El lunes 8 de abril, se fueron dos mujeres. Una de hierro, la otra de terciopelo o de pétalos. La primera se dedicó al mundo de la política. La segunda, al mundo del cine y la canción popular. Las dos europeas. Las dos en sus 80.
A los 87 años fallece la señora Margaret Thatcher allá en Inglaterra, en la ciudad de Londres. En la ciudad de Madrid, a los 85 años fallece Sarita Montiel. ¿Qué tuvieron en común estás dos mujeres? Creo que poco, a parte del día de la muerte, pues, el haber vivido en una Europa convulsionada, en una Europa difícil.
A Sara Montiel le tocó ser la gran estrella, la gran diva de esa España franquista. Su película “El último Cuple”, sigue siendo la película más taquillera en toda la historia del cine español, ni siquiera Almodovar, por ejemplo, y tantos otros destacados cineastas de hoy, han podido destronar ese record impuesto por “El último Cuple”, de Sara Montiel. Y la película que le sigue más cerca “La Violetera” también de Sarita Montiel.
Una España atrasada, una España muy pobre fue la que la convirtió en toda una diva. Se hizo famosa por sus desplantes, sus amores y los puros. Los tabacos que fumaba con inmenso deleite.
A la señora Tatcher le tocó vivir la Inglaterra de la guerra, luego le tocó incorporarse militantemente al partido conservador. Y con ese carácter férreo, con esa voluntad realmente de acero, la señora Thatcher, llegaría a convertirse en la primera mujer, Primer Ministro de Gran Bretaña.
Ella fue una dirigente político muy querida, pero también muy odiada, quizá, más odiada que querida. La actriz norteamericana Meryl Streep, ganó por fin un Oscar después de tantas y tantas nominaciones, cuando el año pasado precisamente interpretó a Margaret Thatcher en The Iron Lady, La Dama de Hierro. Y allí en esa película, bastante objetiva sobre la vida de la señora Thatcher, pudimos ver cómo, por ejemplo, uno de sus grandes hitos en su vida política, como fue la Guerra de las Malvinas, es una decisión tomada sobre todo por las penurias y dificultades que estaba pasando a nivel doméstico, tanto a nivel del partido conservador, en particular, valga la redundancia, como a nivel de todo el Reino Unido.
Así como a ella le convino puertas adentro, también le convino a los dictadores argentinos que en aquel entonces, ya pues, tenían la opinión nacional e internacional demasiado en contra. Esa guerra en definitiva los sacó del poder, y por ello muchos dicen que la señora Thatcher, en definitiva sacó a los dictadores de la Argentina. A lo mejor, pues una análisis más ponderado del hecho de Las Malvinas o Falkland Islands, como la solía llamar ella, será dentro de un buen rato. Quizá la señora Kirchner que ha vuelto a tomar el tema de Las Malvinas con pretensiones muy nacionalistas, precisamente por lo mismo, por dificultades internas en su gestión de gobierno, respire ahora con cierto alivio ante la partida de la Tatcher.
Una de hierro, la otra pues de pétalos o de terciopelo. Dos octogenarias se fueron. Sara Montiel y Margaret Thatcher.
Lo divertido es cómo se dió la noticia. La señora Thatcher sufrió un ACV. A Sarita Montiel “le dió un “desvanecimiento” y de él, murió…