La baronesa del jazz

Pablo Sanz en Madrid, ha escrito una reseña de un libro recientemente publicado bajo el titulo de: “Panonnica”. “Panonnica” es la biografía de Kathleen Annie Pannonica Rothschild de Koenigswarter. Esta señora con ese nombre tan largo, si tiene usted razón, nos suena a aristocracia, aristocracia europea. Ella nació en 1913, falleció en 1988. Su vida es interesantísima. Es una señora que en efecto pertenece a la muy poderosa casa de los Rothschild y el libro está escrito por su sobrina nieta Hannah Rothschild editado por la Editorial Circe, 352 páginas.

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El libro debe ser apasionante porque es el libro de una mujer definitivamente apasionante. A Panonnica le decían Nica, y de alguna manera fue espía y por su fuera poco también piloteó aviones de guerra en plena Guerra Mundial. De alguna manera se enfrentó duro a los nazis durante la Guerra Mundial, estuvo muy de cerca junto a Charles de Gaulle. Todo esto hace de ella un personaje ya apasionante, maravilloso. Sin embargo, estando ella casada con el varón de Jules de Koenigswater, ella se va a Estados Unidos y allí conoce algo que le cambiaría el mundo, el jazz.

Nica-Rothschild-and-Thelo-001Ella llega y se enamora, literalmente, del jazz. La primera relación sentimental, porque decir, se enamora del jazz, supone no la carga espiritual, anímica, sino también su carga carnal, su primer gran amor fue nada menos y nada más que con el gran baterista Art Blakey. Para el momento en que ella es la amante de Art Blakey , ya tiene una amistad importante con personajes de la talla de Mikes Davis, Sonny Rollins, Miles Davis, Horace Silver, Sonny Clarke, Barry Harris, Tommy Flanagan, Bud Powell, Kenny Dorham y hasta Charlie Parker.

Nica with Sidney Bechet, Russell Moore and Miles Davis. Photograph: Max Jones Files/Redferns
Nica with Sidney Bechet, Russell Moore and Miles Davis. Photograph: Max Jones Files/Redferns

De hecho en el caso de Charlie Parker, su nombre siempre va a estar asociado a la baronesa, porque ella fue la testigo de la muerte del saxofonista e inventor del beebop una noche de 1955 en su apartamento del Hotel Stanhope. Y un poco después conoció en París a Thelonious Monk.

Panonnica y Mingus
Panonnica y Mingus

Escribe el periodista español: probablemente, Miles Davis paseaba junto al Sena de la mano de Juliette Gréco.

Pues bien, la señora baronesa Panonnica, Nica, paseaba del brazo, entonces con Thelonious Monk, y comenzó allí una relación de 30 años con Thelonious Monk.

Nica y Thelonious Monk en la puerta del Five Spot Café  (encarnacastillo.com)
Nica y Thelonious Monk en la puerta del Five Spot Café (encarnacastillo.com)

Leo de la nota de España:

Entre medias, a nadie se le escapa que hubo de convivir con el desprecio de una parte de la sociedad americana, máxime cuando se la veía recorriendo las calles de Nueva York, primero con su Rolls Royce y luego con su Bentley descapotable, rodeada de jazzistas negros. «La puta de los negros», la solían insultar. El posterior declive físico de Monk, así como hechos como el sucedido en 1958, cuando se auto inculpó como portadora de drogas para exculpar a su idolatrado amigo, complicaron poco a poco la relación de la pareja, que contó con una aliada igualmente excepcional, de la que poco se habla: Nellie, la esposa del pianista, que bien daría para otro libro.

Porque hay algo que hay que destacar, porque si bien se divorció del varón Jules de Koenigswater, Thelonious Monk no se divorcio de su Nelly, pero el romance entre Thelonious y Nica, como ocurre con estos amores prohibidos y contrariados perduró en el tiempo.

Monk murió en 1982 y seis años después cayó Pannonica, Nica, la baronesa del jazz. En sus últimos años ya nada fue igual, pero su entrega por el jazz siguió siendo plena y sincera, haciéndose cargo y dignificando los funerales de músicos como Bud Powell o Coleman Hawkins, o enseñando a leer a maestros como Lionel Hampton. –Ese gran virtuoso del vibráfono era analfabeta y fue ella quien le enseño a leer-. Panonnica, Nica, murió el 30 de noviembre de 1988, dejando a la familia un único deseo: que esparcieran sus cenizas en el río Hudson… alrededor de la medianoche, ‘Round Midnight.

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