Escribió Tennyson que “el amor y la tos no pueden ser escondidos”. A esa frase hay que agregar el dinero. A lo largo de estos ya casi veinte años de revolución bonita, una descomunal cantidad de dinero entró a las arcas del erario. Y tal como iba entrando, desaparecía. De haberse invertido, incluso en frivolidades, hoy nos asombraríamos de ver un país sembrado de obras públicas, de mansiones de lujo, de edificios monumentales. Veríamos carreteras, autopistas, hospitales, teatros, instalaciones deportivas, puentes, hoteles, restaurantes. En cambio no guardamos en nuestra memoria una época más derruida, sucia, decadente.
Esa portentosa cantidad de dinero salió del país. Y fue invertido en redituables oportunidades de negocios en paraísos fiscales. Se ha descubierto parte de él, pero hay mucho más en cuentas secretas a nombre de empresas y testaferros extranjeros, cuyas identidades no conocemos. Y dada la circunstancia de poder ser identificado como sucio, anda en procura de repatriación, legal o subrepticia.
Luego de las elecciones presidenciales del 20 de mayo, el próximo paso del régimen será la convocatoria de elecciones de miembros de una nueva Asamblea Nacional Legislativa. Porque Maduro necesita lo que no ha logrado (ni logrará) con la inconstitucional Asamblea Nacional Constituyente. Esto es, darle piso legal a sus decisiones de gobierno. En todas partes donde toca puertas le repiten lo mismo: que para proceder a firmar acuerdos, inversiones, empréstitos, es requisito ineludible que el estamento legislativo dé su buena pro. Entonces, a Maduro no le queda de otra que tener un nuevo Poder Legislativo, por vía de elecciones, de preferencia con mayoría calificada pero con la participación de fuerzas de la oposición. ¿Puede legalmente convocar comicios de esa instancia antes de lo previsto en la Constitución? Hay vías constitucionales para ello. Trucos que puede poner en práctica. Los expertos constitucionalistas lo saben y pueden explicarlo.
¿Qué haría Maduro con una nueva Asamblea Nacional en la que cuente con mayoría? Mucho. Y no necesariamente en contra de los deseos de la población. Él sabe que la situación económica es grave. Y que con lo que ha planteado no alcanza para salir del desastre. Es indispensable la reactivación industrial y comercial, la creación de empleos, la estabilización. Porque de lo contrario el naufragio, con la consecuente caída de la revolución, es inevitable.
Volvamos al dinero que entró y desapareció. Existe. Y es muy abundante. En montos tan estrafalarios que no logramos procesarlo en nuestro pensamiento regular. Porque, además, se ha reproducido. Y buena parte de los que se lo llevaron, muchos de los cuales son ilustres desconocidos y sus nombres no aparecen ni en la prensa ni en documentos bajo investigación, saben que en Venezuela (país destruido) hay magníficas oportunidades para negocios redondos, que, para más, tendrían consecuencias beneficiosas para la población. En todas las áreas imaginables. Hablamos de inversiones que generarían empleo y bienestar general. Hablamos de mover el aparato económico, de despertar el PIB, de suspender este estado de muerte lenta.
Claro está, no estamos hablando de decisiones prudentes y sensatas. Lo que hará el gobierno será desatar las fuerzas del neoliberalismo capitalista más salvaje. Con mínimos controles. Pero con efectos casi inmediatos, de esos que ponen comida sobre la mesa y sonrisas de borrachos. Hablamos de crear burbujas que desatan emociones. Por supuesto, un metejón salvaje de capitalismo tiene consecuencias negativas a la larga. Pero Maduro es de vuelo corto. Para él Venezuela tiene el tiempo de lo que él quiere estar en Miraflores, a saber cómo mucho dos presidencias más. Para él doce años es largo plazo.
Nunca la isla de Margarita ha estado en tan deplorable estado. Pero aquí veremos en uno o dos años la conversión de esta isla en un espacio parecido a lo que ya ocurre en Nicaragua, en donde hay hoy hoteles de híper lujo, clubes a todo meter, restaurantes y bares al estilo Kardashian y una bonanza impresionante, todo financiado con dinero non sancto que fue pasado por lavanderías. Lo que están haciendo en Playa El Agua es apenas el comienzo.
Advertencia. Cuidado con lo que viene. Puede ser la riqueza de mañana y el desastre de pasado mañana.
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