En el desierto se va a vivir la historia del rock. En el desierto de Coachella, en California, Estados Unidos, se van a reunir durante un fin de semana los principales nombres de la historia del rock. Allí va a estar Paul McCartney, que es una manera de decir van a estar Los Beatles. Allí van a estar sus archirrivales hasta la fecha, The Rolling Stones.
Allí va a estar el poeta que los inspiró a todos, incluyendo a ambos grupos, Bob Dylan. Allí va a estar Roger Waters, que es como decir Pink Floyd. Y allí va a estar también Neil Young, que es como decir Crosby, Stills, Nash & Young. También van a estar The Who. Me atrevería a decir que solo falta uno que representase a Led Zeppelin y así tendríamos la historia a rebosar. Peor lo que allí se presenta es, prácticamente, el mejor rock que ha existido.
Leo una nota publicada en El Pais de Madrid:
La noticia del concierto, que se llamará Desert Trip, se filtró hace dos semanas al diario Los Angeles Times durante la celebración del último festival de Coachella, un evento anual que va adquiriendo categoría año tras año y que se celebra en un paraje inhóspito cerca de Indio, California.
El viernes 7 de octubre, al atardecer, abren el festival The Rolling Stones. Después, Bob Dylan.
Especulo. Podrían The Rolling Stones cederle el escenario interpretando Like A Rolling Stone, para que así tomase el testigo el autor Dylan. Digo, es solo una idea…
El día sábado sube Paul McCartney. Y al termina le toca el turno a Neil Young. Y el domingo cierran la fiesta Roger Waters y The Who. Los detalles empiezan a aparecer en la cuenta twiiter de la empresa.
El precio de las entradas ya está disponible. Un día: 199$ dólares. Tres días: 399$ dólares. Ahora, eso es parado. Porque tres días con asiento reservado resultan en 999$ dólares -1.000$ por cabeza-. Pero, además, ya que Coachella, Indio, está en medio de la nada, hay que pagarse transporte y alojamiento.
A lo mejor muchos de los que van a estar allí ya estuvieron en Woodstock 1969. Pero en el 69 todos éramos jóvenes y bien se podía dormir en una carpa. Ahora, todos los que van a subir a ese escenario, y muchos de los que los corearán y aplaudirán, son ya septuagenarios, así la cosa no está como para carpas.
Si le queda muy lejos o muy caro, no se preocupe. Siempre están los discos y un poco de imaginación.