Los políticos siempre han sido caricaturizables, pues son parte de la actualidad para bien o para mal. Y los caricaturistas suelen reflejar el contradictorio mundo de la política, gracias a muy atinadas caricaturas. Ahora bien, los políticos son siempre gente seria que una vez que pasan por el ojo del caricaturista se vuelve un instrumento de sorna, de ironía, de crítica o de burla. El caricaturista hace humor con lo que inspira un político serio. Pero ¿qué pasa cuando el humor -consciente o no- viene por parte del político? Cuando eso ocurre ya la caricatura no tiene sentido y desaparece. Es por ello que Nicolás Maduro no es caricaturizable, Nicolas Maduro es ridiculizable que es algo completamente distinto. Digo esto, porque nunca se había llegad a lo que llegó al telefónica chilena Won, que preparo un pieza publicitaria donde se burlan abiertamente, ridiculizan abiertamente al presidente de Venezuela, por aquella historia -a todas luces absurda-sobre cómo se habría comunicado con Hugo Chávez convertido este en pajarito.
Da mucha pena, da vergüenza que el presidente de un país sea sometido a una burla tan extrema como esta. Pero si el presidente se prestó y soltó la estupidez de esa historia, pues los demás dicen ¿y por qué no?
El lema de la telefónica Wom es “Si tu tampoco puedes lograr una comunicación efectiva cámbiate a Wom”. Aludiendo a algo que es evidente, Maduro nunca logró una comunicación efectiva con Hugo Chávez, n siquiera convertido en pajarito.
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