Hay escritores prolíficos, escritores que están todo el tiempo escribiendo, y hacen notas aquí y notas allá. En tiempos de computadoras, pues, la computadora pasa a ser el gran depósito de todas esas escrituras, escritores de otro tiempo que se acostumbraron a la mera maquina de escribir guardaban papeles aquí y allá.
Otros escritores son, digamos, más formales, más llevados por un patrón o una regla, y sólo escriben, sólo trabajan sobre ese libro que les ocupa en determinado momento. Quizá la gran mayoría es así. Otros no, otros hacen notas aquí y allá. Es el caso, por ejemplo, del desaparecido Roberto Bolaño, el autor chileno, quien después de muerto ha dejado una obra tan interesante que no se dejan de publicar libros póstumos. Claro, estos libros póstumos se arman en base a todas esas notas que el prolífico escritor iba escribiendo, como decíamos, por aquí y por allá.
Eso hace que sean libros desiguales, libros, no necesariamente importantes, no necesariamente contundentes. Entendamos que si un autor como Bolaño decidió, que tal idea que estaba trabajando aquí la dejaba a medio camino y no seguiría en ella, era porque a lo mejor no le interesaba, no le vio contundencia ni verdadera trascendencia como para ser publicada. Pero después de muerto Bolaño, todos esos papeles tienen un interés muy particular, y de allí que todo haya sido publicado.
El caso de Bolaño es el caso del cubano Guillermo Cabrera Infante. Cabrera muere y siendo un hombre con una conclusión interesantísima para escribir, escribía en todo momento y a toda hora y de cuanto tema había. Pues también dejó muchos papeles para que después pudiesen publicarse textos. Y así de manera póstuma se han escrito La Ninfa Inconstante y Cuerpos Divinos. Y yo que he sido un devoto lector de Cabrera Infante, yo que soy un militante, por ejemplo, de Tres Tristes Tigres, Vista del Amanecer en el Trópico o La Habana para un Infante Difunto, he de decir que estas novelas son absolutamente prescindibles; son novelas que el autor no terminó de trabajar, estoy seguro que Cabrera, en cualquiera de las dos, si se hubiese visto obligado a publicarlas, las hubiese podado por decir lo mínimo.
Ahora amenazan con publicar La Ciudad Perdida, que es la novelización, por decirlo de alguna manera, del guión que él escribiera con el mismo título para Andy García. La película La ciudad perdida, es una película, si se quiere, un tanto menor, esquemático, donde Andy García no se arriesgó demasiado como director. A lo mejor, quien quita, ese guión convertido ahora en novela sea algo distinto, pero no nos hagamos mucha esperanza.
Sin embargo, se anuncia ahora la publicación de un texto de Cabrera, que éste sí, Cabrera tenía intacto, trabajado por completo, metido en un sobre y que jamás dejó que su mujer Miriam Gómez leyese. El libro con un título harto sugerente se presenta ahora: Mapa dibujado por un Espía. ¿Y de qué va este Mapa dibujado por un Espía? Pues es un libro sumamente personal. Es el libro que escribe Cabrera en 1965 cuando se despide ya de manera definitiva de la isla, de su patria, de su Habana, de todo. Cabrera estaba de agregado cultural en Europa, ya estaba siendo visto con mucha ojeriza con los dirigentes de la revolución, se acerca a la isla por la muerte de su madre y entiende que una vez que él salga ya no tendrá regreso.
Es un libro que le han definido como un libro muy triste, un libro muy doloroso. Y quizá por ello mismo Cabrera nunca quiso que su mujer Miriam Gómez lo leyera. Estamos hablando del año 1965, estamos hablando de esos momentos duros, importantísimos de la Guerra Fría. Ya pasó la crisis de los misiles, la conchupancia , la complicidad Fidel- Rusia, Fidel Unión- Soviética, Fidel- Jruschov es total.
Reseñan y comentan los que han leído la novela, que habla bien, inclusive, de algunos personajes que después pasarían a ser sus grandes enemigos, como el poeta Fernández Retamar, por ejemplo.
Para los que hemos sido lectores fervorosos, fervientes, consecuentes lectores de Cabrera Infante, este será un libro fundamental. Para quienes hemos estado interesados en la Revolución Cubana y seguimos siendo, ahora de una manera más fuerte, víctimas de la revolución cubana será también un libro fundamental.
Esperamos que no tarde demasiado en llegar a nosotros este Mapa dibujado por un Espía, este sí un libro póstumo, hecho y completado por el propio Cabrera Infante de principio a fin.