“Bárbara en efecto tiene 19 años. La misma edad de mi hija. Y la conozco como si fuera mi hija: ha sido compañera y amiga de María Antonieta en todos estos años. Ahora estudia Comunicación Social y comparte su tiempo apoyándonos en nuestro equipo de producción. Es una periodista nata y con fuste. Pero, sobre todo, es una valiente joven de una generación valiente. Esta crónica la debemos leer todos.
Barbara Da Silva Larez
Quisiera entender a qué está jugando el oficialismo.
El martes 4 de abril estuvimos en la Libertador, y ¿qué nos encontramos? Un grupo de inconscientes que aprovecharon el desenfreno para lanzar piedras a un pueblo que se supone es el mismo que el suyo. ¿Qué nos encontramos? Unas personas que llenas de rencor arremetían con aquellos que luchamos por las necesidades de todos.
El jueves 6 de abril, salimos de nuevo. Y ¿qué nos encontramos? Un grupo de venezolanos escépticos que comían en restaurantes, caminaban riendo, hacían cola para alcanzar a comprar una canilla o sacar un tanto de dinero del cajero. Y mientras esa tranquilidad pasaba; corríamos muchos tratando de buscar un lugar donde refugiarnos. Corríamos con indignación por haber sido maltratados por los que juraron una vez protegernos. Y que ahora nos perseguían con un humo cegador y con la única esperanza de que ahogáramos nuestros gritos e impotencia.
Hoy, sábado 8 de abril volvimos a salir. Con más esperanza que nunca de que hoy sentiríamos un poco de la libertad que por 19 años -toda mi vida- nos han arrebatado. Y ¿qué nos encontramos? Represión en todas sus formas y por todos los rincones de Caracas. Una “marcha pacífica” que se vio violentada por millones de bombas. Gente desesperada corriendo, ahogándose y sufriendo. No había ningún lugar posible al cual recurrir en esas calles que por tanto tiempo han sido mi casa. Yo, al igual que muchas personas, tuvimos que tirarnos al Río Guaire, qué pasaría a ser “nuestro único rincon de salvación”. Escalar las paredes de la manera más angustiante mientras escuchábamos “apúrense que ahí vienen”. Sin saber dónde estaba mi mamá y si estaba bien. Viendo personas que podían ser mis abuelos, tosiendo y desvaneciéndose. No poder hacer nada.
El dolor y la impotencia abunda. Así como también lo hace la esperanza. No importa cuantas bombas tengamos que recibir, se que muchos como yo, seguiremos ahí.
INTERESANTE LA EXPOSICIÓN DE LA NIÑA….. SIENTO MUCHA LASTIMA POR MI PAIS PERO MAS POR ESA JUVENTUD QUE SE EMPEÑA POR CONSEGUIR NUESTRA LIBERTAD…..SOMOS TIERRA DE PATRIOTAS, DE LIBERTADORES, DE HOMBRES DE ARMAS TOMAR….! SIGUE ASÍ MI NIÑA, NO DESCANSES PUES TUS ENERGIAS HOY NOS HACEN MUCHA FALTA.