Nuevo País: “Rafael Esquivel es el mandamás del futbol venezolano y afín al gobierno chavista.” De hecho, entre los escándalos que se le señalan está el caso de la Copa América 2007, montada aquí en Venezuela con cualquier cantidad de puntos grises. Además de éste, le leo al periodista Ewald Scharfenberg: “Con un autopase de Esquivel se consiguió el centro de alto rendimiento de fútbol. A la hora de ejecutar su más importante proyecto de infraestructura, el complejo de edificaciones que servirá de base permanente de adiestramiento para las selecciones vinotinto, la Federación Venezolana de Fútbol no halló mejor ubicación que las adyacencias de los negocios familiares de su presidente.” Es decir: el señor Esquivel.
“Esquivel asumió la presidencia de la FVF en mayo de 1987 –informa El Universal–. Desde entonces, el dirigente se eternizó al mando del fútbol nacional, siendo reelegido en diez ocasiones, la última para el período 2013-2017. Paralelamente, su poder en la Confederación Sudamericana de Fútbol creció y, como muestra de esa influencia en aumento, el pasado mes de marzo fue designado como vicepresidente del organismo encabezado por el paraguayo Juan Ángel Napout.”
En una nota de Jován Pulgarín: “¿Cuán grave es este caso para Esquivel? Es muy grave. A pesar de la poca información, podemos ver que se trata de un caso de fraude y estafa que son delitos penales.”
¿Pero qué resalta en este caso de Esquivel? Preso por lavado de dinero, corrupción, soborno, extorsión. El lavado de dinero lo investiga el FBI en cualquier parte del mundo porque eso les lleva al tema del narcotráfico. Recordemos que estos señores están presos en Suiza por una solicitud del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, por una investigación llevada adelante por el FBI. Y la justicia helvética colabora y los detiene.
En este orden de ideas, no podemos pasar por alto que medios de Estados Unidos, provocando un escándalo mayúsculo en el panorama político nacional, han llevado adelante denuncias de gravedad contra muy importantes figuras del gobierno venezolano y la Asamblea Nacional en temas vinculados al narcotráfico.
Como usted notará, amigo lector, una cosa está muy cerca de la otra, una lleva a la otra: lavado de dinero, narcotráfico, etc. La pregunta, entonces, resulta inevitable: si ya cayó un venezolano en Suiza, ¿podrá caer algún otro en cualquier otra parte de este cada vez más pequeño planeta?