¿Cuánto vale un diputado?

  El Diario Tal Cual lo dice en grande en su primera página: “60 días sin Chávez”. Algo impensable, ¡60 días sin Chávez! Pero no son sólo 60 días de ausencia física, es mucho más porque, excepto esas cartas que ha leído Maduro -que uno tiene todo el derecho a dudar que hayan sido realmente dictadas por el Presidente-, no hay ningún mensaje, ninguna señal, nada. Un hombre que se caracterizó por su locuacidad, que hizo de su gestión gubernamental un interminable discurso de palabras infinitas, ahora nos tiene en el más espeso de los silencios: ni siquiera un tuit en todos estos 60 días.

  El Presidente está allá en la Habana, vaya usted a saber en qué condiciones, porque lo único que sabemos es que la situación como que no mejora. Ya ayer partieron Jaua y Maduro, cargados de sendas vírgenes: la Virgen de Betania y la Virgen del Valle. En fin, eso es lo único puntual que sabemos sobre el estado de salud del Presidente.

  Mientras, aquí en el país, el caos es cada día peor. Hay una manguera de odio que están manipulando las personas que dirigen el poder en este momento, esta suerte de Gobierno bicéfalo de Cabello y Maduro, que va empapando a todos.

  A propósito de Cabello y Maduro, ayer aparecen estos afiches tan curiosos, donde Maduro abraza a Cabello, con  este mensaje: “Juntos Maduro Presidente”. Maduro le resta importancia al asunto diciendo: “esto es una ocurrencia de los sifrinitos”, que es otra manera de llamar o insultar a la dirigencia opositora.

  Mientras, en la Asamblea Nacional, se monta este escándalo sobre la corrupción en la oposición. Invito a leer el editorial “Cosa más grande”, en Tal Cual, firmado por Fernando Rodríguez, quien define con exactitud lo que allí está en juego. Lo cierto es que se han ido comprando parlamentarios. El último fue Hernán Núñez, otrora candidato a la gobernación de Sucre por la Mesa de la Unidad Democrática, militante de Voluntad Popular, quien se pasó quitándose una gorra tricolor para ponerse otra idéntica, diciendo que no sólo saltaba la talanquera sino que ahora, militantemente, estaba con Chávez”.

  ¿Cuánto habrá costado ese salto de talanquera? Porque si la orden del día es hablar de corrupción, las sospechas han de ir en ese sentido. Ya antes había saltado William Ojeda, quien, curiosamente, es acusado por Richard Mardo de habérsele acercado para decirle: “si te pasas para acá y hablas mal de Primero Justicia te ayudamos en todo”. Ojeda dice no conocer a Mardo, que jamás hablado con él, ni siquiera por teléfono. Pero, lamentablemente, la palabra de Ojeda ya no tiene ningún crédito en el país, ni para chavistas, ni para opositores.

  Hoy por cierto, aparece Ojeda llevando del brazo, siempre obsecuente, como adulante, a Pedro Carreño que se lleva la mano a la cabeza. Esto está en la primera página de El Nacional. William Ojeda pasará a la historia parlamentaria del país como, -disculpen la palabra-, el “jalabolas”. Porque le “jaló” a Cabello, la oposición lo acusó de “jalamecate”, para que luego la diputada Nancy Ascencio, del PSUV, rematara: “sí, él es jalabolas, pero es preferible que nos jale bolas a nosotros y no al imperio”.  Pobre Ojeda… La foto comentada parece retratarlo en su elemento

 Lo cierto es que con el último salto de Núñez, la bancada oficialista se coloca a un diputado de la mayoría necesaria para, entre otras, disponer a sus anchas de, digamos, una Habilitante. Y eso, por lo visto, sí vale todos los dineros que sean necesarios.

¿Quién será el próximo diputado?