En la asonada golpista del 27 de noviembre de 1992, en medio de aquella cruenta balacera que se escenificó en la ciudad de Caracas, en los alrededores del aeropuerto de la Carlota, ya sobre el mediodía, hubo un momento de pánico para todos los caraqueños: había estallado una gran explosión. Luego de esta gran explosión, la gente, alarmada, se preguntó ¿qué pasó? Porque sonó como una explosión muy cerca, como en el edificio de al lado. Y, prácticamente, ese edificio de al lado se sintió en toda Caracas.
¿Qué tipo de explosión fue esa?
Luego lo supimos. Un piloto de la aviación, el hoy aspirante a Gobernador del estado Lara (ya en otras oportunidades gobernador de este estado), muy ligado al presidente Chávez, el golpista Luis Reyes Reyes, fue el piloto del avión que causó esa explosión.
¿Qué fue lo que hizo Reyes Reyes? Rompió la barrera del sonido.
¿Qué es romper la barrera del sonido?
Leo esta definición: En aerodinámica, la barrera del sonido, fue considerada un límite físico que impedía que objetos de gran tamaño se desplazaran a velocidad supersónica. El término se empezó a utilizar durante la Segunda Guerra Mundial, cuando un cierto número de aviones empezaron a tener problemas de compresibilidad (así como otros problemas no relacionados) al volar a grandes velocidades, y cayó en desuso en los años 50, cuando los aviones empezaron a romper esa barrera normalmente. Se define como una “barrera omnipresente”, que viaja en todas direcciones a la velocidad constante de 1.234,8 Km por hora. Esa es la velocidad del sonido, y al ser vencida por un objeto, estalla formando una explosión sónica que puede ser muy molesta al oído humano. –Eso fue lo que oímos los caraqueños el 27 de noviembre de 1992- No obstante, en la estratosfera, debido a la menor resistencia del aire, la velocidad es de 1.110 km por hora, y es allí que se rompe la barrera del sonido. Cuando un avión se acerca a la velocidad del sonido, la forma en que el aire fluye alrededor de su superficie cambia y se convierte en un fluido compresible, dando lugar a una resistencia mayor.
Habrán notado que hemos hablado del avión de Reyes Reyes, el golpista. Hemos hablado de aviones, de aparatos que pueden romper la barrera del sonido. ¿Se imagina usted romper la barrera del sonido usted solito con su cuerpo?
Eso es lo que ha ocurrido recientemente. Un individuo -supongo, quizás, no muy en sus cabales- decidió subir en un globo aerostático, precisamente hasta la estratosfera. Obedece al nombre de Felix Baumgartner, austriaco y paracaidista. Ya en una oportunidad realizó una locura como lanzarse desde las Torres Petronas, en Kuala Lumpur, las más altas del mundo. Se lanzó de allí en un paracaídas. Pero quiso buscar alturas más imposibles, más lejanas y se fue hasta la estratosfera y desde allí se lanzó.
En la imagen que tenemos cuando él salta de la capsula, muestra a la tierra en esa especie de dimensión azulada que tiene nuestro planeta cuando lo empezamos a ver desde afuera. Y el hombre al mero vacío fue a parar. Llegó a alcanzar, solo en su cuerpo, la velocidad máxima de 1.342 Km por hora, es decir casi 100 km más que la velocidad del sonido, con lo cual rompió la barrera -la explosión la habrá oído el solo-, y de repente empezó a sufrir convulsiones, a dar vueltas y vueltas. Cuando apenas le faltaban 1000 metros bajando a esa velocidad -¡imagínese usted, a esa velocidad de 1.342 Km por hora, y él se lanzó a una altura de 39 Km!-, es que decide abrir el paracaídas; ya había logrado entrar en control de todo.
Y, para remate, cuando llegó a la tierra, lo hizo “caminandito”, se quitó el casco muerto de la risa. Total, si Superman era más rápido que una bala, él pudo ser más rápido que el sonido.
httpv://www.youtube.com/watch?v=vCZLV7pDy2s
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