Ha fallecido Roger Moore. Falleció a los 89 años víctima de un cáncer en Crans-Montana, Suiza. Había nacido en Londres el 14 de octubre de 1927. Actor, con mucho prestigio, se inició muy joven. Y todas las biografías que he revisado hablan de sus inicios de El Santo. El papel de aquel personaje de series de espías, Simón Templar, El Santo. Pero antes de que él hiciera para la televisión El Santo, lo recuerdo muy bien y eso no aparece en las biografías pero no puede ser un error de mi memoria haciendo de Ivanhoe, exactamente. El personaje inspirado por Sir Walter Scott. Aquel personaje medieval, quien con su escudero iba imponiendo la justicia en el mundo de las injusticias.
De allí siendo muy jovencito Ivanhoe, Roger Moore se convierte luego en El Santo. Hace a parte de la televisión algunos personajes en el cine, pero su gran consagración, por supuesto es cuando en 1973 sustituye nada menos que a Sean Connery como James Bond.
En total hizo 7 películas para Albert Broccoli como James Bond. En 1973 Live and Let Die, cuyo tema había compuesto Paul McCartney.
Luego al año en 1974 hizo El hombre de la pistola de oro.
En 1977 quizás la más popular, La espía que me amó.
En 1979 Moonraker, quizá la peor película en la saga de James Bond. Peor a mi gusto, que soy un fanático de Bond que al servicio secreto de su majestad. En 1981 Solo para tus ojos.
En 1983 Octopussy. Y en 1985 hace ya su última película como James Bond A View to a Kill. En algunos sitios lo titularon En la mira de los asesinos, en España Panorama para matar.
Como James Bond, Roger Moore fue un personaje más cercano a la comedia que al drama y a la acción. Nunca se le creyó que estaba en severos problemas. Siempre lo resolvía todo con bonhomía. Y como digo, en algunos momentos las películas como Bond de Roger Moore pasaron a ser casi cómicas. Hay escenas de este tenor sobre todo, por ejemplo, en Octopussy. Películas que el fanático de Bonds descarta.
Un trabajo en letras libres titula: “Roger Moore, el Bond que no se tomó en serio. Moore no fue el Bond caballeroso y serio de Connery, tampoco el musculado Craig ni el flemático Brosnan; fue el agente que conquistaba con una sonrisa a medio camino entre la ironía y el sarcasmo.
En efecto, eso fue Roger Moore. Un James Bond, que no creo que precisamente pase a la historia como tal.