Hace un poco más de dos semanas, las autoridades venezolanas anunciaron la puesta en marcha de la Operación Manos de Papel. En una de sus vertientes, Banesco aparece señalado como el banco con 959 cuentas investigadas (menos del 0.00011% de nuestras cuentas), que podrían haber incurrido en operaciones ilícitas. Desde el primer momento Banesco ha cumplido a cabalidad y oportunamente con la entrega de información que ha sido requerida por las autoridades. El 82% de las cuentas señaladas tenían depósitos con saldos menores a 5MMM de bolívares. Nuestra Unidad de Prevención y Control de Legitimación de Capitales y Financiamiento al Terrorismo es reconocida por sus prácticas y resultados, por el mayor número de casos reportados a la autoridad. Es la que más casos ha reportado a la autoridad. No debe olvidarse que Banesco debe velar por los intereses de 8 millones de clientes, y por el 40% de las operaciones de medios de pago que se realizan en el país. Uno de los principales métodos de control en uso es el de establecimiento de patrones. Cuando el comportamiento de una cuenta coincide con alguno de los patrones, inmediatamente el caso se reporta. Por lo tanto, cabe la posibilidad de que alguna cuenta escape a uno de los patrones. Debo añadir, que ni Banesco ni la banca venezolana, se benefician de la actividad de esas cuentas: no producen beneficios de ninguna índole, ni tampoco lucro alguno.
Tal como ha sido relatado en medios de comunicación y redes sociales, los miembros de nuestra unidad fueron citados a la sede de la Superintendencia de Bancos, organismo regulador que nos corresponde. Cuando estaban en la sede, funcionarios de la Dirección de Contrainteligencia Militar, algunos encapuchados y con armas largas se presentaron en una reunión de carácter administrativo, en una acción, sin duda, desproporcionada. A partir de ese momento, las 5:00 pm del 2 de mayo, nuestros compañeros de Banesco, se convirtieron en ciudadanos privados de libertad. A continuación, el día 3 de mayo, el Ministerio Público, en rueda de prensa de Tarek William Saab, señaló que Banesco había incumplido con los controles. En horas de la noche, el gobierno anunció la designación de la señora Yomana Koteich Kathib para liderar la intervención, por un período de 90 días.
Apenas tuve noticias de las medidas contra 11 de mis compañeros, decidí viajar a Venezuela. Me encontraba en Portugal, en reuniones propias de mi actividad. Como empresario estoy en el deber de hacer el mejor esfuerzo porque cada uno de ellos regresen junto a sus familias y a sus actividades regulares. Me siento en el deber de responder a las preguntas que las autoridades quieran formularme. Banesco está en condiciones de demostrar que su actividad ha estado signada por el profesionalismo y el respeto al marco legal.
La decisión de intervenir a Banesco no se corresponde con los hechos. Es, una vez más, desproporcionada. Se trata del banco privado más grande del país, el que mayor número de clientes tiene (más de 8 millones de cuentas en 6 millones de clientes), el más eficiente, el más solvente y el más rentable. No hay razones financieras que justifiquen la intervención administrativa ni por un día, mucho menos por 90 días.
Lo clave es entender que el problema en curso, no es ni originado ni promovido por Banesco, ni por institución alguna del sistema financiero. El problema es la escasez de papel moneda, asociado a un mercado que intenta proteger sus bienes adquiriendo dólares, que es el bien más apetecido por millones de ciudadanos.
Hay considerables dificultades que resolver, que exigen tiempo e inversiones. Las proyecciones, de carácter técnico, indican que el sistema financiero venezolano está cada vez más próximo al colapso de los medios de pagos. Esta afirmación la hago del modo más responsable. Otro problema, que quizás escapa a la primera visión de los lectores de esta carta, es de carácter espacial: las computadoras no tienen campos para incluir todavía más ceros. Solucionarlo puede requerir de un tiempo aproximado de 8 meses.
Este problema no se resuelve interviniendo al mayor banco del país y al principal operador de los medios de pago, pues este banco es el que más puede ayudar a resolver la delicada situación estructural que atravesamos. Luego de todo esto puede caber la pregunta: ¿No será esto lo que se quiere encubrir con estas decisiones?
He cancelado una serie de compromisos que tenía por delante, no por el valor patrimonial de Banesco, que representa menos de 1% de mi actividad. Mi motivación no es económica. Se trata de otra cosa. He dedicado 40 años de mi vida a construir una organización y a crear una marca que representara un símbolo para mi país. Me importa cada uno de los 7 mil compañeros que han sido vitales para sortear los tiempos difíciles por los que hemos transcurrido. Me importa el servicio que, a diario y sin desmayo, prestamos a 8 millones de clientes.
Quiero decir del modo más categórico: no haré nunca una acción que vaya en contra del valor que ha construido Banesco en Venezuela. No haré nunca nada que afecte a mis compañeros, a los clientes o al país. Soy, en lo más hondo de mi corazón, un venezolano, al que le duele su país. Y es por eso que, a lo largo de los últimos años, he promovido la ampliación del capital social de nuestra organización, para poder seguir creciendo y seguir atendiendo más y mejor a un mayor número de clientes. Si, en el supuesto negado, de que la propiedad del banco pasara al Estado venezolano, no haré nada que signifique destruir lo que tanto esfuerzo, mío y de miles de compañeros, ha significado a lo largo de los años.
Porque soy un empresario que se siente en la obligación de generar bienestar, les digo a mis compañeros: nuestra mayor obligación es la de preservar la estabilidad. No abandonen sus puestos de trabajo. No se dejen llevar por rumores y supuestos. Muestren, ahora más que sus nunca, sus capacidades profesionales. Esta situación es temporal.
Porque soy un empresario que ha luchado sin descanso para construir una organización de servicios financieros eficiente y proyectada hacia el futuro, les digo a nuestros millones de clientes: sigan en Banesco. No caigan en la tentación de cambiar de organización. Hacerlo, sería un modo de contribuir con aquellos interesados en destruir el valor de las instituciones venezolanas. Banesco, bajo mi propiedad o no, siempre será el mejor garante de los depósitos de sus clientes.
Lo reitero: he venido a responder, a trabajar por la liberación de mis compañeros; he venido a ofrecer las facilidades necesarias para que la señora interventora pueda realizar las tareas que le han asignado; he venido para velar que los servicios a los clientes se mantengan en los altos estándares posibles; he venido para ratificarle a Venezuela que Banesco está listo para continuar ampliando su capital y proyectar su actividad para los próximos años.
Juan Carlos Escotet Rodríguez
Viernes 4 de mayo de 2018