El pasado 24 de junio día de San Juan, se cumplieron 80 años de la muerte de Carlos Gardel.
Como se recordará, Carlos había estado en Venezuela, hizo algunas presentaciones, conciertos y despegó rumbo a Medellín, Colombia donde continuaría sus actos, sus presentaciones. Pero el avión tuvo un accidente en el aeropuerto y allí falleció una de las figuras más grandes, de los iconos más importantes que ha tenido la música en la cultura popular de todo el continente latinoamericano.
Siempre me vino a la memoria esa circunstancia tan cruel de que dos figuras emblemáticas del canto argentino, por ejemplo, hayan tenido sus últimas presentaciones en Caracas. Gustavo Cerati en tiempos más recientes y 80 años atrás Carlos Gardel.
Hay una nota extraordinaria que publicó Natalio Cosoy para la BBC desde Bogotá, a propósito del épico viaje del cuerpo de Gardel entre Medellín y Buenos Aires.
El diario El Tiempo de Bogotá reseña:
“A las seis de la tarde (del 18 de diciembre) fue exhumado el cadáver de Carlos Gardel”, se lee en la edición del 19 de diciembre de 1935 del diario colombiano El Tiempo. Y cuando uno ve la edición del 19, ésta se ilustra no con la foto de Gardel, sino con una foto del General Juan Vicente Gomez a caballo, cual Simón Bolívar y unas declaraciones del General López Contreras que asumí elpoder, en la vecina Venezuela, luego de la muerte del General Gómez. Que como se sabe, se dice murió el 17 de diciembre como el padre de la patria.
“A las cinco y veinte minutos los obreros comenzaron a abrir la fosa. Una profunda emoción dominaba a los espectadores, quienes en silencio siguieron las diversas labores de apertura”, dice el diario.
“El cadáver del infortunado artista se hallaba colocado en una artística caja metálica, que costeó el gobierno departamental”
Ahora, el detalle está en que este cadáver tuvieron que llevarlo en una especie de caravana desde la ciudad de Medellín en Antioquia, hasta el Puerto de Buenaventura en el Pacifico. Alguna parte del trayecto se hizo en tren, otra en una caravana de pequeños automóviles, y otra parte del trayecto pues fue a lomo de mula.
De Medellín fueron a Amagá, La Pintada, Caramanta, Valparaíso, Marmato, Supía, Riosucio, Anserma, Pereira. Se desviaron hasta Calí para después subir de nuevo a Buenaventura a donde llegó el cadáver el 29 de diciembre de 1935. Y a lo largo del trayecto la prensa colombiana iba reseñando.
Por ejemplo, en El Colombiano, sábado 21 de diciembre: “El cadáver de Gardel permaneció anoche en la ciudad de Supía”
Y hay un facsímil de la partida de defunción:
Ahora, una vez que lo llevan al puerto de Buenaventura ¿Qué hacen? ¿Se arriesgan a bajar por el pacífico para cruzar el estrecho Magallanes? No, hicieron algo bien particular. El buque subió hasta Panamá, cruzó el canal y lejos de bordear la costa de Venezuela para bajar por el Continente, subió hasta Nueva York.
En la ciudad de Nueva York, por supuesto diarios tan influyentes como el The New York Times se ocupó de hacer todas las reseñas del caso.
Y de Nueva York luego se le embarcó para que hiciera un largo recorrido desde el Atlántico norte hasta el Atlántico Sur, parar en Río de Janeiro, después en Montevideo, y solo fue el 5 de febrero de 1936 que llegó a la ciudad de Buenos Aires.
Una vez que estuvo ya en Buenos Aires, fue trasladado al cementerio de la Chacarita, donde reposan sus restos. Esta historia tan insólita dio pie para una novela “La caravana de Gardel” de Fernando Cruz Kronfly, que fuera llevada luego al cine por Carlos Palau con el mismo título.
Puede usted buscar la película, puede usted buscar la novela. En todo caso, puede también buscar los discos porque, a pesar de todo esto que hemos contado, de la larga e insólita caravana de Gardel después de muerto y de tantas cosas. Y que de todo esto de su muerte haya transcurrido 80 años, a pesar de todo esto, usted sabe muy bien que es mentira. Porque como dicen los tangueros, Gardel cada día canta mejor que nunca. Busque sus discos y compruébelo.