El diario El Tiempo, en Puerto La Cruz, en su gran titular de hoy nos dice: “El uso de las tarjetas de crédito subió y caen préstamos para vivienda. Préstamos para casas y vehículos han disminuido en 3,4% y 4,1% respectivamente”. Es decir, la gente no está adquiriendo un apartamento, no está adquiriendo un automóvil, no hay dinero para ello. No alcanza el dinero para esas cosas; sin ignorar, por supuesto, que también escasean los automóviles y las viviendas. Para Econanálitica el hecho de que se incremente el uso de tarjetas de crédito revela que los consumidores deben endeudarse para satisfacer sus necesidades elementales y la Canasta Básica. Somos un país que vive, entonces, para el día a día. No para el porvenir. Cuando usted invierte porque se va a comprar un apartamento después de mucho sacrificio, quiere decir que usted está invirtiendo para el futuro, para muchos años por delante. Pero cuando usted dedica, por ejemplo, el llamado dinero plástico, su capacidad crediticia, para comprar los alimentos de la Canasta Básica, lo de hoy, quiere decir que usted no piensa en mañana. Usted, sencillamente, se apura por el día a día. Vivimos al presente. Somos el país de Eudomar Santos, como vaya viniendo vamos viendo. El porvenir ha sido tachado de la lista.
En este contexto el gobierno ha decretado un aumento salarial. Pero el aumento está mal concebido, con él se insiste en todos los errores que nos han traído a esta debacle económica. Versión Final, en Maracaibo, en su gran titular de hoy informa: “El aumento salarial cierra 10 comercios a diario en el Zulia. En cuatro meses 1648 patronos desaparecieron según el Instituto Nacional de Estadísticas -es decir, cifras oficiales-. La imposibilidad de mantener la nómina y los gastos operativos y de abastecimiento obliga a pequeños comerciantes a bajar la santamaría. Fedecámaras-Zulia afirma que en siete meses el salario se ha incrementado 300%. Empresas con 10 empelados reducirán personal.”
Según El Impulso, en Barquisimeto: “El sector privado tendrá mayor carga por el aumento salarial”. Además destaca: “El sector publico a la fecha todavía adeuda a los trabajadores los anteriores aumentos”. En ello coincide El Nacional: “El gobierno no ha pagado todavía los aumentos de febrero y marzo”. Es decir, le exige a la empresa privada lo que no les cumple a sus trabajadores. “La morosidad del estado es tan grande que aún hay empresas públicas e instituciones que siguen pagando 6975 bolívares por concepto de tickets de alimentación, a pesar de que el 18 de mayo subió a 18.585 bolívares y el 1 de agosto a 42.480 bolívares”. ¿Esto qué significa? Significa que el presidente y el gobierno se dedican a hacer anuncios demagógicos, populistas, que no cumplen en la realidad. ¿Cómo es que el gobierno, cuando estamos ya en la segunda quincena de agosto, no ha pagado todavía los decretos que decretó en febrero?
Pero para lo que si hay dinero es para adular, celebrar y montar una suerte de caravana gitana para celebrarle el cumpleaños a un dictador anciano que vive al otro lado del Mar Caribe. En el mismo diario El Nacional leo: “Venezuela gastó 400 mil dólares para celebrarle el cumpleaños a Fidel Castro. Maduro viajó a Cuba con artistas, familiares y amigos para cantarle el cumpleaños al ex jefe del estado de Cuba”. No fue un acto oficial sino un gesto personal, según se advierte aquí.
Pero si es un gesto personal, entonces el presidente ha debido pagarlo de su bolsillo. Y si pagó de su bolsillo quiere decir que Nicolás Maduro dispone de al menos 400 mil dólares en su cuenta. Y si Nicolás Maduro dispone de 400 mil dólares, ¿se puede saber de dónde los sacó? ¿O es que él maneja como propios los dineros del Estado que, en realidad, son suyos, estimado lector? Si es así, eso se llama malversación, y ya un presidente salió de Miraflores castigado por ese delito.