Artículo publicado en www.newsweek.mx
Por: Carlos Flores
La realidad virtual de Thomas Campbell.
¡Alto! Espere un momento y lea detenidamente… Es necesaria una recomendación antes de que prosiga leyendo este texto. No queremos que luego nos culpe de cambios en su vida o cuestione sus creencias… Nada de eso. Por eso vale iniciar con un comentario que podría salvarlo de un choque científico-espiritual: si usted es una persona feliz, con una vida ordenada, plena y creencias religiosas sólidas que le llenan espiritualmente (del tipo que sean) y no está al pendiente de teorías extrañas, entonces, por favor, deténgase. No siga leyendo. Cierre la revista o apague su computadora, porque los próximos párrafos podrían cambiar —no sabemos si para bien o mal— su visión de… todo.
Pero si usted es alguien de mente abierta que no se conforma con lo que le dicen, sino que está dispuesto a explorar lo suficiente hasta dar con las verdades físicas y metafísicas y ha gastado años sin dar con las respuestas a interrogantes como: ¿quiénes somos?, ¿qué papel jugamos?, ¿qué pasa después de la muerte?, ¿existen Dios y el Diablo?… entonces, bienvenido. Póngase cómodo e inhale porque su búsqueda terminó: aquí están las respuestas.
El hombre que sabe demasiado
Más allá de que sea un científico que se ha pasado 20 años trabajando en el corazón del desarrollo del sistema de misiles de defensa de Estados Unidos, y que ha roto fronteras en desarrollo de tecnología e integración; sistemas de vulnerabilidad y riesgo de análisis para la NASA… es decir, poco más que un genio, lo que más impresiona (y hasta causa envidia) en las credenciales del físico estadounidense Thomas Campbell es que —entre otras cosas— lleva unos 40 años realizando viajes astrales, explorando y expandiendo su conciencia y amasando un complejo bloque de conocimientos que, por primera vez, unifican la ciencia y la metafísica, en una trilogía de libros llamada My Big Toe (My Big Theory Of Everything), donde da una explicación científica (comprobada por él mismo) a ciertas inquietudes mundanas tales como: ¿si engaño a mi mujer iré al infierno?
Campbell sabe eso y casi todo más sobre lo que sea que usted, yo y mi mejor amigo quieran preguntarle. La suya es una historia extraña, apasionante, y luego de ser —inicialmente— increíble, al avanzar en las página de My Big Toe y seguir algunos de sus pasos en la exploración de “otros mundos”, lentamente uno lo considera no solo “creíble”, sino… necesario, real… y, por sobre todo, lógico.
La aventura de Campbell comenzó a principios de la década de 1970, cuando unió fuerzas con el empresario y autor Bob Monroe, quien había levantado una polvareda de polémica con la publicación de su libro Journeys Out of The Body (Viajes fuera del cuerpo), donde describía cómo, primero por casualidad y luego de manera controlada, realizaba viajes astrales a otros planos, dimensiones; su interacción con entidades no humanas y un larguísimo etcétera. Monroe necesitaba la ayuda “técnica” de un científico. Alguien que le ayudara a comprobar el cómo y por qué de sus experiencias astrales. Junto a Campbell llegó también el ingeniero Dennis Mennerich, quien aportaría sus conocimientos en la construcción del primer laboratorio rudimentario de lo que hoy es el Monroe Institute, en Virginia, dedicado al estudio y expansión de la conciencia humana.
Antes de seguir, una pregunta básica: ¿qué es la conciencia?
Tom Campbell: “Podríamos hablar dos o tres horas sobre el tema. Pero la conciencia es lo ‘real’, lo ‘fundamental’. Todo lo demás es ‘virtual’; derivado de la conciencia. La conciencia es lo que creemos que somos. Es lo que identificamos como ‘nosotros’. Cuando alguien pregunta quiénes somos, la respuesta que nos viene a la mente es eso: somos nuestra conciencia. Pero si vamos a un plano mayor entonces la conciencia es realmente información y la podemos entender a un nivel físico porque nuestros sentidos procesan datos, y esos datos procesados e interpretados crean nuestra ‘realidad’. Si no fuera por nuestros sentidos no podríamos reconocer nada, excepto que ‘existimos’, y seríamos una conciencia en un gran vacío. Somos unidades individuales de conciencia, piezas de un sistema que llamo ‘Gran Sistema de Conciencia’, e interactuamos en una realidad virtual que nos da datos y con datos construimos esta realidad”.
Y, así, Campbell devela lo que es uno de sus descubrimientos: esta supuesta realidad física donde existimos, el universo, y todo aquello que creemos ver, tocar, oler, sentir… no existe realmente. En My Big Toe, Campbell hace referencia a una serie de experimentos de física cuántica que, en los años recientes, presentan la misma teoría. Aunque para Campbell, no se trata de una teoría. Él lo asegura tras comprobarlo directamente… en sus viajes astrales y esta realidad virtual es apenas una de muchas que existen dentro de lo que él llama Gran Sistema de Conciencia, donde cada uno de nosotros es una pequeña entidad conciente individual… pequeñas gotas de agua dentro de un gigantesco lago repleto de conocimiento, datos e información. En definitiva, formamos parte de algo, algo muy coordinado, una suerte de enorme juego de video, que nos presenta opciones a escoger y, con ellas, la posibilidad de crecer.
Sí, años emocionantes, son dos palabras que describen fácilmente el trabajo en la década de 1970 junto a Bob Monroe. “Bob nos enseñaba cómo explorar el Gran Sistema de Conciencia y eso lo hicimos durante unos cinco o seis años”, recuerda Campbell.
“Lo que comenzó como un pequeño laboratorio, se convirtió en el Monroe Institute. Durante nuestras investigaciones nos topamos con los tonos binaurales y descubrimos sus capacidades para que aquellos que los usen logren estar a niveles de meditación de una manera fácil y rápida”. Vale añadir que estos tonos son frecuencias sonoras que se aplican de forma diferente una en cada oído (vía audífonos) y, al unirlas, los hemisferios cerebrales logran un estado especial de interconexión.
“Una vez que obtuvimos las frecuencias necesarias, mucha gente se interesó y quería aprender a usarlos. Los tonos binaurales son como las rueditas pequeñas en las bicicletas de niños: te ayudan a desarrollar un estado alterado de conciencia de una manera rápida y segura hasta que puedas hacerlo por ti mismo. Así que Denis y yo nos dedicamos a instruir a la gente”.
Tom Cambell relata que luego uno “conoce cómo entrar y salir del Gran Sistema de Conciencia cuando lo desee y exploras cuándo y cuánto puedes, eso capta tu atención total. Al menos para mí, que soy un científico y tenía muchísimas preguntas por ser contestadas. Yo quería entender las teorías y ponerlas en práctica. Y luego de 35 años de investigación en el campo de la conciencia es que me atrevo a publicar My Big Toe”.
—¿Cómo comprobaba que lo que experimentaba en esos viajes astrales era real?
—Bueno, esa era la gran cuestión a probar. Yo soy un físico y los físicos realmente necesitamos pruebas que validen nuestro trabajo. Así que pasamos dos o tres años recogiendo información: salíamos en viajes astrales y recopilábamos datos; realizamos sanaciones energéticas; visión remota. Todo tipo de cosas con las que pudiéramos corroborar que ‘aquello’ era de verdad.
“Luego de años tuvimos muchos datos, estadísticas, que nos mostraban que todo era real. Pero eso no fue lo más importante para mí. Porque puedes saber que lo que haces es real a un nivel intelectual, pero a un nivel sensorial tal vez siguen las dudas. Pero todo finalmente se aclaró con un experimento que lo cambió todo. Bob Monroe nos colocó a Dennis y a mí en cabinas separadas, en las que no teníamos ningún tipo de comunicación ni contacto. Además de que estaban selladas acústicamente para que ninguno pudiera escuchar lo que alguien de afuera podía decir, solo usábamos audífonos para escuchar a Monroe, quien nos guiaba fuera de nuestros cuerpos. Bob grababa toda la experiencia y, tras unos minutos, nos fuimos en otra aventura astral”.
Una pausa, breve sonrisa. “Pasadas unas dos horas, nos despertamos. La idea es que realizáramos el viaje juntos (Dennis y yo), que tratáramos de encontrarnos en el otro plano y mantenernos juntos hasta el final de la experiencia. Y yo lo sentí así. Cuando fuimos a la sala de control, Bob nos preguntó si nos habíamos encontrado en el Gran Sistema de Conciencia. Y respondimos que sí. Y él dijo: ‘¡Escuchen esto!’. Colocó el sonido de la grabación. Él nos hacia preguntas a cada uno por separado y los dos respondíamos que estábamos viendo esto o aquello. ¡Las mismas cosas! Era la prueba final de que los viajes que realizábamos era reales”.
—Eso debió ser todo un descubrimiento. ¿Pudo dormir esa noche?
—Ja, ja, no. Y tardé semanas en asimilar aquello. Los dos interactuamos en ese estado alterado. Luego me faltaba saber cómo y por qué aquello era posible. Y ese fue el comienzo de mi verdadera investigación.
—¿Cómo obtuvo las respuestas a las grandes preguntas?
—Fue paso a paso, pieza a pieza, a medida que iba conociendo el funcionamiento de todo. Yo realizaba experimentos en el plano no-físico: eliminas variables, ves cómo cambian. Es un proceso largo. Vas a diferentes lugares y buscas la lógica dentro de todo eso, porque el Sistema posee una lógica. No son eventos fortuitos. Me tomó mucho tiempo recopilar lo que llamas respuestas a grandes preguntas.
—¿Qué es lo primero que se experimenta cuando se entra en contacto con el Gran Sistema de Conciencia?
—Mucha gente al experimentar por primera vez el Gran Sistema de Conciencia se siente integrada; es una sensación sobrecogedora de amor y paz. Como si todo por fin tuviera sentido. Es algo indescriptible porque estás conectado por primera vez con el gran flujo de datos y de inmediato comprendes que el trasfondo del Sistema y en realidad de todo es el amor. Y cuando lo sientes directamente te sientes holístico; formar parte de todo. Es algo maravilloso que le cambia la vida a mucha gente.
Conspiraciones, buenos y muy malos
Se gasta mucho papel en libros que hablan de sectas, grupetes secretos, sociedades añejas, conspiraciones macabras, control del mundo. Pero si son reales es otro asunto. Para Campbell, hay todo tipo de personajes en esta realidad virtual, al igual que los encontramos en un juego de video. Buenos y malos. Héroes y villanos. Pero lo único que debemos tener claro es que somos entidades concientes y que poco o nada nos afecta toda la trama general del juego.
“No hay nada más fundamental que la conciencia. Todo lo demás, terrestres o extraterrestres, forma parte de este Gran Sistema de Conciencia; y parte de la realidad virtual. Ahora, si preguntas que esos seres y todo eso de alguna manera puede manejar nuestras vidas. La respuesta es no. Tenemos elecciones que podemos tomar dentro de esta realidad virtual. Tenemos libre albedrío… pero cuando digo esto no quiero decir que podemos hacer lo que sea que se nos ocurra, sino que tenemos un grupo de opciones disponibles. Y en realidad no importa cuántas opciones podamos escoger, sino la calidad de elecciones que tomemos, dado que el crecimiento que podamos tener es con base en esas opciones. Podemos evolucionar sin importar que existan conspiraciones o gente tratando de establecer control. Eso es irrelevante porque podemos evolucionar nuestra conciencia sin importar lo que otra gente haga”.
—¿Existen los ángeles, demonios?
—Hay guías… a la gente le gusta hablar de demonios, ángeles, cosas por el estilo. Pero en su mayoría son interpretaciones… alguien puede recibir un flujo de datos y su interpretación se basa en su propio sistema creencias, entendimiento y miedos. Usualmente lo que ocurre es que una persona se conecta a un flujo de datos que no sabe cómo interpretar, establece una conexión y lo traduce basado en lo que conoce. Si es algo que no puede explicar, lo asocia con sus miedos y es así que le da una forma (sin quererlo) y puede que vea demonios, fantasmas, monstruos.
“O lo contrario, si la persona es positiva y anda en busca de ayuda, establece contacto con un flujo de datos o información provenientes del Gran Sistema de Conciencia, tal vez interprete esos datos y le dé forma de ángel o un ser superior. Así que la mayoría de esos seres son interpretaciones de la gente. No existen de esa manera, como tal. ¿Y ese flujo de datos? Bueno, todos formamos parte de este Gran Sistema de Conciencia, así que en algún momento podemos recibir datos desde ‘otro lugar ’y los asociamos con lo que conocemos”.
—¿Es posible ver o conocer lo que ocurre más allá de este Gran Sistema de Conciencia?
—No, no podemos salir del Gran Sistema de Conciencia. Somos como peces en una pecera. No podemos salir y volar. Estamos dentro de este sistema. Pero la buena noticia es que como somos parte de este podemos explorarlo en su totalidad, sin ataduras. Y ciertamente hay muchísimo para explorar… lo que llamamos nuestro ‘universo físico’, es nada en comparación con lo que podemos explorar cuando nos adentramos en el Gran Sistema de Conciencia.
—¿Qué es la muerte?, ¿es algo real?, ¿morimos?
—En realidad no hay tal cosa como la muerte. Lo llamamos así porque es lo que vemos dentro de esta realidad virtual: le gente deja de existir. Por ende, muere. Los cuerpos ya no están animados, se convierten en polvo. Pero todo esto ocurre cuando te enfocas en la realidad cercana, finita. Cuando lo ves desde un punto de vista más grande, pues, no hay muerte.
“Piensa en los juegos de video como The Simms o World of Warcraft, ahí los personaje mueren, pero tú sabes que de verdad no mueren, sino que se reciclan y muchos retornan; en un sentido, son inmortales. Es lo mismo con nosotros, excepto que no lo llamamos juego de video, sino ‘universo físico’. La ‘muerte’ no es algo por lo que debemos sentir miedo. Sencillamente a veces es tiempo de reciclarse, de empezar otra vez. En el Gran Sistema de Conciencia no existe la muerte; la muerte solo la visualizamos en esta realidad virtual donde existimos”.
—Hay gente que quiere encontrarse con sus familiares luego de morir…
—Sí, pero cuando te vas de este plano sigue el conocimiento y las interacciones. Puede ser que veas a tu tío Willie, pero no es ‘real’, se trata de datos que interpretas de esa manera. Es algo que el Gran Sistema de Conciencia hace para que te sientas cómodo con este rumbo nuevo, ya fuera de la realidad virtual.
—¿Cuál es nuestro propósito? ¿Para qué estamos en esta realidad virtual? ¿De qué se trata esto?
—Como unidades individuales de conciencia tenemos un propósito: evolucionar. Y la manera en que debemos hacerlo en esta realidad virtual es bajando nuestro nivel de entropía. La entropía es el desorden que podemos tener en nuestras vidas. Al bajar el nivel de entropía tendemos a evolucionar. Como conciencias, nos comunicamos a través de datos, información; hay un sistema social y la mejor configuración de un sistema social es la cooperación entre los seres que se preocupan uno por el otro: esto es evolución. Esto es amor. Y en esa dirección debemos ir.
“Puedes llamarlo crecimiento espiritual, o bajar la entropía o lo que desees, pero el fin es convertirnos en amor. Ese es nuestro trabajo, nuestra labor aquí en la realidad virtual: seleccionar opciones y escoger si son en pro de nosotros o de los demás. Con cada elección de vida que tenemos día a día bien podemos acercarnos al propósito de convertirnos en amor o adquirir miedo, que es lo contrario al amor”.
—En esta realidad virtual, ¿dirías que la sociedad va por buen camino?
—Si solo ves las noticias creerás que todo está negativo. Pero si analizas lo que ocurre realmente, y lo comparas con lo que ocurría hace 10 000 años, creo que vamos bastante bien. Lo que pasa es que avanzamos a pasos de bebé en esto de convertirnos en amor. Creo que vamos bien.
“Tenemos una situación que no teníamos antes: siempre han existido esta ‘burbujas’ de iluminación que se despiertan en la población, pero han sido locales y nunca logran expandirse a todo el mundo porque se diluyen. Ahora tenemos dos cosas: internet, con toda su libertad para envío de datos, ideas y procesos, y lo segundo que tenemos es una especie de teoría unificadora y todas las religiones pueden ser entendidas desde una mejor perspectiva que involucra también lo científico. Y así podemos ver y comprender cuál es nuestro lugar, y eso jamás lo habíamos experimentado”.
—Pero una sociedad donde todos se entienden, donde solo existe amor mutuo, ¿no eliminaría los conflictos y sería totalmente aburrida?
—No, no lo creo. Porque si cooperamos seremos capaces de construir estructuras y relaciones que proveerán oportunidades que ni siquiera podemos soñar en estos momentos. Y eso sería excitante. Tendríamos muchas más opciones y libertad individual. La unión de amor y cooperación nos mantendría muy alejados del aburrimiento.
—¿Qué opinan sus colegas del trabajo que usted realiza?
—Muchos son de mente abierta y aprecian las respuestas científicas que puedo darles que, de otra manera, no pueden obtener. Pero igualmente hay otro grupo de físicos de mente cerrada que no quieren ver desde una gran perspectiva. Pero hoy en día yo diría que un 30, 40 por ciento de los físicos describen esta realidad como información, datos: una realidad virtual.
Una cosa que Campbell deja claro en los talleres y seminarios que dicta es que no debemos creer en todo lo que dice hasta que lo comprobemos por nosotros mismos. En My Big Toe se presentan herramientas para entrar en contacto con el Gran Sistema de Conciencia y, desde ahí en adelante, a usted le tocará ver si quiere seguir en la matriz… o salir de ella.