En la religión Yoruba, al comenzar cualquier ceremonia, cualquier evento, hay que pedir que se abran las puertas. Para ello, se llama al “Santo dueño de todos los caminos” al Eleggua, el niño travieso, que en efecto, va abriendo.
Lo que usted escucha al fondo, es una suerte de invocación al Eleggua, pero, con un detalle muy particular, se le rinde tributo a mucho músico muerto, a mucho músico que se fue en la tierra, pero que sigue en la memoria.
De esta manera tan particular se inicia el disco “Echu Mingua” de Miguel Angá Díaz.
Para muchos, Miguel Angá Díaz , sencillamente Angá, era el más virtuoso e importante de todos los tumbadores cubanos de la actual generación. Heredero directo de la impronta dejada por Chano Pozo, Tata Güines y tantos otros.
Éste su primer disco, un disco extraño cargado de innovaciones y de vanguardia. De ese disco llama la atención este danzón “Pueblo Nuevo” es de Israel Cachao López y como en el disco participa “Cachaito”, el sobrino de Cachao, Angá dice: “Este danzón Pueblo Nuevo, de la familia de Cachaito”.
Cuando Angá tocaba con el grupo de Rubén González, éste era el tema – decía Angá – con el que ensayaban para afinar los instrumentos. Hayuna peculiaridad en esta grabación que usted va a escuchar. Rubén González está en el piano, pero Rubén falleció, se nos fue, así que para las improvisaciones en el piano, viene su hijo Rubencito, de manera que el guajeo es del viejo Rubén y el “solo” de su hijo Rubencito y así la vida continúa.