Siguiendo en esta onda de la Semana Santa, el libro que nos viene a la memoria es el “Evangelio según Jesucristo” del Premio Nobel, el portugués José Saramago. Esta es una historia de Cristo muy curiosa. Ya el título dice mucho, no es el evangelio según Marcos, Juan o Mateo, no. Es el evangelio según el propio Jesucristo, la historia contada por el protagonista.
Si a este elemento usted le agrega el detalle de Saramago, un ateo militante, un hombre de la izquierda Europea más ortodoxa posible. Usted entiende que el libro pueda resultarle muy interesante y en efecto así es.
Saramago en ningún momento apela a especulaciones, trampas, subterfugios. Él acude al evangelio tal y como lo conocemos en el sentido de contar la historia de Cristo con todos sus pasajes desde la tentación del diablo en el desierto, porque fácilmente Saramago ha podido obviar la presencia diabólica, pero no, todos los elementos están allí. Dado que se trata de una historia muy terrenal es interesantísimo leerla, apasionante.
La relación con la Magdalena por ejemplo. Una de las escenas de amor más hermosa que hayamos leído. Ocurre precisamente con ella, con la Magdalena.
Recuerdo que quien me llevó a leer esta novela, hace ya un buen tiempo, fue el S.J. José Ignacio Rey, quien dijo “esa es una de las mejores versiones del evangelio que uno pueda concebir”. Pues es la versión como decíamos al principio del protagonista, del auténtico Nazareno, Jesucristo. Sin embargo, Sectores muy ortodoxos de la iglesia católica lo han asumido como un libro blasfemo.
Este es el libro de José Saramago. En castellano se le consigue editado por Alfaguara. Saramago obtuvo su premio de literatura en el año 98.
Vaya libro más sobrevalorado. Si bien literariamente tiene uno o dos momentos brillantes, como la escena de amor con la Magdalena, básicamente es una diatriba histérica contra los católicos. Todo lo arruina con esa andanada de lanzas contra esa "institución".