Los cuentos de hadas los sabemos muy bien, son crueles. Los cuentos de hadas reúnen las historias más terribles, sangrientas, tenebrosas posibles. Los hermanos Grimm, a decir verdad eran un par de perversos. Historias donde las madrastras se ensañan contra los hijastros y especialmente las hijastras. Historias donde los niños están condenados a una orfandad, sin remedio. Historias donde solo al final un beso, puede redimir de tanta tortura y de tanto horror.
Claro, se supone que siendo cuentos de hadas o fairy tales, como se le dice en inglés, están hechos para enternecer. Así el Sr. Walt Disney, se ubicó sobre buena parte de estas historias para hacer sus clásicos en dibujos animados. Recordemos Blancanieves, filmada en los años 30, destacando mucho la canción, las voces, en aquellos tiempos donde se estrenaba el cine sonoro, nos da aquella versión idílica de Blancanieves y su tra la la y los siete enanitos que iban a cantar a la mina. Mientras esa mujer malvada, que era la madrastra, se convertía en bruja para envenenarla. ¿Cuál era la trama? La mujer quería ser bella, le preguntaba al “espejito, espejito espejito mágico quien es la más bella de todas”, Blancanieves a quien ella había mandado a matar, seguía viva y el espejo le devolvía esa terrible revelación.
Con mucha más crudeza, en un ámbito completamente distinto, en un aire, en un tono, completamente distinto a los que puso en práctica hace ya tantas décadas Walt Disney, nos llega ahora la película de Rupert Sanders, “Blancanieves y la Leyenda del Cazador”.
Blancanieves es la jovencita Kristen Jaymes Stewart, quien a sus escasos 22 años, ha logrado ya, ganar 28 millones y medio de dólares por sus películas. Es muy popular. Ella va a ser la Blancanieves que tendrá que sufrir todos los horrores de la malvada.
La reina malvada es la bellísima Charlize Theron, quien a sus 37 años, sigue siendo una mujer de un esplendor único. Y ésta, en realidad, es la historia. Es la historia por la belleza, es la mujer, como tantas, que se obsesionan por la belleza. Todas las mujeres están obsesionadas por la belleza, unas más, otras menos, unas se someten al bisturí, otras están bajo la esclavitud de las cremas, las pomadas, los ejercicios. En el tiempo de Los Hermanos Grimm, bastaba con robarles el aliento a las mujeres bellas, para que la reina malvada permaneciese en su eterna juventud, pero aparece la hijastra y eso echa todo a perder.
Rupert Sanders, el director, es un novato, tiene mucho éxito como director de comerciales ha hecho algunos cortos y seguro entendemos esta es su opera prima. Cuenta en el elenco con Chris Hemsworth, un actor australiano que ya ha tenido éxito haciendo papel de héroe en Thor, él es el cazador. Sam Claflin, es el príncipe William, cuyo beso no es suficiente.
¿Qué tiene de interesante esta versión?
En primer lugar, llevar la fantasía a una dimensión mucho más acorde con el cine que se hace hoy. Esa dependencia en grande de los efectos visuales, aquí se lleva al paroxismo. El bosque tenebroso, es más tenebroso de lo imaginable y cuando entramos en la zona de la felicidad, surgen todos los efectos especiales, todo tipo de criaturas, a mi gusto, desagradables, pero se entienden que ha de ser tiernas y encantadoras.
En el fondo es la lucha de la mujer que quiere ser bella, no se va a detener, y de la otra que sencillamente quiere sobrevivir, en esa lucha feroz, el cazador con fuerza aparecerá para defenderla.
Digna de mención, la aparición de los siete enanos, entre los que destaca nada menos que Bob Hoskins, está también Nick Frost, Ian McShane, la aparición de los siete enanos es algo único. Ferocidad en las batallas medievales, usted de repente siente que está viviendo una gran película medieval, dada la ferocidad de los enfrentamientos.
Es una película que es todo un espectáculo. Al final, una mujer permanecerá con su belleza, otra envejecerá e irremediablemente irá a la muerte. Una vez, que en efecto, se acabe el hechizo, y el cuento de hadas haya cumplido su papel.
Había una vez, una mujer que quería ser bella, así podría haber comenzado la historia. Como tantas veces, como tantas mujeres, que siguen siendo bellas, eso sí, sin la crueldad de Blancanieves, el leñador, la bruja hechicera y los enanitos.