Los hombres no lloran, así se educó a buena parte de generaciones de latinoamericanos en un evidente arrebato de machismo. Al igual que los latinoamericanos también se considera que lso japoneses son muy pero muy machistas. Quiere decir; ¿Los japoneses no lloran? Parece que es así, porque en Tokio acaban de abrir un hotel de 3 estrellas, el Mitsui Garden Yotsuya que tiene como particularidad unas habitaciones solo para mujeres, y para que las mujeres lloren. Así es, tal y como usted lo lee.
Leo este texto de Vicky Vilches desde Japón:
Un establecimiento de Tokio ha saltado a la fama mundial al anunciar la inauguración de habitaciones diseñadas para que sus huéspedes femeninos combatan el estrés a base de llorar a gusto, vamos, a moco tendido.
Inspirados en su extraordinaria filosofía de hospitalidad, conocida con la expresión nipona de omotenashi, Japón cuenta con algunos de los mejores hoteles del mundo. Un abanico variado y exquisito que incluye desde sus mejores establecimientos tradicionales o ryokans, hasta los nuevos templos sibaritas que anidan en las últimas plantas de sus futuristas rascacielos, como el recién estrenado Aman Tokyo.
Pero el detalle de este Mitsui Garden Yotsuya está concebido para que las mujeres entren a liberar el stress a punta de llanto.
Menos ansiolíticos y más lágrimas liberadoras parece ser la filosofía de un hotel diferentes iniciativas para «minimizar la infelicidad» de sus ciudadanos. Las altas tasas de suicidio y depresión no han hecho sino aumentar con la crisis financiera y económica y los problemas de desempleo y falta de expectativas dejan huella en una sociedad acostumbrada al esfuerzo y al logro (…)
Entonces ¿como hacen para que usted llore? Le pasan películas a tono, películas muy lacrimógenas Forrest Gump, la coreana Un momento para recordar. Las estancias han sido bien surtidas de cajas de kleenex.
Suponemos que la mujer saldrá de allí con la cara hinchada de tanto llorar, ¿más aliviada, más tranquila, más ligera, más feliz? Eso no lo sabemos, pero sí habrá llorado bastante.
Eso sí, ya lo dijimos al principio los japoneses tampoco lloran, así es que el hotel no es para ellos.