En algún momento de mi adolescencia, fui serenatero. Era un baterista en una banda de rock, pero los músicos caraqueños no hacían mayores distinciones entre un género y otro.
Siempre había un enamorado que invitaba a dar una serenata porque estaba urgido, y entonces íbamos. Había siempre una cava con algo de bebida, y en una serenata unas maracas bolerísticas nunca estaban de más. Eso sí, hacía mis mejores esfuerzos por no desafinar.
Lo que sí me llamaba la atención, es que casi todas las serenatas en las que participé, comenzaban con “Perdón”, ese bolero de Pedro Flores. Esto es porque el que da la serenata va a suplicar, y suplica sobre todo porque en algo falló, en algo faltó, como dice la letra. Así que arrancaba pidiendo perdón.
Ese bolero, “Perdón”, de Pedro Flores, tiene una grabación insignia: la de Daniel Santos.
Escuche también: “Virgen de Medianoche”, de Daniel Santos