Tal día como hoy, el 10 de octubre de 1944, nació en Caracas quien ayer fue designado Cardenal por su Santidad el Papa Francisco. Monseñor Baltazar Porras, Arzobispo de la Ciudad de Mérida, que fuera ordenado sacerdote a los 22 años en su misma ciudad natal.
Es el cardenal número 17 que tiene nuestro país. Y de nuevo tendremos dos Cardenales vivos, circunstancia que ocurrió con Velasco y Castillo Lara, ambos salesianos. En esta oportunidad Porras coincidirá con el Cardenal Urosa.
¿Por qué el Papa Francisco nombra a Porras? La señal es clara y diáfana. El país esta trancado en una crisis política, social y económica de gravedad. El Vaticano ha tratado de ayudar a destrancar la situación. Ha tratado de convertirse en propiciador de un diálogo que nunca llega. El gobierno le invita pero luego le desatiende, salta eludiendo continuamente el compromiso. De alguna forma le dice sí al Vaticano, pero por la otra le dice no a los obispos venezolanos, como si uno y otro fueran algo distinto. Que Francisco le diga a los venezolanos tienen un nuevo Cardenal, y que éste sea Baltazar Porras, es una manera de proclamar abiertamente: yo estoy con los que defienden la salida democrática en el país; porque si alguien ha tenido una voz clara y valiente en medio de esta larga y agobiante crisis, ha sido precisamente el Arzobispo de Mérida.
No olvidemos que en los sucesos de abril del 2002, Porras jugó un rol fundamental. En un reportaje ayer en El Nacional citaban: “Quedará para la historia el momento cuando Baltazar Porras Cardozo aceptó de buen grado acompañar a Chávez en su temporal salida del poder durante los sucesos del 2002. Aún no se conocen detalles de aquel intenso encuentro velados por la discreción del prelado de Mérida, quien presidia en ese momento la Conferencia Episcopal y quien sirvió como garante de la vida de quien fue por un día un temeroso ex presidente”. Poco se conoce, en efecto, de lo que ocurrió entre esos dos hombres en tan difícil circunstancia. Pero en aquellos días corrió largo la voz de que Porras era el único que había visto llorar a un rendido Hugo Chávez, quien se le habría confesado en su condición de sacerdote.
Mas las cosas no tardaron en complicarse. El falso arrepentimiento poro le duró al presidente. Ya para mayo del 2007 Porras comparaba a Hugo Chávez con Fidel Castro, con Adolfo Hitler y con Benito Mussolini; esto en los tiempos del cierre de RCTV. En agosto del mismo año rechazó la insistencia de Chávez de vincular a la iglesia con el golpe de estado del 2002. Muchas de las frases de Chávez contra los sacerdotes y los obispos eran en alusión directa a Baltazar Porras. Este es el hombre, pues, que el Papa ha designado como nuevo Cardenal para los venezolanos.
¿Entenderán la señal los hombres y mujeres del régimen? Quién sabe. Sí no me cabe la menor duda de que la abrumadora mayoría de los venezolanos, y no solo los venezolanos católicos, la entienden y, además, la reciben con mucho beneplácito y no poca esperanza.