La revolución chavista: Cronología de un trampantojo – María Sol Pérez Schael

La revolución chavista: Cronología de un trampantojo - María Sol Pérez Schael

Por: María Sol Pérez Schael

María Sol Pérez Schael

Este texto está dedicado a los que no han

querido ver lo que, desde siempre, ha estado a la vista.

Son muchas las interpretaciones que se hacen del régimen que rige en Venezuela desde enero de 1999. Fascismo, caudillismo y populismo son algunas de ellas. Otras hablan de Estado fallido o Narco Estado mientras que los más confundidos dicen que es un régimen difuso o lo llaman “sultanato”. Estas tesis, que pueden tener todas algo de verdad, no identifican la singularidad de la Revolución Chavista, de manera que el objetivo de estas páginas será mostrar esa esencia que ha estado allí, desde el comienzo, y que muchos se han negado a ver.

Afirmo que en los últimos 20 años Venezuela no ha tenido un “Gobierno”, entendido como el ejercicio de un poder basado en la autoridad que otorgan la constitución y las leyes. Lo que se ha desarrollado ante nuestros ojos es una ESTRATEGIA DE DEMOLICION, es decir, una operación militar, orquestada más allá de los límites del “Estado-Nación” que, a diferencia de la vía violenta de las revoluciones del siglo XX (URSS, China y Cuba), optó por un camino rebuscado y perverso de disimulación democrática, velando así su naturaleza y la brutalidad de sus métodos. Esa perversión es lo que ilustraré a continuación.

La revolución chavista: Cronología de un trampantojo - María Sol Pérez Schael

Disimulación y demolición

Se pueden identificar cuatro momentos claves en la ESTRATEGIA DEMOLICIÓN:

1. Captura del poder(1999-2004);

2. Dictadura de Partido Único y nueva frontera: Cubazuela (2005-2006).

3. Poder Popular y asistencialismo (2007-2010)

4. Cártel y No retorno”(2013-2018).

También es posible identificar los tres pilares que la han hecho posible: Primero la manipulación del sistema electoral, que durará hasta 2015. Luego la bonanza petrolera, que dará recursos para desarrollar la operación militar de manera “pacífica” hasta 2012 y, por último, La Fuerza Armada, que terminará controlando al país en 2017, bajo la forma de un conglomerado económico.

1. La captura del poder (1999-2002)

1999-2000: Fundación de la V República

HCF gana las elecciones en diciembre 1998 con la intención de instaurar un modelo político hegemónico (la Democracia Bolivariana y la V República). El primer acto revelador de esa voluntad, será su abjuración al tomar posesión del cargo en Abril 1999. Ese gesto, que podría despojarlo de su condición de presidente constitucional, será considerado irrelevante pues, a partir de ese momento y, por encima de la Constitución vigente (la de 1961) se impondrán las “razones políticas”.

En opinión de algunos, sería la debilidad de la ya deteriorada democracia de partidos lo que explicaría que la consulta, para convocar una Asamblea Constituyente, se transformara en un mandato creador de un Poder Constituyente. Este trasvase subrepticio fue un fraude a la Constitución y a él colaboraron la presión de la opinión pública, una Corte Suprema de Justicia (CSJ) debilitada y un Consejo Nacional Electoral (CNE) complaciente.

El debate legislativo fue intenso y en él se enfrentaron dos perspectivas 2 : una privilegiaba la primacía del poder constituido y afirmaba que le correspondía al Congreso convocar el Referéndum Consultivo (RC), aplicando los mecanismos contemplados en la Constitución del 61 (Reforma y Enmienda). La otra defendía la primacía del poder originario y supraconstitucional del pueblo expresada de manera directa.

La CSJ, deseosa de acabar con la discusión y, buscando garantizar una transformación del Estado de manera pacífica y regulada, admitirá la realización de la consulta (que no era de obligado cumplimiento), esperando que los poderes constituidos fijaran el alcance, límites y conformación de esa Asamblea Constituyente en un posterior Referéndum Aprobatorio.

Sin embargo, la CSJ no pudo o no supo sortear las presiones del chavismo que, con la complicidad del CNE y, en franca violación de la Constitución, convirtió la consulta en un plebiscito aprobatorio sin que se establecieran restricciones relativas al quórum de participación o a los límites constitucionales en la actuación de esa Asamblea. El Referéndum se realizó el 25 de abril de 1999 y fue aprobado con una abstención del 62% de los electores.

Esa fue la primera victoria de la estrategia de HCF. El paso siguiente sería controlar la Asamblea Nacional Constituyente (ANC). Para ello le bastó una astucia matemática, conocida como “El Kino de Chávez”, que tomó por sorpresa al resto de los partidos de la oposición. Esa estrategia malintencionada y de sesgo antidemocrático, pues favorecía una escandalosa sobrerrepresentación del chavismo, permitió que HCF se hiciera con el 95% de los diputados (125 de 131) con tan sólo el 52% de los votos. Ese 25 de abril de 1999 fue la primera vez, pero no la última, que el CNE favorecería al chavismo con estrategias electorales depredadoras.

Pero el poder es como el dinero: nunca empalaga, de manera que la ANC no se limitó a discutir y elaborar una nueva constitución respetando los límites establecidos en la Constitución del 61 sino que, de manera inconstitucional, decretó en octubre la “Reorganización del Poder Judicial y el Sistema Penitenciario”, decisión que incluía la evaluación de los Magistrados de la CSJ. Esta emergencia judicial fue utilizada, no para adecentar la institución, sino para destituir o suspender jueces a nivel nacional y designar nuevos de manera provisoria9. A partir de ese momento y, hasta el día de hoy, el sistema judicial no volvió a recuperar su independencia.

El 15 de diciembre de 1999, en medio de una catástrofe nacional en la que perecieron miles de personas bajo el ojo indiferente del poder, se aprobó la nueva Constitución con la participación de sólo el 44% del padrón electoral. Así pues, el poder “supraconstitucional” que se expresó en esas primeras contiendas (ANC y aprobación de la nueva Constitución) fue siempre minoritario.

2000-2002: “Tansitoriedad” y Fin de la separación de poderes.

Una semana después de aprobada la Constitución la ANC, cuya competencia ya había terminado, se dotó de un “Régimen Constitucional Transitorio” que declaraba la reorganización del Poder Público y extinguía el Congreso en funciones. Así, de un manotazo, fue violada por primera vez la Constitución recién estrenada.

Para compensar el vacío (la transitoriedad) creado por ellos mismos, los asambleístas designaron una Comisión Legislativa Nacional, conocida como “El Congresillo”, que gobernaría junto a HCF desde enero 2000 hasta la realización de las nuevas elecciones en agosto de ese mismo año. Ese “Congresillo” fue integrado por los miembros recién designados y transitorios (todos chavistas comprometidos) del TSJ, el CNE y el Poder Ciudadano (Fiscal, Defensor y Contralor) y estuvo presidido por Luis Miquilena.

Pero la revolución debía también garantizar su futuro. En buen estratega, HCF propuso realizar unas Mega-elecciones en las que se renovarían todos los poderes (Presidencia, por 6 años, Diputados, Gobernadores, Alcaldes). Fue una elección de gran complejidad (33.000 candidatos, 5.000 cargos en disputa y 40 millones de boletas electorales) en la que HCF ganó la presidencia y logró la mayoría de las gobernaciones, alcaldías y consejos municipales pero, lo más importante: obtuvo mayoría calificada en la nueva Asamblea Nacional (AN) al sacar 92 de los 165 diputados.

Los sesgos de esa Mega-elección fueron, por supuesto, denunciados. En particular, fue cuestionada la “sobrerrepresentación” del chavismo que, a pesar de superar a la oposición en sólo 44.573 votos a nivel nacional (1%), obtuvo 10% más de diputados. Sin embargo, eso no fue lo más sospechoso: un escándalo mayor lo representó el 33% de votos nulos, lo que significó que más de 2millones cien mil votos no fueran contabilizados a favor de ningún candidato.

El siglo XXI comenzaba, pues, con una Venezuela enlutada por una tragedia, portando un nuevo nombre, República Bolivariana de Venezuela, y experimentando una revolución sin disparar un tiro, sólo manipulando elecciones y decretando leyes habilitantes. Una reacción adversa era de esperarse, de manera que, a fines de 2001, al HCF decretar las 49 leyes que afectaban la propiedad y la economía, la oposición llamara a un paro nacional el 10 de diciembre.

Tropiezo 1: La crisis política (2002-2004)

Los sesgos electorales y las inesperadas medidas económicas e institucionales, dieron inicio a la polarización y radicalización de la oposición y, también, al deterioro de la credibilidad en el sistema electoral.

A las cuestionadas Mega-elecciones le siguió así un período de intensa conflictividad social que, como sabemos, terminó con el golpe de estado para sacar a HCF (el Carmonazo) y el contragolpe del General Baduel, para regresarlo al poder, en abril de 200216. Estos episodios, movidos y controlados por militares, serán aprovechados por HCF para desarrollar las primeras purgas en el ejército y avanzar en la consolidación de la unidad cívico-militar de su estrategia.

No obstante, el liderazgo de HCF se encontraba fragilizado y la calle continuaba agitada. Un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos reporta que, entre abril 2002 y marzo 2003, hubo más de 40 muertos y 750 heridos como resultado de las protestas. También es importante recordar que en noviembre 2002 la oposición, que para entonces agrupaba múltiples ONG y partidos políticos en la Coordinadora Democrática (CD), quiso convocar un Referéndum Consultivo para solicitar la renuncia del Presidente pero fue rechazado. El gobierno se ocupó de precisar que una consulta popular con esas intenciones sólo podría realizarse a partir de agosto 2003.

Ante una crisis que amenaza desencadenar una guerra civil, aparecieron los buenos oficios de César Gaviria, representante de la OEA, y el Centro Carter y, encantado con la llegada de los bomberos, HCF instaló una Mesa de Diálogo cuyo objetivo fue “definir el tipo de elección que debe celebrarse en el país para superar la crisis política”. Ello, sin embargo, no detuvo la huelga petrolera que se inició en diciembre 2002 y finalizó en marzo 2003 cuando la oposición decidió recoger firmas para realizar, ahora sí, un Revocatorio del mandato de HCF.

Ese evento, llamado “El Firmazo” recogió casi 4 millones de firmas (el doble de lo exigido para desencadenar el proceso) y ello desató, de inmediato, un conflicto entre el TSJ, que validaba las firmas, y el CNE que las consideraba “Firmas planas”. Era lógico que se impusiera el criterio del TSJ y la validez de las firmas y que, a partir de ese momento, comenzaran a correr los 90 días para que el CNE fijara la fecha del Referéndum. Sin embargo, la grabación ilegal de una conversación entre Teodoro Petkoff y Quirós Corradi, en la que Petkoff cuestionaba la seriedad de la recolección, amenazó con dislocar la unidad de la oposición. Recordemos que la CD agrupaba actores políticos de distintas tendencias y que las de izquierda democrática, cercanas al chavismo, debían temer el avance de organizaciones de centroderecha, como Proyecto Venezuela o Primero Justicia, partidos que saldrían favorecidos de resultar revocado el mandato de HCF. Para evitar la fractura de la unidad y, con gran ceguera política, la CD aceptó la oferta de negociación.

Este sería el último conflicto institucional que conocería la moribunda democracia venezolana pues, al perder el respaldo de la CD, los magistrados que validaron las firmas renunciaron y fueron substituidos por magistrados cercanos a HCF. Así se cerraba un capítulo decisivo en el secuestro de las instituciones. En cuanto al RR, el gobierno aprovechó la presencia de los mediadores, ya instalados en Venezuela (el Centro Carter y César Gaviria), para posponer un año la realización del RR.

Por consejo y ayuda de Fidel Castro, HCF lanzó Las Misiones esperando recuperar el apoyo popular que por entonces apenas alcanzaba un 30% y, un año más tarde, en agosto 2004, respaldado especialmente por la Misión Identidad, bajo dirección cubana, remontaba en las encuestas y ganaba el RR.

No consideraremos las irregularidades del proceso revocatorio, que fueron muchas y decisivas. Tampoco se analizarán las estrategias de la oposición. La historia tendrá que evaluar por qué algunos prefirieron negociar la validez de las firmas antes de esperar la resolución del conflicto de poderes entre el CNE y el TSJ. Respecto a este episodio, baste agregar que HCF estaba consciente de los riesgos que corría si el RR se realizaba en el 2003. Acá sus propias palabras, cuando realizaba el Taller sobre “El Nuevo Mapa Estratégico” en noviembre 2004:

“258. Aquí voy a hacer sólo un comentario, la cedulación, eso hay que seguirlo haciendo…. Si no hubiéramos hecho la cedulación ¡ay Dios mío! Yo creo que hasta el referéndum revocatorio lo hubiéramos perdido, porque esa gente sacó 4 millones de votos… Se dan cuenta que sí tenían las firmas, o si han podido recoger las firmas”

Y más adelante dice:

“261.Ustedes deben recordar… producto del golpe y todo el desgaste… la ingobernabilidad llegó a un grado alto… Hay una encuestadora internacional … a mitad de 2003 … fueron a Palacio y me dieron la noticia bomba: “Presidente, si el referéndum fuera ahorita usted lo perdería”… Entonces… empecé a pedirle apoyo a Fidel… y empezaron a llegar los médicos…las misiones Aristóbulo ¿cómo se llama? Robinson”.

Superado ese primer tropiezo y, con el precio del barril de petróleo en alza, HCF puede dar inicio a una nueva etapa en la DEMOLICIÓN.

Etapa 2: Consolidación del poder: Dictadura de Partido Único y la frontera de Cubazuela (2005-2006)

El apoyo de Fidel Castro ha sido determinante en toda la evolución de la estrategia chavista. Ese apoyo, estructurado en un convenio de cooperación firmado en el 2000, dará inicio a la desaparición de las fronteras del Estado Venezolano. Las Misiones (dirigidas o integradas por personal importado de la Isla) constituirán lo esencial de la acción de HCF y convertirán el asistencialismo en la garra que controlará políticamente a la población. Una vez el bolsillo y el estómago de las mayorías en manos del gobierno, a HCF le será sencillo controlar el flanco problemático de la oposición.

HCF tiene claro que la mascarada democrática hace necesaria una oposición, pero ella debe ser inofensiva, de manera que la CD (debilitada por la traición del carmonazo y el fracaso del RR) recibirá el puntillazo que la dejará fuera de servicio, por un tiempo, con las elecciones parlamentarias del 2005.

Esas elecciones, al no ofrecer garantías de transparencia e imparcialidad (la CD pedía inútilmente nuevas autoridades electorales), provocaron la deserción masiva de los electores y el retiro de las candidaturas de oposición. La abstención fue del 75%, lo que revela que el chavismo no lograba tampoco movilizar a su gente pero, aún así, y con la complicidad de la prensa internacional que festejaba los éxitos electorales del caudillo, HCF logró conformar una Asamblea de Partido Único electa por el 25% de los electores.

Sin contrapesos, pues los poderes estaban secuestrados y, apuntalado por un CNE que lograba aumentar el padrón electoral, en promedio, en un millón de electores cada año, HFC ganará sin dificultad la elección presidencial celebrada en el 2006.

Así se abre un nuevo período de Dictadura de Partido Único signado por: a) la persecución a los medios de comunicación (la ley resorte, conocida también como la ley mordaza), b) las políticas de expropiación y c) la incorporación del pueblo a la defensa de la nación , primer paso hacia la creación de las milicias y los colectivos paramilitares.

“Hemos demolido el viejo régimen pero no las ideas” había dicho Chávez en el Nuevo Mapa Estratégico(2004). A partir de 2007 buscará instaurar el Poder Hegemónico y el Estado Comunal.

Etapa 3: Poder popular y asistencialismo (2007-2010)

El Estado Comunal forma parte del Proyecto Nacional Simón Bolívar, llamado también “Primer Plan Socialista” (PPS) y en él, HCF revela, sin tapujos, su verdadero proyecto: liquidar el modelo representativo para instaurar la “democracia protagónica” y substituir el capital privado con empresas de producción social. También los planes geopolíticos sufrirán cambios. Así, el nuevo mapa de aliados tendrá este orden: 1. América Latina, 2. Irán, Siria, Bielorusia y Rusia. 3. China Vietnam, Malasia y zonas circunvecinas, luego el resto del mundo.

Era lógico que la oposición democrática intentara frenar esos planes, pero HCF conseguirá neutralizar a sus adversarios a realazo limpio y con una nueva e ilegal astucia: las funciones paralelas.

(Un capítulo especial merecería el tema de las instituciones paralelas, algunas creadas y financiadas a nivel internacional, pero no lo abordaremos en esta oportunidad. Replicar y asfixiar ha sido moneda corriente durante los años de revolución. Baste mencionar, que en 2009, Antonio Ledezma gana la Alcaldía mayor de Caracas y, de inmediato, le fueron quitadas las competencias para finalizar preso un año más tarde. Eso lo vivieron también Diputados, Alcaldes y Gobernadores).

Pero sigamos el hilo de la argumentación:

El chorro de dólares que entraba en la economía (un barril entre 80$ y 140$), permitía comprar la paz apaciguando a las clases medias, beneficiadas con los 5000$ del cupo viajero, y a las clases más desfavorecidas con programas de asistencialismo directo. Así, mientras la amenaza comunista se alejaba con las importaciones y el consumismo, HCF podía venderle a la prensa y a la izquierda internacional una revolución exitosa y “democrática” cuya veracidad nadie verificaría.

Entretanto HCF avanzaba en la destrucción del país y de sus fronteras, y lo hacía con cinismo y desparpajo, incluso a expensas de la Constitución que él mismo había creado y que violaría sin vergüenza, una vez más, al tomar posesión de la nueva presidencia, en enero 2007 y lanzar su propuesta de reforma constitucional para instaurar el Estado Comunal.

La AN unicolor facilitará la demolición al ceder al Ejecutivo sus facultades legislativas mediante una Ley Habilitante. HCF puede, así, mandar solo y, como el tiempo apremia, en diciembre de ese año, convoca el Referéndum para aprobar sus reformas pero, esta vez, sorpresivamente saldrá derrotado. En realidad, la derrota se la impuso el General Isaías Baduel quien lo forzó a aceptar los resultados adversos. Poco después, el General pagó ese atrevimiento con la cárcel, donde todavía se encuentra.

La opinión pública y la prensa internacional, alimentada por aliados de la revolución y enemigos del imperialismo americano, a quien HCF venía de expropiar la ExxonMobil y la ConocoPhillips, celebraron que HCF se mostrara como un “buen jugador” al aceptar la derrota. Con cinismo democrático y con cara dura, HCF puede continuar avanzando en su estrategia.

Esos años, 2007-2010, serán años de consolidación del poder: en 2007 HCF pondrá fin a la concesión de RCTC y cerrará 34 nuevas emisoras de radio y, durante todo el ejercicio de esa presidencia, aplicará una política de expropiaciones agresivas, algunas a través de adquisiciones forzosas con pago de indemnización y otras mediante nacionalizaciones (telecomunicaciones, Sidor, empresas básicas, faja petrolera del Orinoco) . Ayudado por la crisis financiera internacional de 2008, logrará bajarle la cerviz al sector financiero (13 bancos desaparecen, se nacionaliza el banco de Venezuela y se cierran las casas de cambio).

En julio 2008 se dotará de su ejército personal al aprobar la Ley Orgánica del la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) creadora de la Milicia, un cuerpo especial y dependiente del poder ejecutivo y, en enero de 2009, la enmienda que permite su reelección infinita. Sólo faltaba rematar lo relativo al Estado Comunal.

Es posible que HCF se prepara para hacerlo con la nueva legislatura que debía instalarse después de las elecciones de diciembre 2010 pero, el retorno inesperado de la oposición en esas elecciones, en las que impidió que HCF lograra mayoría calificada, amenazaron detener el progreso de demolición, de allí que, un mes antes de culminar su ejercicio, la Asamblea de Partido Único decidió aprobar, a la carrera, las Leyes del Poder Popular negadas el Referéndum de 2007. A la brava y violando su constitución, HCF creaba su Estado paralelo. La oposición, por su parte, en 2009 revivió la coalición (antigua CD) en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y, en 2012, la inscribirá como partido político ante el CNE.

Un capítulo especial merece el tema militar en esta etapa de la estrategia pero no lo abordaremos en detalle. Señalaremos que la ocupación militar de las instituciones públicas comenzó con el Plan Bolívar 2000 y fue adquiriendo progresiva importancia en la conformación de los gabinetes y en el presupuesto de gastos de la nación. Con Políticas de fragmentación, apaciguamiento (prebendas), ideologización, e inteligencia (cubana), HCF logrará controlar a las Fuerza Armada Nacional Bolivariana y prepararla para replicar el modelo de GAESA, el consorcio empresarial de los militares cubanos marcando, con ello, el inicio del régimen de Cártel, cuyo eje articulador será PDVSA y la nueva frontera de Cubazuela.

Tropiezo 2: Enfermedad y muerte de HCF (2011-2013)

Desafortunadamente el destino alcanzó a HCF y enfermó. Ese fue el segundo gran tropiezo en su estrategia destructiva y es posible que, con el tiempo, esos 2 últimos años sean reconocidos como los años de Alí Babá.

Todo indica que con la enfermedad del líder se debilitaron los controles y se dio rienda suelta a las ambiciones. Así se inicia un período de depredación y corrupción masiva y mil millonaria. No es mucho lo que se sabe, pues apenas comienzan a destaparse los escándalos; no obstante, en 2010 la lista Falcani permitió descubrir que 12mil millones de dólares que se concentraban en 4 cuentas del HSBC, propiedad de la Tesorería Nacional y el Banco del Tesoro de Chávez, en manos de A. Andrade, hoy preso en los EEUU. Otros casos están pendientes, entre ellos los 29mil millones de dólares desaparecidos de FONDEN, los “guisos de Andorra” que involucran a PDVSA y que superaron los 4 mil millones de dólares, y el caso de los “bolichicos” cuyos negocios sumarían 1mil 200 millones de dólares. Más recientemente se ha contabilizado el gran negocio de Cuba al controlar el aparato estatal venezolano: sólo por el pago del trabajo esclavo, Venezuela cancelaría unos 8.700€ millones al año.

Finalmente, la compra de medios de comunicación (Globovisión en 2013), más los sobornos de Odebrecht y del Fondo Chino, aumentarían la cifras de corrupción de manera explosiva en este “final festín” de la era Chávez.

Nunca sabremos si HCF contabilizó la magnitud de las huestes que se habían desatado con su enfermedad, pero sí sabemos que, en buen soldado que muere con las botas puestas: vuelve a presentarse para la presidencia en las elecciones de octubre 2012 y, en esa oportunidad, aún controlando todos los poderes y los medios de comunicación, conoció la más reñidas de todas las elecciones en las que participó, incluida la diciembre de 1998.

Estaba claro que si los chavistas se enriquecían, el chavismo y la revolución iban camino a la bancarrota. Estaba claro también que los ajustes que realizaba el CNE al cambiar distritos, desplazar electores y otras triquiñuelas que le garantizaban la sobrerrepresentación, comenzaban a engatillarse.

HCF muere, oficialmente, en marzo 2013 y 30 días después, como estipula la constitución malquerida, se convocan elecciones con Nicolás Maduro, heredero designado. Capriles Radonsky, adversario de HCF en las elecciones de 2012 vuelve a presentarse y NM le gana por un margen mínimo ( 1,4%). Los resultados son desconocidos por la oposición y hasta el Centro Carter, en su estilo pusilánime comprende que el horizonte trae nubarrones:: “los resultados electorales extremadamente reñidos del 14 de abril generaron un conflicto electoral y político que no se observaba desde el referéndum revocatorio de 2004”. Pero no había nada que hacer: los poderes le pertenecían a la revolución y las cartas estaban echadas. La destrucción debía seguir su curso.

Etapa 4: Cárcel y… ¿No retorno? (2013-2018)

NM hereda el Segundo Plan Socialista 2012-2019 en el que HCF afirmaba: “Estamos obligados a traspasar la barrera del no retorno, a hacer irreversible el tránsito hacia el socialismo”. El Poder Popular debe ejercerse “a través de instancias como consejos comunales, salas de batalla social, comunas socialistas, ciudades comunales, federaciones y confederaciones comunales entre otros” y de “los cuerpos combatientes en todas las estructuras del Estado”. Para el 2019 todas las competencias del Estado serán transferidas a esas comunas.

Desafortunadamente, a NM las cosas se le van a complicar: seis meses después de asumir la presidencia caen los precios del petróleo y la revolución amenaza descarrilarse. Le será imposible seguir empujando el carro “por las buenas”, es decir con trampas y a realazos pues el venezolano, recolector de rentas, muestra claramente su desamor. La demolición se encuentra, pues, frente a un impase: o cambia de rumbo restableciendo una economía de mercado, o insiste en la ruta Cubazuela y tendrá que hacerlo a la fuerza. NM no dará marcha atrás.

2014 es un año de conflictos, represión y control. Bajo la consigna: “la calle es la salida”, comienzan en febrero las protestas estudiantiles a nivel nacional. La represión, incluida la de los grupos paramilitares (colectivos en motocicletas), dará cuenta de esas manifestaciones: 43 muertos, algunos de ellos con un tiro en la cabeza. Los líderes de la oposición son acusados de promover un golpe de estado y van presos. La destrucción avanza a la brava pero, un revés inesperado se producirá con las elecciones parlamentarias de diciembre 2015.

Estas elecciones merecen especial atención. Desde abril de ese año el CNE, consiente del desamor de las masas (ya en 2014 la popularidad de NM, 24,5%, iba palo abajo), se prepara para derrotar a la oposición utilizando nuevas proyecciones poblacionales, modificando los cargos por circuitos, creando nuevos centros de votación en edificios de la Misión Vivienda, desplazando electores y complicando la elección. En paralelo, se introduce el sistema biométrico para supervisar las compras de alimentos, “una bendición contra el fraude” dirá NM, “una libreta de racionamiento a la cubana” dirá la oposición.

El optimismo debió reinar en las filas del chavismo al constatar que en las primarias de la MUD para elegir los candidatos a diputados, en marzo 2015, la movilización es desastrosa. Apenas participan 600 mil electores (el 3% del padrón electoral). El régimen debió pensar que tenía controlada la situación. La oposición, por su parte, tampoco esperaba el triunfo que obtuvo: la mayoría calificada (2/3 partes) en la AN.

Muchos han querido ver en este triunfo la baja abstención y reprochan a los abstencionistas fracasos anteriores y posteriores. Pero es desconocer que elecciones fraudulentas, con elevada votación, se produjeron antes y después de 2015. Algún día, quizá, conoceremos la verdad, entretanto, podemos suponer que se produjeron dos fenómenos inesperados para el régimen: 1. Que la población asumiera esa elección como un plebiscito contra NM y 2. Que el régimen no pudiera calcular la magnitud de la decepción de sus propios seguidores que, aún bajo el control biométrico y amenazados de perder el derecho a obtener alimentos baratos, le darían la espalda. Ignoraron también las primeras fisuras y deserciones importantes que comenzaban a producirse en el bloque del chavismo. Esas elecciones demostraron que, si bien la población rechazaba a la MUD, rechazaba aún más a la revolución.

El triunfo de la oposición duró poco pues el TSJ anuló la elección de los 3 representantes indígenas y, como el CNE nunca realizó las elecciones para substituirlos, la oposición perdió la mayoría calificada y no pudo (ni ha podido) elegir los nuevos Poderes Públicos. A partir de ese momento se desataron los demonios pues NM entendió que, ni con la complicidad del CNE y el TSJ lograría ganar una elección más en el futuro.

En 2016, con un desabastecimiento y una inflación de 274%, comienzan de nuevo las protestas por la escasez y algunas se producen en los alrededores del Palacio Presidencial y, en abril, la oposición decide convocar un referéndum Revocatorio que debía realizarse antes del 10 de enero del año siguiente. NM se limita a declarar que esas iniciativas “no tienen viabilidad política”. Así será: las firmas se entregan el 2 de mayo 2016 pero, con la ayuda de tribunales penales de provincia (Aragua, Carabobo, Apure y Bolívar), se orquestan irregularidades y el CNE suspende la validación de firmas y el RR. La oposición convoca protestas a nivel nacional que son fuertemente reprimidas y en octubre NM, recordando la exitosa estrategia de Chávez en 2004, instala una Mesa de Diálogo con el “acompañamiento” del Vaticano, la UNASUR (Samper) y “la mediación” de JL Rodríguez Zapatero. Este diálogo fracasará y provocará, una vez más, el descrédito de la oposición. La MUD desaparecerá, sin pena ni gloria, dos años después.

Pero aún estamos a finales del 2016 y el ambiente es claramente hostil al régimen, incluso en el Estado Bolívar se registran saqueos que dejan 5 muertos, de manera que el CNE decide suspender las elecciones para gobernador (suponemos que se da un tiempo para ajustar el software malintencionado a la nueva situación). NM designa a través del TSJ y, de manera inconstitucional, dos nuevos miembros del CNE y, el 29 de diciembre anuncia el Plan de la Patria “Campaña Carabobo”, para “sellar”, suponemos, la segunda independencia de Venezuela.

2017 Será el año de la Contraofensiva militar, estrategia que había comenzado en 2016 con “la plataforma de despegue” (El Plan Patria legado de HCF) y con la “Agenda Económica Bolivariana y la Gran Misión Abastecimiento Soberano”.

Está claro que la ESTRATEGIA DE DEMOLICION no cuenta con dinero ni se sostiene ya con el pilar electoral, solo les queda la Fuerza Armada que HCF, inspirado en el Estado pretoriano de los cubanos, se ha ocupado de cultivar. NM se entregará a los militares pero, no lo hará en la forma tradicional latinoamericana de gobiernos tutelados. Lo hará según el modelo de GAESA, es decir, asociándolos en el negocio. Tal vez esta estrategia estuvo planeada desde siempre, imposible afirmarlo, pero sabemos que las exigencia de “dinero, poder y prestigio” crecerán con la misma intensidad con la que se agudiza la crisis política. Esto consolidará el funcionamiento de la Fuerza Armada y del país, bajo la modalidad de Cártel.

Expliquémoslo brevemente. En 2013 NM llama a construir y desarrollar “una poderosa industria militar Bolivariana” y crea la Zona Económica Militar Socialista que concentrará el poder económico de la nación en unas 20 empresas. CORPOVEX (corporación venezolana de comercio exterior) creada en 2015, y COMIMPEG (Compañía , minas petróleo y gas) creada en 2016, serán las empresas que centralizarán los negocios. CORPOVEX tendrá el control de la importación y comercialización para las empresas del Estado (incluidas Bariven, Agropatria, Abastos bicentenario, entre otros) y la CAMIMPEG tendrá libre acceso al proyecto del Arco Minero del Orinoco. Sin olvidar el espectro de negocios que ya existen (armas y material de guerra y PDVSA cuya presidencia será ocupada por militares desde 2016), las actividades de estas dos últimas corporaciones aportarán su grano de arena en la pérdida de fronteras. En particular CAMIMPEG que funcionará con la complicidad de los desertores de las FARC y grupos de irregulares desplazados en la zona fronteriza después de los acuerdos de paz en Colombia. Finalmente, en La Gran Misión Abastecimiento Soberano, proyecto de racionamiento alimenticio, pasará a manos de Padrino López, Ministro de la Defensa.

Volvamos a la “contraofensiva” de 2017: NM, escudado por el pilar militar (para algunos la definitiva conformación de un narco estado), debió sentirse preparado para recibir cualquier avalancha de conflictos, de manera que se inicia ese año con una decisión del TSJ (la 156) que le otorga al Ejecutivo todas las funciones de la AN, acusada de desacato. Este “autogolpe” da inicio a una nueva ola de manifestaciones.

Entre mayo y junio 158 personas, la mayoría menores de 30 años, morirán asesinadas en las protestas. Es también el inicio de la tortura sistemática y de las sanciones internacionales. En julio, violando la constitución, NM convoca elecciones para elegir una Asamblea paralela, su Asamblea Nacional Constituyente, en una farsa que le dará al chavismo la totalidad de los cargos mientras, desde Londres, la empresa que controla el software electoral, Smartmatic, denunciará el fraude. El CNE, por su parte, no divulgará jamás resultados oficiales de esa elección pero esa ANC, presidida por Diosdado Cabello, continuará despachando hasta el día de hoy.

NM utiliza con desparpajo la utilería democrática de manera que, “obedeciendo” a la inconstitucional ANC convoca en octubre, con 10 meses de retraso, elecciones regionales en las que, con una diferencia de 10% en los votos logrará el 80% de las gobernaciones. No conforme con eso, destituirá al gobernador electo del Zulia por no juramentarse ante la ilegal ANC y a los otros 4 gobernadores de oposición, les colocará un gobernador paralelo.

En las elecciones siguientes, las municipales del 9 de diciembre, como era de esperarse, sólo participará el 27% del padrón electoral y el chavismo pasará a controlar la totalidad de las alcaldías. A estas alturas el lector debería estar tan agobiado por el fraude como lo estaban los venezolanos en ese momento. Finalmente, 2017 será también el año en el que jóvenes dirigentes políticos de oposición son inhabilitados, van al exilio, son hechos prisioneros o ejecutados.

Las elecciones de 2017 dejarán su huella: no sólo por los jóvenes muertos sino por que, primera vez, la opinión pública internacional comienza a comprender la perversidad del régimen y la trágica situación de los venezolanos. La democracia de los chavistas no es ya como la pintan.

El año 2018, año del colapso político y económico, cuya magnitud quedó en evidencia en el reciente y desaparecido informe del Banco Central de Venezuela, comienza con declaraciones de Diosdado Cabello, presidente de la ANC, al anunciar en enero “Si el mundo aplica sanciones nosotros aplicaremos elecciones”: NM será el candidato de las elecciones (adelantadas) que convoca la ANC para el 22 de abril. Pero en marzo Tibisay Lucena, que no debía estar preparada, las pospone para el 20 de mayo. La oposición se divide y un ex gobernador chavista decide participar contra NM y, por supuesto pierde y denuncia fraude.

Un comentario sobre esta elección presidencial. Se realiza de manera anticipada en mayo, cuando debía tener lugar en diciembre pues la toma de posesión debe ser, por mandato constitucional, el 10 de enero. El Presidente ganador debería esperar 8 meses para asumir el cargo en enero 2019. El presidente en ejercicio si perdía, debía convivir y gobernar con un presidente electo que no puede tomar posesión ¿Quién puede creer que NM pensaba en la posibilidad perder esa elección?¿Podemos creer que NM crearía ese riesgo voluntariamente? Sin duda la respuesta que no. NM sabía que podía garantizarse el triunfo. Así fue, pues a pesar de una popularidad en barrena (18% de aprobación nada más) fue electo presidente y se juramentó ante la ANC (su asamblea favorita) por un período por 6 años más (2019-2025). No insistiré en el tema de la ilegalidad y el fraude reclamado por su adversario pues, a estas alturas, debe ser evidente para los lectores.

Llegamos así al 2019 y, el 10 de enero y de acuerdo a lo establecido en la Constitución vigente, de 1999, la AN declara la usurpación del poder y nombra Presidente Encargado a quien asigna la Constitución, es decir, al Presidente de la AN.

En eso estamos. El desenlace es imposible de anticipar pero, por primera vez, el camino pacífico e institucional que ha recorrido infructuosamente la oposición, tiene un chance. Amanecerá y veremos.

Epílogo

Queda claro que en Venezuela desde 1999 no ha habido Gobierno sino una ESTRATEGIA DE DEMOLICIÓN. De allí que no hayan nuevos hospitales, escuelas o infraestructuras y sí mucha hambre, muerte y nuevos billonarios.

Al lado del derrumbe social, económico e institucional que la prensa mundial finalmente admite, queda pendiente el tema de los derechos humanos que, el Foro Penal y otras ONG se ocuparán de llevar algún día a tribunales. Así mismo habrá que cuantificar el defalco a la Nación cuyos montos, tan inmorales como innombrables, comienzan a aparecer, los casos mencionados anteriormente son una pequeña muestra del multimillonario asalto. Eso, sin contar las cifras del narcotráfico, con el Cártel de los soles o las de la GAESA bolivariana, que Nelson Bocaranda llama “La empresa Criminal Conjunta Bolivariana”. Finalmente el derrumbe institucional y moral que ha provocado la crisis humanitaria, hará aún más difícil la reconstrucción del país convertido en Cubazuela.

La ESTRATEGIA DE DEMOLICIÓN esperaba llevarnos “al punto de no retorno”, un lugar que nunca supimos cómo era ni dónde estaba y que pretendía no sólo alcanzar la felicidad del venezolano sino, nada más y nada menos “salvar a la humanidad entera”. Desolación es lo que queda.

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