Civilization: The West and the Rest

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  ¿Por qué el mundo en buena parte de los últimos siglos, la vida del hombre ha sido dominada por la llamada civilización occidental? ¿Por qué los criterios estéticos, económicos, jurídicos, culturales en general, de la Europa Occidental, han predominado de manera tan definitiva sobre todo el planeta? Esas son preguntas que se hace el historiador Niall Ferguson en su libro más reciente Civilization: The West and the Rest.

  Habla, por ejemplo, de cómo hasta la edad media todas las diversas culturas del planeta estaban, más o menos, en un rango parecido, inclusive, le da predominancia a la cultura asiática sobre la europea. Pero a partir del Renacimiento, a partir de la vuelta a los valores grecorromanos, Europa pasa a consolidarse de una manera distinta.

  El análisis que hace el historiador Ferguson, lo lleva a desarrollar y consolidar la teoría  de por qué el occidente ha prevalecido.  Y por supuesto, toda cultura, como todo ser, como toda institución, como todo organismo que nace, en definitiva va a morir. El libro apunta en realidad a por qué estamos ante las señales evidentes de lo que puede ser el fin de la civilización occidental, más puntualmente de la norteamericana, que desde el siglo XIX, es evidente ya desde finales del siglo XVIII, pero desde el siglo XIX se consolida como una de las grandes potencias y la potencia regente en lo que fue el siglo XX.

  Ahora, en medio de estas consideraciones, Niall Ferguson se detiene a analizar por qué de ese inmenso continente que se descubre,  en pleno renacimiento a finales del siglo XV,  el norte conformado luego por estados Unidos y Canada, tiene un mejor desarrollo, progreso, porvenir y  bienestar económico, por encima del resto del continente, las llamadas Américas, Centroamérica donde los europeos y norteamericanos han incluido a México y Suramérica.

  ¿Qué ocurre acá?

  Vamos a detenernos en este punto porque evidentemente es el que nos duele. Dice Ferguson: Asumamos que llegan dos barcos a las Américas. A la América del Norte llega un barco de desahuciados peregrinos, que se embarcan en los países del norte de Europa donde la cultura fundamental está marcada por la religión protestante, evangélica, son los luteranos y llegan, como decía, paupérrimos, sin nada. ¿A qué llegan? Llegan a una tierra donde hay que trabajar, llegan a una tierra donde hay que sembrar, donde hay que cultivar y son los pobres. Estas personas se ven en la obligación de hacer cultivable y beneficiosa esa tierra. Hay un acuerdo tácito, desde que vienen ellos van a ser los propietarios de esa tierra, y en la medida que pasan a ser esos propietarios, empiezan organizarse de maneras interesantes. Empiezan organizarse en pequeñas comunidades políticas, hasta que logran conformar parlamentos. ¿Y cuál era la principal condición para llegar a formar parte de estos? Pues el ser propietarios de las tierras. Insisto, propietarios que venían, como se dice en criollo, con una mano adelante y otra mano atrás.

  Por el contrario, al Sur del continente llega un barco donde vienen unos hombres desesperados por la riqueza que ya esta allí en ese continente.  “Ávidos  de encontrar el dorado”, de encontrar el oro, de encontrar las perlas. Y ellos no vienen para quedarse, no vienen para ser cultivable la tierra, vienen de paso para buscar esa riqueza e irse. La tierra, en definitiva, nunca podrá ser de ellos, porque la tierra es del Rey de España. El Rey a lo más que llega es a encomendarla, viene el proceso de los encomenderos, donde los peninsulares sencillamente usufructúan, sacan beneficio parcial de las riquezas que están aquí.

  En el Norte hubo noción de permanencia, en el Sur no, es todo fugaz, todo es de paso, nada va a permanecer. Esa noción de la propiedad de la tierra, va a conducir a que se empiecen a consolidar instituciones verdaderamente democráticas. Si en el Sur todo es del Rey, no hay porque avanzar en instituciones democráticas.

  Como punto crucial para corroborar su tesis, Ferguson busca la figura de Simón Bolívar. Dice: Bolívar en tanto el héroe emblemático de toda la independencia latinoamericana, era un hombre de fortuna, un hombre de bien, un hombre de las clases más elevadas. Y busca varias citas de Bolívar, sobre todo el último Bolívar,  donde habla de la imposibilidad de gobernar democráticamente, por ejemplo,  a la Gran Colombia, el hombre que fue dictador, el hombre que trató de gobernar siempre con mano férrea.

   Aquí en América del Sur, la noción de establecer una democracia va a tardar mucho, tanto,  que todavía la estamos buscando. En definitiva, el progreso, según la tesis de Niall Ferguson, se dio por la propiedad, la propiedad de la tierra hizo la diferencia. Y pensar que ese tema, todavía lo estamos discutiendo en este siglo XXI, en estas latitudes.

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