“Tenemos que hablar de Kevin”, ese es el título de la película que vamos a comentar hoy. Y en efecto, “Tenemos que hablar de Kevin” y tenemos que hablar de esta película de la directora escocesa Lynne Ramsay, quien hizo la adaptación de esta novela de Lionel Shriver.
La señora Ramsay, se ha buscado para llevar adelante la película, a otra actriz escocesa, como lo es la talentosísima Tilda Swinton, a quien habíamos visto por última vez, en esa impactante película Italiana “Yo soy el Amor”. La dupla que hacen la señora Swinton y la señora Ramsay, estremece realmente.
Esta es una película sobre el mal, el mal a secas. Hemos sabido de padres y madres que han tenido que lidiar con hijos, no malos, sino malévolos, malignos y hasta diabólicos. Ustedes recordarán la saga, por ejemplo, de “La Profecía” o recordarán “El Exorcista”, donde sencillamente a Linda Blair se le metió el diablo por dentro.
En este caso, Kevin, el adolescente de la película es, en efecto, el mal, es un demonio. Pero no hay en esto razones religiosas ni místicas. ¿Por qué Kevin llega a este estado de maldad tan grande? No lo sabemos. Pero desde muy pequeño, Kevin muestra un comportamiento duro, agresivo, en especial hacia su madre. Su padre no tanto, su padre representado por, el también muy talentoso actor, John C. Reilly.
John C. Reilly, en este papel lleva ese rol del tonto útil, el que no ve la realidad, el que siempre piensa que todo está bien y todo está normal. De allí el titulo de la película “Tenemos que hablar de Kevin” que es la suplica que le hace la madre, Tilda Swinton, al esposo. Así como John C. Reilly, en la película “Chicago”, decía que él era como de celofán, algo insignificante, porque la gente veía a través de él y nunca en él, pues en este papel del padre de Kevin, así resulta.
¿Qué pasa con Kevin? La película va contada en flashback, la película nos muestra a la madre visitando a su hijo adolescente en la cárcel y la película termina allí, con él en la cárcel. Mientras, la madre lo ha perdido absolutamente todo por el hijo, absolutamente todo, porque el hijo ha cometido cosas sencillamente imperdonables.
En la infancia le vemos jugando con estos video juegos de violencia de mata, mata, lo voy a matar lo voy a matar, y el padre lo celebra y lo aplaude. Luego, el padre le regala un arco, arco y flecha, que terminaría convirtiéndose en su gran obsesión y terminaría siendo el instrumento para cometer todos los crímenes, por los cuales, él termina en la cárcel.
En tiempos, donde los jóvenes en Estados Unidos, corren riesgos en una escuela porque algún desadaptado le dio por matar a sus compañeros, y nos viene a la memoria entonces “Bowling for Columbine”, aquel documental tan duro de Michael Moore, es el caso de este Kevin. ¿Cómo llega ese muchacho a ese estado de maldad tan fuerte? Es la duda que nos va quedando a lo largo de la película.
Es un trabajo magnifico, decíamos, el de la directora Lynne Ramsay, pero sobretodo, el de la señora Tilda Swinton que no deja de estremecernos.
La señora Swinton, recordemos, ya ganó un Oscar como actriz de reparto en “Michael Clayton”. Ella ha estado en todas las sagas en las películas de “Narnia” y la vimos en “Burn After Reading”, con mucho humor, en la película de Joel y Ethan Coen. Luego la Italiana que le habíamos comentado, “Yo soy el amor” y ahora corona una actuación magistral en “We need to talk about Kevin”. “Tenemos que hablar de Kevin” y ver la película también.