29 de mayo de 1913, Teatro de Los Campos Elíseos, en la ciudad de Paris. Se va a estrenar la obra Le Sacre du Printemps, The Rite of Spring, en español La Consagración de la Primavera. Se presenta el ballet Ruso, el ballet Diaghilev, Nijinsky presenta su coreografía. La música Igor Stravinsky.
El ballet, sin embrago, es un fracaso, a la gente no le ha gustado para nada. La música resultó un tanto extraña, demasiado novedosa. El músico Igor Stravinsky, le echa la culpa a Nijinsky, dice: “su coreografía, las cosas que hizo, pues, no eran las buenas”. Pero pasaron los años y La Consagración de la Primavera pasó a ser una de las obras fundamentales de la música del siglo XX, sobre todo de la primera mitad del siglo XX. Esta obra del gran compositor ruso, formaba parte de una trilogía en la que se incluía El Pájaro de Fuego, luego vino Petruchka y se cerraba la trilogía con La Consagración de la Primavera.
La obra, cuando se están cumpliendo 100 años de su estreno, ha tenido cualquier cantidad de versiones. Y según leo, en un artículo publicado en España, el sello Deutsche Grammophon ha publicado una caja en la que vienen 20 de las versiones que se han hecho de La Consagración de la Primavera. El crítico Stefano Russomano, quien hace la reseña, cuenta que a Stravinsky no le gustaba ninguna de las versiones que hacían de su música, solía hablar mal de los directores, por eso se empeñó en tratar él de grabar toda su música, dirigirla, para que la gente pudiese escucharla tal como él la había ideado originalmente.
En esta caja se incluye la versión de Pierre Monteux. La versión de Pierre Monteux fue la única que en su momento elogió abiertamente Igor Stravinsky.
En la caja, sin embargo, vienen versiones más recientes está: Von Karajan, está Zubin Mehta, Claudio Abbado, Leonard Bernstein, Pierre Boulez, Salonen y se incluye la más reciente que se ha hecho que es la del venezolano Gustavo Dudamel, grabada apenas en el año 2010.
Lo cierto es que La Consagración de la Primavera, inspirada en un rito pagano donde una vestal es sacrificada para que vengan después todos los ritos, los beneficios de la fertilidad. Esta obra sigue sonando, sigue siendo grabada y sigue siendo aplaudida. Aunque no lo fuera 100 años atrás, cuando se estrenó en los Campos Elíseos en París.
La versión de Pierre Monteux no sólo tiene la significación de haber sido elogiada por el compositor. Monteux fue quien dirigió el estreno de la obra. De allí lo interesante de escuchar la grabación del extraordinario director francés.