Otra ciudad en la piedra

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  Al final de la tercera película de la saga de Indiana Jones: Indiana Jones y la última cruzada, aparecen 4 jinetes que nos hacen recordar o que evocan a los 4 jinetes del apocalipsis. Estos jinetes no son más que Indiana Jones, su padre, encarnado magníficamente por Sean Connery y dos más de los que les acompañaron en la aventura. Salen  cabalgando hacia el crepúsculo de una ciudad construida en la Piedra. Esta ciudad por supuesto es Petra, hasta allá fue Spielberg para filmar estas escenas finales en su película.

  Petra es una de las más extrañas, insólitas, construcciones del hombre. Es toda una joya arquitectónica construida, en efecto, en una piedra, queda en Jordania.  Y  los turistas pueden ir libremente a visitarla.  Sin embargo, no es la única ciudad construida en la Piedra. Hay otra,  Madaen Saleh y mucho más antigua construida en la Arabia Saudita. Esta es una ciudad tallada en la roca hace más de 4.000 años. Es decir, un par de milenios antes, inclusive de que llegase Jesucristo a la tierra.

  Una nota que leo en el Diario ABC nos dice:

  Esta ciudad llamada Madaen Saleh. Un enclave situado en la región de Hejaz (Arabia Saudí) que ha permanecido oculto durante el último siglo. Nadie podía acceder a ella por orden del Corán. Hasta ahora. Las autoridades de Arabia Saudí han logrado convencer a los líderes religiosos para que esta joya arquitectónica, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2008, pueda ser visitada.

  Madaen Saleh fue construida por la tribu de los tamudeos en el segundo milenio antes de Cristo. Según relata el Corán, Alá envió al profeta Saleh a la ciudad para que sus habitantes abandonasen sus cultos paganos y abrazasen la verdadera fe. Cuenta la leyenda que para demostrar su poder, Saleh convirtió una roca en una camella con la capacidad suficiente de producir leche para alimentar a toda la población.

  Sin embargo, los tamudeos querían deshacerse de Saleh y continuar con sus ritos.  Para ello planificaron destruir su creación y mataron a la camella.  Ante tal desafío, la respuesta de Dios fue contundente y exterminó a toda la tribu de los tamudeos.  Según recoge el Corán, nadie puede entrar en esa ciudad a menos que lo haga llorando y en ayunas por el triste destino de los tamuedos.

  Lo curioso es que como ustedes saben, el Corán fue escrito después de Cristo, el Islam como religión aparece es después del cristianismo. Y sin embargo, imparten una prohibición para una ciudad que fue construida 2.000 años antes. 2.000 años antes de que pudiese aparecer Mahoma, antes de que pudiese aparecer Jesucristo, en fin.

  Ahora, como se dijo: la joya arquitectónica quedó oculta con la llegada al poder en Arabia Saudí de la dinastía Al Saud en 1932. Desde ese año la entrada a la ciudad se vetó siguiendo la rigurosa interpretación del relato descrito en el Corán. Por suerte, casi un siglo después, las autoridades saudíes han logrado convencer a dos importantes ulemas (autoridad religiosa del islam) de la región para abrir al turismo esta impresionante construcción. Las autoridades esperan revitalizar la zona con la llegada de visitantes.

  Que suponemos no tendrán que llegar llorando, ni en ayunas por los tamudeos. Felices con sus camaritas, sus shorts y sus zapatos de goma como suelen ir los turistas que se respeten.

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