Cortázar 100

26 de agosto de 1914, 26 de agosto del año 2014. 100 años han transcurrido. Recién se ha cumplido el primer siglo, el primer centenario del natalicio de ese gran escritor, del cronopio mayor que fue Julio Cortázar. Para mi generación, la generación que en los años 60’ empezaba a leer los grandes nombres del boom fueron una suerte de grandes héroes, héroes que iban más allá del mero oficio de escribir. García Márquez revolucionó todo, Vargas Llosa empezaba a sorprendernos. Sin embargo, confieso que en lo muy personal Julio Cortázar fue mi ídolo, el escritor por el que sentía una devoción, una gran admiración. Lo primero que leí de él fue “Bestiario”, donde todavía recuerdo el impacto que me produjeron algunos de sus cuentos. Cirse sin ir más lejos, o Casa Tomada el cuento que he tenido que recordar ya en estos tiempos porque se parece tanto a lo que estamos viviendo con los medios de comunicación. Un editorial reciente inclusive lo titulé así. Una pareja va siendo expulsada poco a poco de los cuartos de una casa, no saben por qué, no saben ni siquiera que los expulsa y al final terminan en la calle. Eso es lo que vivimos hoy en día, por ejemplo, con los medios de comunicación y con el oficio. Nos van cerrando puertas nos van cerrando espacios y un buen día quizá cumplan su objetivo y nos dejen en la calle.

Recuerdo que a Julio Cortázar le conocí cuando daba una charla en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela. Originalmente iba a ser en la Sala E, pero ésta resultó demasiado pequeña para el gentío que abarrotó el Aula Magna porque le quería escuchar. Ya en ese entonces tenía sus ojos de asombro y su cara de niño, como le definieron sus amigos García Márquez y el mismo Vargas Llosa. Ya padecía de esa enfermedad que no le permitía parar de crecer. Cuando me acerque al escenario del Aula Magna después de su charla, la mano que atrapó la mía era una mano inmensa, de verdad la mano de un gigante. Y lo vi tan alto que me sentía casi un personaje de Lilliput. Y ese día Cortázar con su frenillo en la lengua y su dejo tan afrancesado a la hora de hablar-parecía más un francés que un argentino-nos contó el cuento de la Noche Boca Arriba para definir lo que era la literatura fantástica, a diferencia de la literatura fantasiosa. Fantasías Walt Disney decía él, lo fantástico es lo que nos ocurre de otras maneras. En La Noche Boca Arriba, de “Todos los fuegos el fuego”, un motorizado en París avanza a toda velocidad por la noche y de repente tiene un accidente y se estrella, lo llevan al hospital y en el hospital antes de que intervengan los médicos, sueña algo extraño, es un esclavo, es un prisionero de una tribu azteca que le están subiendo por una gran pirámide porque le van a sacrificar. En el delirio el sueño va y viene, el motorizado de repente se ve en el quirófano de la clínica, la luz grande encima, de momento se ve subido a lo alto, acostado, tendido allí en la pirámide, hasta que las imágenes de la clínica, del hospital empiezan a ser menos frecuentes hasta que desaparecen. Y es entonces cuando el motorizado entiende que el sueño era el otro. El sueño era que iba sobre un extraño monstruo que en dos ruedas, con ojos grandes como de moscas, por una ciudad llena de luces extrañas. Ese fue su sueño, la verdad, es que era un esclavo que iba a ser sacrificado en honor de los dioses aztecas. Ese era Julio Cortázar.

En ese libro vino también, por ejemplo, “La señorita Cora”. O “Las babas del Diablo” que dio pie para que Michelangelo Antonioni hiciera una de sus grandes películas “Blow Up”

Sin embargo para muchos el gran texto de Cortázar su gran novela es Rayuela. La novela que se podía leer como se le diera la gana, la novela lúdica, la novela que transcurría en una noche pero podía transcurrir en mil más. La novela donde Oliveira trataba de seducir a la Maga y viceversa. Rayuela ha tenido muchas reediciones recientemente y es, como decía, la gran novela de Cortázar, pero Cortázar fue mucho más allá. Creo que en rigor más que novelista fue un gran cuentista.

Y recomiendo a todos leer el prologo que escribió Mario Vargas Llosa para la Edición completa de los Cuentos de Cortázar por Alfaguara. También de él son memorables su libro La vuelta al día en 80 mundos, en homenaje a su tocayo Verne. Y el otro libro extraordinario que es también libro de esos mosaico, El último Round, porque fue un gran aficionado al boxeo y también un gran aficionado al jazz. De él, altamente recomendable la pequeña novela o cuento largo, El perseguidor, escrito en memoria nada menos que del gran Charlie Parker.