La señora Delcy Rodriguez, Canciller del gobierno de Nicolás Maduro, vive en estado de alteración y amargura permanentes. Ayer nos ocupamos de su respuesta por twitter al presidente argentino Mauricio Macri. Ahora tendrá que multiplicar los tuis porque tiene que responderle a quince presidentes latinoamericanos.
El diario 2001 titula: “15 países piden apurar el referéndum revocatorio. Instan a concretar un diálogo franco y efectivo a la par de llamar a las autoridades a que se cumplan de manera clara, cierta y sin demora las etapas restantes para el referéndum”. Y dado que este es un documento firmado en el marco de la OEA, nuestro embajador en esa instancia, Bernardo Álvarez, lo rechaza calificándolo como una “cayapa” contra Venezuela. Además afirma que el texto es “antidiplomático”. Curioso que quince países, en un escenario diplomático, sean acusados de lo contrario por un solo país. ¿No será que es este país el “antidiplomático”? En la página de Unión Radio citan a Bernardo Álvarez: “Resulta asombroso que de algo en lo que está involucrado mi país me esté enterando hoy y por un tuiteo de una declaración publicada en la web del Departamento de Estado (de Estados Unidos), qué casualidad”.
En primer lugar, Embajador Alvarez, no tiene usted porqué asombrarse del “tuiteo” si su jefa, la Canciller Rodríguez, ejerce precisamente vía twitter. Y con relación a la “cayapa” de los quince países, entienda usted que la terrible y miserable situación de nuestro país ya es inocultable para el mundo. La portada europea de la revista norteamericana Time, por citarle un caso de hoy, muestra el interior de una celda en Polichacao donde se ve el hacinamiento de los presos con un joven que mira a cámara desde lo oscuro de esa imagen infernal. El título nos golpea en el gentilicio y nos desgarra el orgullo: “Venezuela is dying. The slow-motion collapse of a country” (Venezuela está muriendo. El colapso en cámara lenta de una país).
Por eso, señor Álvarez y demás miembros de este régimen nefasto, indolente y criminal, no es la cayapa de quince países, es la cayapa de todo el mundo; y, más importante aún, la de toda Venezuela. El diario La Hora, en Margarita, cita la encuesta de Alfredo Keller: “93% de los venezolanos ve la situación del país negativa”. ¡Esa sí es una cayapa!
El Nacional nos dice cuáles son los países que firman el cayapérico documento: Argentina, Belice, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, Estados Unidos y Uruguay. La señora Delcy Rodriguez ya le reclamará con su virulencia habitual, vía twitter, a estos países. Pero en el frente a frente a frente ella cambia –como cambió ante Kerry- y en la foto la vemos muy sonriente con el presidente Juan Manuela Santos y su Canciller Mariangela Holguín, en Puerto Ordaz. Ya para ese momento Colombia había suscrito el documento en cuestión, pero eso no inhibió las sonrisas. De cuarto en la comparsa está Nicolás Maduro, también muy sonreido, tanto que hasta El Nuevo País al publicar la foto se pregunta: “¿Y de qué se ríen estos?”
Y mientras el Presidente y su Canciller sonríen como si nada estuviera pasando, Diosdado Cabello admite públicamente que un tercio del alto gobierno no quiere a Maduro. Leo en El Estimulo: “El capitán Diosdado Cabello, primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), reconoció que casi un tercio de los cargos de más alta confianza del gobierno de Venezuela ha firmado a favor de pedir un referendo revocatorio”. Y le citan textualmente: “Hemos encontrado de 13.000 funcionarios, grado 99, revisados, más de 4.000 han firmado contra el presidente Chávez y contra el compañero Nicolás Maduro.” Los funcionarios de grado 99 son cargos de confianza de la administración pública de libre elección y remoción. Cabello continúa: “Vamos a hacer una operación nacional; ya el partido lo está haciendo. Vamos a denunciarlos. El que quiera me escribe a mi correo, que donde esté (el funcionario opositor) yo voy a llamar al jefe y, si el jefe no lo saca, el jefe se va a tener que ir también.” ¡Qué situación tan agónica y desesperada la de este señor! Pide, grita, implora por sapos, por soplones que lo saquen de sus tormentos en la debacle. ¿No se da cuenta del autogo? Ha reconocido, ni más ni menos, que un tercio del alto chavismo no tiene temor alguno en reconocer públicamente –firma con nombre, apellido y cédula- que Maduro no sirve y hay que salir de él.
Las otras palabras del dirigente de marras son aún más penosas, ridículas: “La derecha es pura pose, pura cámara fotográfica, Periscope y selfie”. Y llama la atención el cronista sobre la curiosa relación que establece Cabello entre chavistas y opositores: “El dirigente oficialista también resaltó que no hay comparación entre los opositores y los chavistas porque estos últimos “siempre” están alegres y con una sonrisa en el rostro. “Qué gran diferencia cuando se mueve el chavismo a cuando se mueve la amargura”. ¿La amargura? ¿Diosdado Cabello hablando de amargura?
Un viejo amigo decía que podría hacerse un diccionario solo con rostros. Podría ponerse en ese diccionario la palabra “amargura”, y ya sabe usted qué foto colocar. Esa también es una cayapa. Por eso la amargura.