¡A toda velocidad… en retroceso!

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  El gran titular de El Correo del Orinoco, en la mañana de hoy, cita al ministro de alimentación Osorio afirmando: “Maíz de las hallacas se produce en el país y no depende de las importaciones”. ¿Será el único producto que no depende de las importaciones, ahora que hasta importamos gasolina?

  Lo cierto es que el ministro Osorio no goza de mucho crédito ante la opinión pública. Cada vez que declara surgen innumerables desmentidos. En todo caso, que ese maíz de las hallacas no dependa de las importaciones, si fuese cierto, sería de los poquísimos artículos de nuestro día a día que no viene de afuera.

  Ayer estuve en El Ávila y, desde Galipán, tuve el privilegio de ver el mar Caribe desde lo alto del cerro. En ese momento, cuando el cielo y el mar borran el horizonte y uno se siente que está en el mero centro de la bóveda planetaria, desde ese sitio tan privilegiado, sin embargo, viene una imagen un poco penosa. El mar estaba lleno de barquitos, muchos barquitos. Desde ese sitio, donde estaba, conté doce, pero de seguro habían muchos más, quizás mucho más del doble. Y todos esos barquitos estaban cargados de cosas que traían para nuestro país, porque estamos importando absolutamente todo.

  Nos contaban que el problema que hay para descargar esos barquitos –vistos desde lo lejos, porque obviamente son enormes buques– es que en el puerto sólo está funcionando una grúa, y sólo la manejan cubanos. Eso nos dijeron…

  Manéjenla cubanos, manéjenla criollos, es una pena que este sea un país que dependa de las importaciones. Cuando uno reflexiona en eso, pesa una tonelada el gran titular de El Universal en la mañana de hoy: “La industria local retrocede al nivel de los años sesenta”. La actividad manufacturera sólo representa el 14% del PIB, es la misma cifra que en 1965.

  La gran mayoría de los venezolanos no había nacido en 1965; los que recordamos esa fecha (mi generación, por ejemplo) éramos niños en aquel año 65. Pero no nos están devolviendo la niñez, nos están llevando de una manera terrible e inaceptable hacia el pasado. El régimen le ha puesto el pie al acelerador, pero no para ir al futuro sino para ir a toda velocidad hacia en retroceso.

  La nota en El Universal nos dice: En 1998, la manufactura suponía 17,4% del total de la economía nacional. Desde entonces la tendencia negativa se ha mantenido, hasta llegar al 14,2% del primer semestre de este año. Citan al economista José Guerra, quien dice: “Perdimos todo lo que habíamos alcanzado”. Y en el área de alimentos, por ejemplo, se acumulan cinco trimestres consecutivos con caídas en la producción. “Ha habido una destrucción de la capacidad productora muy importante. Estamos creando empleos afuera y destruyendo el empleo acá”. Otra cita del economista Guerra.

  Vamos, pues, hacia el pasado. Es una pena, una pena terrible.

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