Hubo un tiempo en que nuestras Fuerzas Armadas gozaban de respeto y admiración entre todos los venezolanos. Hubo un tiempo en que la Fuerza Armada, era sinónimo de seriedad, de pulcritud, de comportamiento correcto ante la mayoría civil del país. Y sobre todo de respeto a las leyes y a la Constitución. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, nuestra Fuerza Armada y sus integrantes no son buena noticia. Es una pena decirlo pero así es.
El régimen chavista, el régimen “bolivariano”, se ha convertido en un régimen militar; ha colocado a militares en todas las instancias, y no precisamente han sido los mejores militares y los más capaces. De hecho, sabemos que la meritocracia, que era una de las grandes banderas de esta institución, fue hecha trizas por el propio Hugo Chávez cuando empezó colocar en puestos de alta jerarquía, dirección y comando a los militares menos preparados para ello. El mejor y más reciente ejemplo está en el Almirante Diego Molero, quien siendo el penúltimo de su promoción llegó a ser Ministro de la Defensa. En tiempos de una Fuerza Armada seria, eso jamás hubiese ocurrido.
Por otra parte, si se habla de altos niveles de corrupción en miles de millones de dólares durante este régimen chavista, esos asquerosos niveles de corrupción salpican también a la Fuerza Armada. Pero últimamente tenemos algo que va inclusive más allá: nuestra Fuerza Armada ha sido sacada a la calle, en una medida torpe, por decir lo menos, para dizque garantizar la seguridad de la ciudadanía. Leíamos ayer el editorial de Tal Cual, cuyo título ya era elocuente: “¿Patria segura o muerte segura?”. Porque no sólo no se ha traducido en cifras interesantes, positivas, la presencia de los militares en la calle, sino que se han incrementado el terror, la angustia y la inseguridad de los ciudadanos.
Tuvimos el caso de la Guardia Nacional y su proceder inaceptable en Coro. Ayer nos revelaron que la Guardia Nacional está cobrando vacuna en el Estado Zulia. Hemos tenido el caso del Táchira, donde no fue la Guardia Nacional pero sí efectivos del Ejército, los que asesinaron a un hombre luego de torturarlo obligándolo a ingerir gasolina. Y ahora tenemos esta otra noticia sencillamente inaceptable.
La Voz en Guarenas: “Torturan y asesinan a un cabo de la Guardia Nacional Bolivariana”. El Nacional dedica a esto también su gran titular de primera página: “Militares mataron a golpes y enterraron a acabo de la Guardia Nacional Bolivariana”. Dos oficiales y un sargento están bajo investigación por el crimen.
Lo grave de esto está en la perversa y diabólica intención y proceder de los militares. Al cabo segundo Diosny Manuel Guinand Méndez se le había dado por desertor; sus superiores -es decir, los que lo asesinaron- dijeron que el cabo había desertado porque estaba desaparecido. Pues no, no desertó. Le torturaron a mansalva, le mataron y, para ocultar el crimen, decidieron enterrarlo. Estamos hablando de gente que es egresada de una academia superior militar.
En un tiempo de terrible corrupción y desmoronamiento del espíritu civil de convivencia entre los venezolanos, ¿pueden explicarnos las altas autoridades militares, puede explicarnos la almirante Meléndez, qué está pasando allá adentro? ¿Qué está pasando dentro del cuerpo que usted maneja? ¿Qué le están educando a estos jóvenes? Aparte de ese fervor supuestamente revolucionario, ¿qué es esto? ¿Qué tipo de valores son los que tiene ahora la Fuerza Armada Nacional Bolivariana?
En definitiva, la pregunta que subrayamos es esta: ¿podemos sentirnos seguros los venezolanos, inclusive los que forman parte del estamento militar, del proceder de nuestra Fuerza Armada, o ya la inmensa mayoría civil del país tiene que asumir que la Fuerza Armada es uno de sus principales y peores y más peligrosos enemigos?
Excelente editorial, honorable amigo. Recuerdo mis tiempos de estudiante de bachillerato cuando las escuelas de cadetes solo aceptaban a los mas capaces y aptos para ingresar. ¿Se podra decir lo mismo ahora?
Olvidaron mencionar el atroz maltrato propinado a estudiantes universitarios desarmados en Barquisimeto, donde a un joven le deformaron el rostro y hay fotos donde a una estudiante le quitan la blusa y acostada en la vía arremeten contra a ella varios guardias a patada limpia. Esa es la GNB que dejo el difunto y que debe protegernos.
En mi entorno familiar hubo militares y en cierto modo ello me permitió conocer su proceder, la subordinación por una parte y el respeto al subalterno, y sin duda, a los civiles. Para que sirve el cuadro de mérito. Suscribo plenamente sus impresiones, todos los ciudadanos estamos aterrados sólo de pensar en nuestra integridad física. J.R. León D’Alessandro
Allì dentro lo que pasa es que hace años que las Fuerzas Armadas , perdieron su norte que era el de cuidar de la naciòn y sus ciudadanos . Hasta el lema lo cambiaron , supeditandose a fuerzas polìticas y permitiendo que fuerzas extranjeras formen parte de ellas y pertenezcan al alto mando militar . Los militares perdieron la verguenza , la credibilidad y el respeto de los venezolanos .