Sábado 11 de julio 20: 52 horas, prisión de máxima seguridad del Altiplano, el preso especial 3578 se acerca a la ducha. La zona, por razones de intimidad, esta fuera del campo de visión de las cámaras de vigilancia. Su movimiento es nervioso, momentos antes se ha sentado y levantado dos veces de la cama. Se ha estirado los pantalones, ha recorrido con pasos rápidos la celda una y otra vez. Al final, tras cambiarse de calzado ha vuelto a la ducha, se agacha, su imagen se pierde. Joaquín Guzmán Loera “El Chapo” se acaba de fugar.
https://youtu.be/JGmVVVNIDeY
Por el túnel abierto a sus pies, se ha ido mucho más que uno de los grandes narcotraficantes del planeta, el estado Mexicano ha sufrido su mayor derrota, una humillación sin precedentes. El país despertará ese domingo avergonzado.
Este texto publicado en El País de Madrid nos pone al tanto de una de las fugas más insólitas en tiempos recientes. Enrique Peña Nieto, el presidente mexicano, estaba en París para el momento de la fuga. Confesó estar consternado y en algunas fotografías se le veía hasta rojo, con los ojos húmedos de la rabia, aunque parecía que estaba a punto de llorar. El Chapo Guzmán se había burlado abiertamente de él.
El Chapo Guzmán duró poco más de un año y cinco meses en prisión, luego que fuera capturado el 22 de febrero del año pasado en un operativo de la marina en la ciudad de Mazatlán. Esta fue su segunda fuga.
De allí empezaron a surgir cualquier cantidad de memes, humoradas. En algunos: ¿Pa qué me atrapan si saben que me voy a escapar? En otras, Peña Nieto queda francamente en ridículo. Y hasta Donald Trump en su discurso antimexicano, aprovechó para decir: “Los mexicanos no son confiables, se los dije, se los dije”
El Chapo Guzmán, según escribían en una nota en México con algo de humor e ironía, una mujer afirmaba: Cuando veamos al Chapo ¿qué hacemos? ¿Lo denunciamos o le pedimos un autógrafo? Es el típico caso, este del Chapo Guzmán, del delincuente que pasa a convertirse por sus acciones extremas, exageradas, en un personaje único, especial y,como no decirlo, que llama la atención y hasta despierta admiración. Esta fuga ha sido algo insólito. ¿Lo volverán a atrapar? Quién sabe. Por lo pronto el gobierno mexicano ha puesto precio a su cabeza en 60 millones de pesos.
Pensando en la fuga del Chapo Guzmán, pienso en otro que tuvo extraordinarias escapadas, me refiero a Teodoro Petkoff. Petkoff estuvo preso siempre pero por razones políticas, en aquellos tiempos de la guerrilla de los tempranos años 60’.Una de sus escapadas fue bajando por una sabana del hospital militar. Estando preso había tragado sangre, y cuando le vieron vomitar sangre dijeron hay que hospitalizarlo. Y al hospitalizarlo en el último piso del hospital, pues hizo una larga cuerda con sabanas y por allí se escapó. Luego le
volvieron a atrapar, y entonces en 1967 se les escapa de la cárcel Moreno, junto a Pompeyo Márquez y Guillermo García Ponce por un túnel. Un turco, el turco creo que lo llamaban Said. Llegó, compró un abasto cerca del cuartel San Carlos, y empezó a construir el túnel para que se escapasen los tres dirigentes comunistas. Claro, el túnel por el que se escapa Teodoro Petkoff es un túnel rudimentario, pequeño, asfixiante, no como el túnel del Chapo.
El túnel del Chapo es un túnel ventilado, perfectamente iluminado y con una moto. El Chapo se fugó en una moto por el túnel. ¿Cuánto habrá costado eso?
Y ya que hablamos de fugarse en una moto, me viene a la memoria aquella película titulada precisamente “El gran Escape” donde Steve McQueen lideraba unos prisioneros en un campo nazi y para fugarse el se hace de una moto y empieza a correr de un lado a otro tratando de escaparse. No lo logró Steve McQueen, pero sí lo logró El Chapo Guzmán. ¿Volverá a escaparse? No se sabe, primero hay que atraparlo.