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Por: Luis E. Baralt
A ocho meses de haber sido forzado a apagar el micrófono en la FM 99.9, César Miguel Rondón mantiene su voz activa en diversas plataformas digitales y en el programa “En Conexión”, que transmite IVC Networks. Ahora planea un nuevo proyecto en formato Podcast, también con el grupo de Enrique Cuscó, OLE Communications.
Cuando el 24 de enero Conatel puso en off el micrófono de César Miguel Rondón en la FM 99.9 del Circuito Unión Radio, creyó haber silenciado de un tajo una de las voces con mayor credibilidad del quehacer periodístico venezolano. Peno no fue así. A este “monstruo de la mañana” – con el permiso de Chataing –, cual mitológica Hidra de Lerna a la que le crecen muchas cabezas por cada una que le cortan, le ha nacido con la incisión toda una red de oportunidades que le permiten amplificar su voz y mostrar su imagen, ahora casera y subversiva.
Instagram, Twitter, Facebook, Periscope, YouTube, su sitio web cesarmiguelrondon.com, la aplicación gratuita “Al Día”, sus transmisiones diarias de “Al punto y seguimos”, y el programa “En Conexión” que transmite IVC Networks, son algunos de los medios a través de los cuales César Miguel Rondón permanece al aire, en todas partes, todo el tiempo; tal vez con mayor osadía pero con el estilo sobrio y directo que logró consolidar a los largo de 45 años en la radio, casi 30 de ellos despertando a la audiencia diariamente desde la ciudad de Santiago de León de Caracas.
PRODUCTO conversó con el periodista y locutor sobre la particularidad de los medios que ahora utiliza para mantener al día a su audiencia, y los proyectos por venir.
– Comencemos hablando sobre este nuevo proyecto con el grupo OLE Communications. ¿De qué se trata y cuándo arranca?
– Con ellos hacemos todos los días el programa de televisión “En Conexión”, a través de IVC para todos los Estados Unidos, Panamá, República Dominicana y Suramérica, con la excepción de Brasil, Venezuela y Bolivia. Es un programa de una hora que también lo distribuye, de manera fragmentada, América Digital. Ahora estamos tratando de hacer un podcast diario, muy interesante y agresivo, pero es un proyecto que aún está crudo y no sé exactamente cómo lo vamos a sacar, supongo que por las plataformas por las que suelen salir los podcast – las más populares son SoundClous, Spotify, iVoox, Spreaker, Stitcher, TuneIn y Anchor – esto está aún en proceso de negociación. En el podcast pensamos trabajar una serie de cosas que no estamos manejando de manera habitual, quizá tenga mucho de los que yo hago en mi página, mi blog cesarmiguelrondon.com, donde no solo reproduzco artículos de mis amigos sobre la cosa política, lo internacional, sino también mucho de música, libros…
– La censura te ha llevado a desarrollar nuevos espacios que, salvando las distancias, los comparo con la Hidra de Lerna de la mitología griega, a la que le salen muchas cabezas por cada una que le cortan.
– Exactamente.
– De alguna manera la censura hizo que para César Miguel Rondón surgieran otras formas de comunicarse. ¿Este trabajo que ahora realizas a través de las redes, te ha devuelto tu libertad de expresarte, te sientes más libre ahora?
– Absolutamente. En lo personal no creo que hubiese podido seguir con el programa de la mañana porque ya estaba demasiado limitado. Había que consultar todo, todos los días. Era un trabajo muy tortuoso y, tengo entendido, la situación es bastante más limitante para los amigos, porque prácticamente ta no se puede decir nada. El 24 de enero hice el último programa de radio y en los primeros días de febrero estaba arrancando con el espacio, “Al punto y seguimos”, al que defino como casero y subversivo.
– Dicen que cuando se hace lo que a uno le gusta, no puedes llamarlo trabajo. En este momento, y tomando en cuenta esa libertad de expresión que dices haber recuperado: ¿estás trabajando o es más un gusto lo que haces, y si es un gusto, cuándo trabaja CMR?
– Es una necesidad, porque siento que hay muchas cosas que informar, qué decir en este momento. No diría que es un gusto porque no es precisamente grato lo que uno tiene que decir. Tampoco es, en la práctica, un trabajo, porque mucho lo estamos pro bonus, porque no estamos cobrando. “Al punto y seguimos” es algo que hacemos Flor Alicia y yo porque nos sentimos urgidos de informar, pero no estamos cobrando ni una locha, ni un centavo. Tuvimos una cuña muy fragmentada, pero el patrocinante no pudo seguir por el tema de las sanciones.
– ¿Posibilidades a corto plazo de comercialización de esos espacios?
– De eso se trata y es lo que estamos adelantando, que sean espacios rentables. Por ello estamos tratando de abrirnos hacia esta otra posibilidad del podcast.
– Siendo una de las voces con más credibilidad en el país, ¿se te ha dificultado la comercialización de tus redes?
– Buena parte de la comercialización era venezolana, 70% era en función de Venezuela, y la industria publicitaria en este momento está prácticamente trancada en el país, como está trancado todo. Sigo manteniendo patrocinantes, sigo siendo la voz comercial de algunas empresas y productos, pero mi trabajo como locutor comercial se ha reducido al mínimo, y en este momento eso ha dificultado tener patrocinio habitual, normal. Evidentemente es la crisis del país la que me está siguiendo. La crisis está allí, y no nos deja a los venezolanos independientemente de donde estemos.
– ¿Cuáles son las particularidades de cada medio en el que ahora te manejas: sitio web, YouTube, Instagram, Periscope, Twitter, IVC?
– Es muy distinto. Tengo 45 años haciendo radio, es decir, 45 años diciendo “al aire”. Cuando empecé a transmitir por las redes no sabía dónde estábamos: si al aire, en la red… no sabía si decirles oyentes a los oyentes; luego me dijeron que debería decirles internautas. Para mí fue un cambio importante. Pero he descubierto que se transmite con mucha más libertad., es menos formal la comunicación, menos rígida, bastante más espontánea. Y las personas con las que converso, los entrevistados, se comportan como son. Flor Alicia y yo hemos definido al espacio, por ejemplo, como “casero y subversivo” porque, en efecto, lo hacemos en la casa y no estamos sometidos a una censura, y la gente que entrevistamos asume ese carácter subversivo también y nos dan revelaciones importantes.
– ¿Se desinhiben tal vez?
– Sí, de alguna forma. Además de que, como hay tanta censura en el país, hay una gran necesidad de decir cosas. Me mandan mensajes continuamente, opiniones… unas impertinentes, otras muy interesantes.
– ¿Los podcast para cuándo?
– Desearía que fuese lo antes posible.