Publicado en: Prodavinci
Por: Jacobo Borges
Línea y punto
VI
Junio 24. 2020
Hay veces que las cosas juegan con uno. Llegó un paquete con todos los protocolos de seguridad sanitaria. Días después, desarmado el paquete, quedaron las cuerdas de plástico con sus nudos muy elásticos, que rebotan y parece que quieren jugar. La cuerda estaba en el suelo con otras cosas, parecía que me sonreía. En un impulso me agaché y lo tomé. Y lo puse en el marco blanco en la mesa negra y cuando cayó, rebotó. Le tomé una foto y vi que era un pájaro muy simpático. Era la pura línea. Entonces vi que se quería comer los puntos de papel que encontró sobre la mesa, así que propicié ese juego entre la línea como tensión y movimiento y los puntos.
La línea y el nudo es siempre la misma y no es la misma. Es flexibilidad sin perder su unidad y los puntos son puntos.
¿Será este el final de la historia? Y si los puntos fueran elásticos y rebotaran, o si pudieran juntarse y formar una gran pelota de fútbol, ¿que pasaria? Este juego no está terminado.
_______________________
The King
V
Junio 21. 2020
En este encierro, en esta soledad de dos, en este uno, en este yo, en este Yo en el que vive siempre el Yo. Ese Yo que estuvo y vivió en todas parte, y por años vivió en este cuerpo que el Yo ha estado viviendo y, no diría, escondido. En este presente, aquí, entre estas paredes, es la única vez que no estoy solo, que no soy Yo.
Soy millones de Yo.
Por primera vez respiro, camino, aquí adentro con una inmensa carga de la humanidad entera, tan pesada que tengo miedo que hunda el piso y el edificio entero, es la humanidad.
Yo, el uno que ya no soy uno, siento el miedo de toda la especie, de todos los muertos, estamos encerrados. Somos millones, solo uno. En las noches hunde la cama, algunas puertas gritan su dolor, las ventanas dejan de mirar. En las mañanas está en todas las cosas y en todas partes. Uno vive vivo en un mundo de fantasmas. He atravesado una multitud de desaparecidos de amigos de hoy y de todos los tiempos. Con Hokusai hace 150 años. Yo vi pintar las Cuevas de Altamira, Yo estuve retratado en la Ronda de la Noche, de Rembrandt, estuve con Stendhal en el cuarto de la duquesa, le dije bon jour a Courbet cuando llegó a París, iluminé con velas a Goya, preparé colores para Pollock, siendo niño, Carlos Cruz me enseñó a ver líneas y colores y con Mario Abreu descubrí el poder de la magia.
Vivo con fantasmas y siento que cada vez están más vivos. Se oyen sus pasos, sus sonidos, los oigo en la mañana desayunando conmigo y se deslizan en todas las cosas, yo me sonrío y ellos se dan cuenta.
No estamos solos.
_______________________
Viaje a lo indefinido: historia de la incertidumbre
IV
Junio 04. 2020
Con la puerta abierta comienzo un viaje hacia lo indefinido.
Afuera, solo un espacio oscuro, ilimitado, ambiguo. Pero mi tarea es simple, precisa, pero paciente. Lo que tengo por delante es una empresa, como un escultor que comienza sacando rocas de mármol de una montaña y después las talla. No tengo máquinas ni hombres que golpeen la montaña.
Solo… con unas tijeras, viendo ese cuadrado difuso, parado en el umbral de la puerta, estoy entre dos mundos, decido enfrentar ese vacío sólido. ¿Con qué maldito plan? Primero, MIRA hacia atrás, has dejado el encierro. VIDA responde: “¿qué es esto?”. Es un COMBATE contra lo invisible. Enfrente está ese plano indefinido. Lo volveré inexistente a fuerza de miles de puntos. Cada línea son como 100 puntos y multiplicados por 100, 10.000. Después de unas cinco horas, sigue oscuro. En la tarde vuelvo a comenzar a cortar y a poner puntos… el oscuro sigue ahí. Diez horas y sigue ahí. En la noche, durmiendo, sigue el combate. En la mañana sigo poniendo puntos, no me vencerá. Hasta que una mañana empieza a aparecer LA LUZ que está ahí. Una pregunta, ¿cuántos puntos hay? ¿50.000…?
¿En verdad está lo luminoso? Todavía hay intersticios por donde se cuela lo difuso. Podría seguir, millones de puntos, y siempre estará ahí. Entonces cambié de estrategia y empecé a cortar pequeños cuadrados y los coloqué, con cuidado, encima de los puntos. Había tantas capas que formaban colinas y valles y los cuadrados se deslizaban entre los puntos. Seguí cortando cuadrados y al cabo de un día habían desaparecido los puntos. Aunque un pequeño roce de mi mano volvía a abrir huecos que llegaban hasta el fondo difuso y volvía a comenzar, hasta que al final todo era ilimitado. Y la luz jugaba sobre esa superficie.
A los 89 años he ganado existencia, desde el encierro, vida.
_______________________
Paisaje a la incertidumbre
III
Mayo 30. 2020
Dos meses y medio suspendido en el tiempo, encerrado en un espacio de nadie y de nada.
En un presente que ya es pasado, que se desliza entre las paredes, se resbala contra la cama, se evade entre los platos, se arrastra por los rincones de la cocina y tropieza con las patas de la mesa de comer.
Se fuga de todo nuestro cuerpo dejando, en este paisaje de incertidumbre, millones escondidos en un planeta que ya no es nuestro.
Pero escondidos aquí, viajando en esta esfera, todavía vivos, tenemos el universo.
Allá afuera las estrellas nos esperan
Los niños gritan por las ventanas un nombre…
_______________________
Árbol y vida
II
Mayo 15. 2020
Hoy terminé el árbol a golpe de tijeras, sobre una mesa negra dentro de un marco cuadrado hecho de papel blanco. Ahí vive mi árbol encerrado, y encerrado en este apartamento que no tiene paisaje, que sólo ve ventanas… ventanas que ven ventanas. Pero mi árbol está vivo.
Bota todas las hojas, frutas, oxígeno y …
se reconstruye, en un pulso constante,
es VIDA. ¡Es oxígeno!
Porque entre cuatro paredes
LO IMAGINADO
ES VIDA.
_______________________
Caballero apocalíptico
I
Mayo 8. 2020
Encerrados en un apartamento por azar. Sin materiales de pintura ni de dibujo ni computadora. Sólo un iPad que uso como cámara, una mesa negra y una tijera con la que estaba cortando papeles que iba a botar. Cuando los papeles caían sobre la mesa me di cuenta de que se creaban relaciones inestables, instantes de vida. Después de horas cortando y botando, se me acabaron los papeles, así que tomé reproducciones de mi propio trabajo y los corté cada vez más pequeños y vi cómo caían, me detuve a observar lo que pasaba. Yo no podía controlar dónde ni por cuál lado caían sobre la mesa, ni cómo se organizaban al caer. Empecé a dialogar con ese lenguaje y a hacer de la tijera mi cómplice. Luego decidí usar los dedos, como un falso pianista, deslizando los fragmentos sobre la mesa negra, o la palma de la mano, moviéndolos como el viento, y los fotografié con el iPad. Después los volví a mover, se modificaba el resultado y lo fotografiaba de nuevo .
He hecho como 300 piezas, pero sólo queda el testimonio de la foto. Vuelvo a ser libre a pesar de la cuarentena. Es un proceso de destrucción y construcción. Lo que existía desapareció y lo que apareció tampoco existe. Sólo queda el testimonio de un iPad que mira 2con alta resolución (JPEG/H264 esto lo dice mi viejo iPad) y ustedes que, ahora, son mis-cómplices-memoria.
_______________________
Créditos
Textos y videos:
Concepto gráfico, desarrollo y montaje:
John Fuentes