Se ha entregado el premio Cervantes. Para muchos el Nobel de las letras en castellano, se lo ha llevado Eduardo Mendoza, un gran escritor catalán. Mendoza Garriga nació el 11 de enero de 1943, hace ya 73 años en Barcelona. Y en 1975 publica su primera novela, La verdad sobre el caso Savolta. En el año 1975, La verdad sobre el caso Savolta es una de las primeras novelas que habla de una nueva narrativa en la península, sobre todo después de ese gran arrope que representó el boom de la novela latinoamericana. Una novela inteligente, ambiciosa, ubicada en varias épocas de la Barcelona a la que tanto le escribió Mendoza. Para descansar sobre el esfuerzo que le supuso, La verdad sobre el caso Savolta, Mendoza se embarca en una insólita, El misterio de la cripta embrujada, publicada en 1978. Esta es una novela muy curiosa porque le propio Mendoza cuenta que se sentó a escribirla sin saber sobre que iba a escribir y la escribió de un tirón. Sin mayor reflexión, sin mayor cuidado, y queda una primera novela de una larga serie, que luego tendría cinco.
El protagonista es un detective anónimo al que sacan de un manicomio. Y este detective anónimo se convertiría en un personaje insólito que daría pie para El laberinto de las aceitunas, publicada en 1982. Luego en el año 2001, la que a mi gusto es la mejor de todas, La aventura del tocador de señoras. En el 2002 detective anónimo vuelve a aparecer en El enredo de la bolsa y la vida. Y el año pasado, en la última novela publicada por Mendoza, El secreto de la modelo extraviada. Son sin duda divertimentos que se permite un escritor de este talante.
Junto a estas novelas, que algunos de sus críticos consideran menores, están sus grandes novelas. Por ejemplo, después de La verdad sobre el caso Savolta, viene una novela monumental como los es, La ciudad de los prodigios de 1986, también dedicada a su
querida Barcelona. En el año 1989, La isla inaudita. En el año 1991 publica por entregas a la vieja usanza de los folletines en El País, Sin noticias de Gurb. Y en esta misma tónica, en el año 2002 publicó El último trayecto de Horacio Dos. En el 2008, El asombroso viaje de Pomponio Flato, una historia de detectives, nada menos que en los tiempos de Cristo, donde hasta el mismísimo San Pedro y su hijo ayudan a descubrir el misterio del crimen. En el año 2010 se alza con el Premio Planeta por Riña de gatos, Madrid 1936.
Es un escritor magnífico, un hombre consagrado por completo a la literatura. Y además de la novela tiene dos libros de relatos. En el 2009 Tres vidas de Santos, (La ballena, El final de Dubslav y El malentendido). Y en el 2011 publicó El camino del Cole, un libro de literatura infantil. En el 1990 Restauración, su primer drama teatral y en 1998 Gloria. Ha publicado también libros de ensayo.
Y ahora se alza con este Premio Cervantes 2016. Es una buena oportunidad por supuesto para sentarnos a leer a Eduardo Mendoza.
