50 años atrás, el 24 de Enero de 1965 era enterrado en el Londres de Los Beatles, Los Rolling Stones y el pop-art, Winston Churchill, Winston Leonard Spencer Churchill, quizá el político británico más influyente de todos los tiempos, quizás uno de los más grandes dirigentes políticos de todos los tiempos. Fallecía a los 90 años, y fue enterrado con honores de Estado al más alto nivel. De hecho nunca se había dado una reunión de tantos Jefes de Estado para un sepelio.
Sir Winston Churchill fue un personaje polémico, político singular, agudo estadista, un gran escritor, y sobre todo portador de un humor y una fina ironía que le han dejado un anecdotario imbatible a lo largo de los años.
Sir Winston Churchill siendo muy joven entra al ejercito, el formaba parte de la alta aristocracia británica, nace en el seno de la familia de los Duques de Marlborough, su padre Lord Randolph Churchill fue un político carismático y Ministro de Hacienda del Reino Unido; Siendo un joven oficial del ejército, entró en acción en la India Británica, Sudán y en la Segunda Guerra de los Bóeres. De hecho hay una película llamada Young Winston de Richard Attenborough, película de los año 60’-70’, el Joven Winston. Después se han hecho muchas películas sobre Winston Churchill sobre su vida, y algunas algo ficticias, planes para asesinarlo, en fin.
Dejando de lado el paso por el cine, decía, es un gran escritor. Cuando no se conseguía todavía el premio Nobel de la Paz, de alguna manera se lo dan a él, pero envuelto en el Premio Nobel de Literatura. Se hace acreedor de este premio por todas sus crónicas de guerra de este tiempo de juventud, en el África y en la India.
Sir Winston sabía sacarle partido a sus dificultades, siendo muy joven fue expulsado del exclusivo colegio de Harrow, no hizo méritos para estar allí. Eso lo obligó, según sus biógrafos, a convertirse en un lector compulsivo, leía de todo, y de allí pues que adquiriese una cultura basta e impresionante. Por otra parte no pudo ser un gran militar en el campo, pero entonces se volvió el gran cronista de la guerra y esas crónicas terminaron valiéndole el Premio Nobel.
En los años 30’ se separa de la política, ya había hecho bastante, pero empieza alertar sobre los riesgos de Adolfo Hitler. Lo cierto es que estalla la guerra, vuelve a ser nombrado Primer Lord el Almirantazgo, cargo del que había salido, luego del desastre de la batalla de Galípoli en Turquía, en tiempos de la I Guerra Mundial. Pero ya decía, venía del retiro, vuelve al Almirantazgo y ante la renuncia del Primer Ministro Joseph Chamberlain el 10 de mayo de 1940, Winston Churchill entra como Primer Ministro para llevar adelante nada menos y nada más que Inglaterra en el contexto de la II Guerra Mundial. Le tocan los primeros años duros, dificilísimos, cuando Inglaterra estaba prácticamente sola y aislada enfrentando el poderío nazi. De allí viene su primer gran discurso, dio muchos maravillosos discursos a lo largo de su vida, pero quizá el más recordado cuando le dice a los británicos “yo solo les doy sangre, sudor y lágrimas”. No era fácil recibir una frase de esa envergadura. Pero hablaba del liderazgo, del inmenso tamaño y peso de su liderazgo para poder hacer ver la realidad de frente a los británicos. Los grandes líderes son aquellos que asumen la realidad para llevar adelante a sus pueblos. Los otros, los populistas, los demagogos solo edulcoran las verdades y le dicen a las masas, al pueblo lo que este aparentemente quiere oír.
Pocas semanas después de haber sido nombrado Primer Ministro, le preguntan en una entrevista de radio: “¿Señor Churchill usted es optimista?” La pregunta era delicada, Inglaterra estaba bajo los bombardeos constantes e inclementes de la luftwaffe. La respuesta de Churchill es insuperable: “¿Qué si soy optimista? No tengo otro remedio que ser optimista”. Ese fue Churchill.
Además de esto, quedan las anécdotas de su vida. Pude comprar un día en el aeropuerto de Heathrow , un libro pequeño, casi un manual, con la citas de las ocurrencias de Churchill, una mejor que la otra. El señor Churchill, por ejemplo, era asiduo bebedor. Bebía de todo, champaña en el desayuno, bebía algo de Ginebra, en las horas ya duras del día se tomaba una botella de whisky diariamente, y en las noches según el caso brandy. Esto lo acompañaba con unos inmensos habanos, se fumaba entre 3 y 4 habanos al día. Y después de su muerte, nada menos y nada más, que hay un tamaño de habanos, el tamaño más largo y grueso se llama precisamente El Churchill, en su honor evidentemente.
Entre sus anécdotas hay una magnífica. Cuando termina la guerra y él va a lanzarse para ser de nuevo Primer Ministro, los pueblos suelen ser ingratos y no le reconocen de inmediato sus méritos. En plena campaña electoral se le acerca una señora y le dice: “Señor Churchill antes que votar por usted yo prefiero votar por el diablo” A lo que Churchill le respondió: “Me parece muy bien, pero ya que su candidato no se lanzó ¿qué tal si vota por mí?”
Murió a los 90 años, qué clase de 90 años.
Excelente articulo Cesar, Yo creo en los astrólogos, en uno muy especial El Español Tito Macia. El ha venido a Vzla en unas cuantas oportunidades y en una de esas predijo el deceso de Hugo, (fecha real de su muerte), entre el cielo y la tierra no nada oculto TODO ES CUESTIÓN DE INTERPRETACIÓN.
Gracias por lo maravilloso que eres, mi esposo y yo te escuchamos siempre.