En una conversación reciente con el eminente médico internista, especialista en anti envejecimiento, el doctor Isidoro Bronstein, me comentó del animal vertebrado más longevo que se conoce en la tierra. Este animal es el misterioso tiburón de Groenlandia. Es un tiburón que apenas alcanza su madurez sexual a los 150 años. Es un animal que puede vivir más de 300 años. Y me decía Bronstein que se han conseguido especímenes de más de 400 años. ¿Sabe usted lo que es un animal que tenga 400 años de vida?
Este vive en las profundidades del mar, a miles de metros en esas aguas heladas de Groenlandia. Es un animal muy grande y tiene una vida, entendámoslo en el fondo del mar, muy tranquila. Han podido determinar sus edades, y las edades no las establecen en promedios sino según cada ejemplar que han podido evaluar, observando, estudiando los ojos. En los ojos viene toda la información que han requerido los científicos. Por supuesto quien estudia los animales siempre está pendiente de ver que puede aprender en función de los hombres. El hombre estudia la naturaleza para bien dominarla, bien controlarla, pero sobre todo para aprender de ella. El hombre no ha hecho más que copiar la naturaleza. Casi imposible superarla o mejorarla, pero por supuesto copiarla y aprender de ella es muchísimo.
El hombre en esta larga esperanza de vivir cada vez más y más ha hecho de todo. Desde la búsqueda de la fuente de la eterna juventud que le valió, por ejemplo, al enamorado y enloquecido Ponce de león, zambullirse en cuanto charco y lodazal encontró desde la Península de la Florida hasta Las Carolinas, desde eso, hasta el deseo en la literatura de venderle el alma al diablo para que envejezca el cuadro de Dorian Grey y no Dorian Grey.
Cuando se estudia entonces el tiburón de Groenlandia, se quiere averiguar, aprender ¿por qué este animal vive tanto? ¿Por qué? ¿Cómo logra desafiar centurias y centurias? Evidentemente el hombre no podrá llegar a vivir tanto. Aunque son avances tan importantes, tan increíbles, que recuerdo todavía una portada de hace año y medio más o menos de la Revista Time, que se ilustraba con la foto de un bebe y el titulo decía: “Este bebe va a vivir promedio 142 años”.
Cada día vamos a vivir más. Ojalá podamos vivir cada día más sanos, lucidos y que esa ancianidad valga la pena. Pero si llegamos a rebasar los 120 y llegamos a los 150 ¿cómo será la vida después de haber vivido tanto? ¿No se fastidiará uno? Dice allí cuando uno piensa en el famoso Matusalén ¿qué hizo Matusalén con tantos años encima? Imagínese usted viviendo tanto. Quizá lo logré el tiburón de Groenlandia, porque la paz allí en el fondo del océano, mil y tantos metros por debajo de la superficie, sea tan aburrida que parezca una eternidad.