La hora de los dictadores

 “Cuentan que en una oportunidad el General Juan Vicente Gómez, dueño y dictador de Venezuela, le preguntó a un subalterno, quizá el obsecuente Tarazona. Tarazona ¿qué hora es? Y el obsecuente Tarazona les respondió: La que usted quiera mi General.”

150807073351_north_korea_624x351_afpKim Jong-un, el joven regordete, obeso y enloquecido líder norcoreano, el mismo que amenaza con experimentos nucleares. El mismo que obliga a los subalternos a llorar cada aniversario de la muerte de su padre, Kim Jong-il ,  que sigue intacto. Así como su abuelo también sigue vivo, a pesar de que estén enteradísimos bajo tierra. Este dictador extremo ha decidido cambiarle la hora a su país.

Esta nota la leo en la BBC de Londres:

Norcorea ha decidido atrasar su hora oficial en 30 minutos, después de que el gobierno anunció con pompa la creación de un huso horario exclusivo: “La hora de Pyongyang”. Establecer una hora que nadie más comparta el gesto simbólico de ruptura con el pasado de ocupación japonesa.

Corea del Norte se ha visto obligado a ajustar el reloj para alinearse con Tokio a comienzos de los años 20, y ese ha sido su patrón. Pues ahora, el líder supremo Kim Jong-un  decide que Corea va a tener su propia hora, su propio huso horario exclusivo de ellos.

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Los husos horarios evidentemente son una convención. En la Conferencia Internacional del Meridiano en 1884 se decidió la división del mundo en 24 husos horarios, uno por cada hora del día, medidos a partir del Meridiano de Greenwich, que es el que pasa por Londres. Porque en el siglo XIX el gran imperio británico era el que regía, era el gran imperio de la revolución industrial. Luego ha habido cambios interesantes, porque no todos los países tienen la posibilidad de un solo huso horario. Por ejemplo, hay alguno que está en varios.

China tiene 5.000 Kilómetros y 5 husos horarios, peor el gobierno decidió que unificaría al país en una misma hora. ¿Cuál? La de Pekín. Entonces se dan exabruptos, que amanece primero en Pekín y, en Pekín son las 6 de la mañana y en el extremo occidental del país, donde todavía no sale el sol, son también la madrugada, las primeras horas de la mañana.

Estados Unidos que también tiene una extensión muy grande, si respeta los diversos husos horarios, así tiene una hora del este, una hora del centro y una hora del oeste. Pero decidir el huso horario es evidentemente una decisión de poder, esa es una seña de poder. “Yo – como dice Kim Jong-un- decidió que Corea del Norte tendrá un huso horario que no la tendrá más nadie”.

El signo de poder cuando Vladimir Putin, le pone la mano a la Península de Crimea, y decide que tiene que ajustarse a la hora de Moscú. No tiene nada que ver con la geografía ni con la lógica de los meridianos. Tiene que ver con la arbitraria lógica de un todopoderoso, de un hombre de poder como Putin.

Foto de la BBC
Foto BBC

Pero para nosotros los venezolanos esto no es historia nueva. Un día un hombre de Sabaneta que decidió que iba a cambiar por completo la historia del país. Este hombre en el año 2007 cambió el huso horario, y entonces se empezó a llamar “La hora Chávez”. Una hora absurda que nos saca por completo del patrón de todas las naciones americanas que están en nuestro huso horario. Claro, la ambición, el narcicismo, el ego descomunal, desmedido de Hugo Chávez llevo a cambiar no solo el uso horario para que existiera “la hora Chávez”, también llegó a cambiar el cono monetario, billetes, nuevas monedas para que existiese la moneda Chávez. Cambió la bandera, le agregó una estrella para que existiera “la bandera Chávez”. El caballo del escudo lo cambió – según una ocurrencia de Rosa Inés -, y entonces ahora tenemos el escudo de la era Chávez.

¿Algún día volverá la sensatez? ¿Algún día podrá Corea del Norte funcionar con el resto del planeta? ¿Algún día Crimea podrá ajustarse al huso horario que le pertenece y no al de la alejadísima ciudad de Moscú?

¿Algún día nuestro país podrá tener la hora que merece?

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