Era pequeñito, muy pequeñito, tan pequeñito que cuando debutó en el cine debutó haciendo de enano. Eso fue en una película del cine mudo en 1927, la comedia Orchids and Ermine. ¿De quién hablo? Hablo del gran Mickey Rooney que recién ha pasado ya a mejor vida a la edad de 93 años.
Rooney desde un primer momento fue un fenómeno, de enano pasó a ser de niño, ya que debutó muy muy joven, y haciendo de niño hizo parejas musicales con grandes artistas, por ejemplo, con Judy Garland.
Además de esto Mickey Rooney era un gozón. Se casó ocho veces, su primera esposa Ava Gardner, aquella mujer de quien Hermes Hemingway dijo: “es el animal más bello sobre la tierra”. Ese animal pues era para el pequeñito Mickey Rooney. Sin embargo, no prosperó mucho, ese matrimonio se celebró en 1942, y después de la señora Gardner vinieron siete mujeres más. Consultado sobre si se casaría con todas sus mujeres de nuevo, Mickey Rooney dijo, “absolutamente, me encantaron cada una de ellas”. Consejo: cásate siempre temprano por la mañana, de esta manera si el matrimonio no funciona no habrás perdido el día. Pero si perdió mucho dinero a cuenta de su matrimonio.
En los años 60’ estaba prácticamente quebrado. ¿Quebrado por qué? Pues por todo lo que debía pasarles a sus ocho mujeres. En fin.
Luego tuvo un renacimiento con la película “Mi amigo el Dragón” “Pete’s Dragon” en 1977 cuando logra superarse.
Y su obra “Sugar Babies” fue todo un éxito en Broadway en la misma década de los 70’.
Nunca se retiró, consideraba que no debía retirarse, que mientras él pudiera estar allí tendría algo que hacer. Uno de sus últimos papeles es en esa hermosa película que produjo Francis Ford Coppola, “The Black Stallion” “El corcel negro”, una aventura bellísima de un caballo y un niño en la costa africana luego de un naufragio, el caballo corre maravillas, lo llevan a los Estados Unidos y allí ¿quién es el gran entrenador? Pues, un jockey natural por excelencia Mickey Rooney.
Nunca, ni siquiera en los divorcios dejo de sonreír.