A lo jalisco

   Ser demócrata, aceptar la democracia, no puede ser meramente un ejercicio de palabra. Si usted dice que es demócrata es porque acepta la voluntad de las mayorías y acepta las reglas con las que funciona la democracia. El pasado domingo el pueblo venezolano dio un dictamen categórico, contundente; un dictamen que va más allá de la contabilidad de 112 diputados opositores; un dictamen que, en lo político, dado que la elección fue plebiscitaria, dijo no me gusta lo que está haciendo el señor Maduro, y, además, supuso un revés importante para todo lo que el señor Maduro representa políticamente.

  De manera tal que cuando uno lee un titular como este en el diario Vea: “La revolución bolivariana no pactará con la burguesía. Así lo enfatizó ayer el presidente de la Asamblea Nacional Diosdado Cabello, agregando que el gobierno bolivariano se mantendrá siempre acompañando al pueblo”, constata que el señor Cabello no es demócrata. Hay que recordarle la realidad: fue el pueblo, precisamente, el que dijo no el pasado domingo. EL PUEBLO. No fue una entidad extraña; no fueron unos alienígenas que invadieron las urnas y votaron por la oposición. Fue el pueblo, en su santa y libre voluntad, que decidió votar según su parecer. Y ese parecer fue inequívoco, mayoritario, aplastante, definitivo.

  Respetar una voluntad política es también un ejercicio de democracia. No se puede reaccionar a la brava, a lo Jalisco, como dicen algunos. Y reaccionar a lo Jalisco es la designación, por ejemplo, de la juez Susana Barreiros. La juez, quien condenó a 14 años a Leopoldo López, ha sido designada como nueva Defensora Publica por la bancada oficialista de la Asamblea Nacional. Esto, evidentemente, suena a bofetada; es una provocación.

  En El Estímulo.com leo: Susana Barreiros tiene 34 años, nació el 11 julio de 1981, y hasta hoy ejerce como jueza sin titularidad del cargo. Lo ocupa como tantos jueces de nuestra magistratura de manera provisional. En la nomina del Poder Judicial ingresó en Marzo de 2003, y el 12 de agosto de 2010 la Comisión Judicial la designó como sustituta de la jueza María Lourdes Afiuni, apresada tras dictar una sentencia independiente a favor de Eligio Cedeño. Así quedó al frente del juzgado de  primera instancia del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas. Tuvo en sus manos los expedientes de los casos de Ricardo Fernández Barrueco y Arné Chacón, hermano del exministro Jesse Chacón. Ambos involucrados en la mini crisis bancaria de 2009. A Chacón le concedió la libertad.

  Mientras, continua la situación a dentelladas dentro del oficialismo, en El Nacional leo: “Los Tupamaros piden asumir la derrota con autocrítica. El partido del MRT,  aliado del Psuv, analizó los resultados de las parlamentarias y solicitó la incorporación del Polo Patriótico a las tareas de gobierno para derrotar la corrupción, “caiga quien caiga”. Miguel Rodríguez Torres también levanta su voz crítica.

  A la par de estos acontecimientos la oposición trata de ver qué va hacer, y el país continua cuesta abajo en la rodada. No como el tango, sino peor que el tango. “Cavidea: No hay garantía de despacho continuo de alimentos. La cadena de suministros está rota y la situación empeorará si el Ejecutivo no toma medidas de manera urgente como la autorización de divisas y la actualización de precios. Entre los rubros más afectados por la escasez de insumos están atún, azúcar, pastas alimenticias, mayonesa, galletas y jugos. Además paralizadas dos líneas de salsa de tomate de la Polar.”

  Aquí es donde tenemos que poner las prioridades porque ya, en breve, pasadas las fechas decembrinas, entramos en un período de escasez mucho más agudo que el que hemos padecido hasta hoy.

  ¿Qué va hacer el venezolano, que ya el 6 de diciembre votó y manifestó su opinión, cuando se encuentre los primeros días de enero sin tener qué comer? ¿Quién le va a dar al respuesta? ¿Quién?

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