Lo que valen los huesos

 Toda la prensa española en estos días que van entre festejar a San patricio y festejar a San José, han dedicado mucho centimetraje, incluyendo primeras páginas, al descubrimiento de los huesos de Cervantes. Leo esta nota en El Pais:

No está garantizado al cien por cien que los restos hallados sean de Miguel de Cervantes Saavedra porque falta la prueba de ADN, pero “es posible” que “algunos fragmentos” de huesos hallados en la iglesia de las Trinitarias, de Madrid, sean del autor de El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha. Esa es la conclusión a la que ha llegado Francisco Etxeberria, forense y director del equipo de 36 expertos, “a la vista de toda la información generada en el caso del carácter histórico, arqueológico y antropológico”.

Los restos de Cervantes (Alcalá de Henares, 1547-Madrid, 1616) se encontrarían fragmentados y mezclados con los de otros 16 difuntos, incluida su esposa, en una sepultura situada en el extremo del suelo de la cripta del convento madrileño, en el barrio de Las Letras. Vaya nombre para enterrar a Cervantes.

Investigadores, con los restos hallados. / ATLAS / SOCIEDAD ARANZADI (El Pais)
Investigadores, con los restos hallados. / ATLAS / SOCIEDAD ARANZADI (El Pais)

Los huesos, pertenecientes a seis hombres, cinco mujeres y seis niños, fueron reunidos en un enterramiento situado a 1,35 metros de profundidad en torno a 1730, un siglo después de la muerte del escritor. Tal reducción de restos obedeció al traslado entre 1673 y 1698 de la iglesia primitiva a otra de nueva construcción, ambas dentro del perímetro conventual. Los vestigios óseos más atribuibles a Cervantes son los de cuatro adultos, concretamente una mandíbula que registra caídas de piezas ante mortem, como escribiera el propio autor del Persiles días antes de morir.

 Se le estaban cayendo los dientes.

Reparo en el detalle de cómo la prensa se ocupa en saber si son o no los huesos de Cervantes. ¿Qué valor pueden tener estos huesos hoy en día? Claro, son piezas de museo por ser los huesos que pertenecieron a un hombre muy importante, el más grande los escritores en nuestra lengua, el padre del castellano, como se le ha bautizado.

Los huesos en cuestión, en definitiva, son idénticos a todos de los demás humanos, pero tienen un valor especial –no necesariamente monetario- si pertenecieron en vida a alguien importante. Así, por ejemplo, los huesos de Cervantes interesan en estos momentos en España, así como cinco años atrás, en el 2010, los huesos de Bolívar le interesaron profundamente a Hugo Chávez y sus seguidores.

Exhumación huesos de Simón Bolívar
Exhumación huesos de Simón Bolívar

bolvar1En la madrugada del 16 de julio del 2010, recordarán ustedes, exhumaron los restos allí en el Panteón Nacional. De repente una serie de personajes, como sacados de la ciencia ficción, como si fueran los malvados de E.T El extraterrestre , vestidos de blanco, con las cabezas cubiertas, guantes y demás, sacaron con mucha delicadeza los huesos de Simón Bolívar. No había duda de que estos si eran los huesos del llamado Padre de la Patria. Hugo Chávez logró en ese momento algo muy importante. Hugo Chávez logró en ese momentoalgo muy importante. Agarró con su mano enguantada, el hueso (creo que fue el fémur), lo alzó como diciendo: “yo tengo a Bolívar en mi mano, yo soy más que Bolívar, yo estoy aquí”. Y, dicen, que había tras esto una serie de ceremonias y rituales de la gente que trabaja con muertos. Porque los huesos de los muertos son importantes en ciertas religiones oscuras del Caribe. En Haití, por ejemplo, los zombies, el vudú, trabaja precisamente con muertos, y a los muertos se les busca. Y en nuestra ciudad capital hemos visto cómo las tumbas del Cementerio del Sur han sido saqueadas a mansalva para sacar huesos con los que después se hace brujería, porque al apoderarse del hueso -dicen- se apoderan del muerto. Quizá ese fue el criterio que tuvo el señor Chávez al tocar los huesos del Padre de la Patria.

¿Qué ocurre con los huesos de Cervantes? Nada más allá del testimonio histórico, creo. En el caso ya brujeril, ya esotérico, sea con Bolívar o sea con cadáveres desconocidos del Cementerio General del Sur, pues los detalles cambian

Hablando de hueso y de restos, también me viene a la memoria el descubrimiento de la tumba de Tutankamón a principios del siglo pasado en Egipto. Tutankamón, el niño faraón que fuera enterrado lleno de joyas, se convirtió en toda una figura iconica fundamental en el Egipto de estos tiempos modernos. Pero, decían que la tumba de Tutankamón tenía una maldición, quién la violase pagaría las consecuencias, todos los que participaron en la expedición fallecieron luego.

En el caso de la exhumación de los restos de Bolívar, se dice que también empezó a funcionar algo parecido a una maldición. El cáncer empezó atacar algunos de los que allí estuvieron, y ya sabemos muy bien como terminó, inclusive, Hugo Chávez.

En fin, detalles de huesos. Los huesos a veces no importan mucho, después de muertos importarán menos, excepto que usted haya sido algo grande en vida.

Por lo pronto, ya vendrá un museo en el barrio de Las Letras de Madrid para ver los huesos de Cervantes. Aunque siempre será preferible leerlo, que no verle el hueso.

Etiquetas:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.